octubre 04, 2021

A 33 años del plebiscito

Hace 33 años me encontraba viviendo con mi familia, y trabajando en Arica, la puerta norte de Chile. Eran tiempos de censura, la que se expresaba en requisiciones y revistas cuyas páginas contenían párrafos enteros en blanco, señal inequívoca de la vigencia de autoridades que se creían con derecho a borrar todo aquello que la población no debía leer. Eran otros tiempos. 

Se aproximaba el 5 de octubre de 1988, y en Arica se conformó el Comando local por el NO. En él se encontraba el entonces presidente del Colegio Médico de Arica, Dr. Salvador Urrutia. Éste me invitó a asegurar que los resultados del plebiscito reflejaran la voluntad ciudadana puesto que se temía que en caso de una derrota del régimen, éste incurriría en un fraude o la desconociera. Para impedirlo, en cada localidad se conformaron dos comandos por el NO dado que uno debía oficializarlo ante las autoridades. El otro pasó a ser el clandestino, el que actuaría en las sombras por si se intervenía el comando oficial. El clandestino quedó bajo la responsabilidad de un grupo denominado La Aventura del Pensamiento (LAP), interesado en el más pronto retorno a la democracia y en el que me tocó participar activamente. 

LAP procedió a definir la organización y planificación teniendo a mano los locales de votación y la cantidad de mesas en cada uno de ellos. Un apoderado en cada mesa se encargaría de proveer el resultado en ella; por cada local habría un enlace responsable de recoger el resultado de cada mesa. No eran tiempos de celulares ni internet. Eran tiempos de fax. 

Se definió un centro operativo, escogiéndose una casa esquina de uno de los tantos amigos que nos acompañaron en este desafío. En ella se habilitó una pieza con un computador y un fax para remitir a la capital del reino los resultados totales del plebiscito. Quien escribe estas líneas era el único que sabía dónde estaba esa casa para evitar su eventual intervención por parte gubernamental. 

En el día de la votación, un 5 de octubre, me tocó hacer la ronda por todos los locales recogiendo de los enlaces los resultados de las mesas para llevarlos a este local. Lo hacía en un Brasilia del 78, con tenida ad-hoc, pantalón y camisa beige, con pelo corto y bigote, sin barba. Ingresaba a los locales de votación a paso firme y seguro: los soldados se me cuadraban pensando que era un oficial. El enlace asignado al local me entregaba las hojas con los resultados a ese minuto y retornaba raudo al coche para dirigirme a otro local. Una vez recorridos todos, me dirigía a la casa esquina para entregar las hojas con los resultados de las mesas, asegurándome no ser seguido para que no se supiera dónde estábamos. Esto lo hice una y otra vez hasta que se tuvieran los resultados de todas las mesas. 

En la casaesquina dos jóvenes ingresaban los resultados de cada mesa en una planilla lotus 1-2-3, antecesor de las planillas electrónicas actuales (Excel). Fuimos los primeros en todo el país en remitir por fax los resultados alcanzados en Arica. La felicidad era máxima, el corazón bombeaba, contra viento y marea. Había triunfado categóricamente el NO. La tensión era mayúscula porque el gobierno se resistía a reconocer su derrota. Eran momentos de contención. La tentación por desconocer los resultados se estrellaron ante la contundencia del veredicto popular. Nadie se atrevió a celebrar esa misma noche. Solo al otro día se desató la alegría. 

Había triunfado el NO. 33 años han transcurrido desde entonces.

3 comentarios:

  1. Viví algo parecido en el Maule, era de la red que tenía la Iglesia y se mandaban los datos a la Comisión Episcopal que permanecía reunida.
    Fuimos comprometidos, disciplinados,controlamos nuestras ansiedades y temores. Eso nos dió el triunfo sobre el dictador. Y fue sin violencia.

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  2. Felicidades al comando de Arica y a ti,ya todos los que cooperaron ese día para recuperar la democracia, seguramente muchos tendrán alguna anécdota que contar de ese día, yo por mi parte humildemente encargado de local con comunicación con bicicletas (30) con eso a la casa y de ahí al comando central.y después tuve la oportunidad de celebrar frente al comando central de la concertación al lado del Ex Diego portales.

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  3. 33 años como pasa el tiempo, me parece ayer estar con un nudo en el estómago esperando el resultado, al fin se supo y había vencido el NO, tantos años de sufrimiento, de inseguridad habían terminado, pero no fue tan real pues siguió la represión hasta hoy, no tan cruenta como en la dictadura, pero soterrada.

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