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Dentro de quienes se oponen al gobierno de Piñera, se distinguen al menos dos corrientes, la de quienes constituyeron la Concertación, esa inédita coalición que nos gobernó dos décadas desde los 90, y la de quienes conforman lo que se llama Apruebo Dignidad conformada por el Frente Amplio (FA) y el partido comunista (PC).
En las próximas elecciones presidenciales, estas dos
corrientes se encuentran representadas por Gabriel Boric (GB) por la izquierda
del FA-PC y Yasna Provoste (YP) por la centroizquierda que va desde la
democracia cristiana (DC), el partido socialista (PS), partido radical (PR), y
el partido por la democracia (PPD). No incluyo a la izquierda dura, que lleva
como estandarte a Eduardo Artés, por ser una fuerza política marginal sin
posibilidad alguna de ser elegido, atrapada en un pasado que ya no existe.
Tampoco incluyo a Marco Enriquez-Ominami (MEO) por ser una candidatura meramente
testimonial que ya tuvo su minuto de gloria.
Al momento de escribir estas líneas, según las distintas encuestas, los dos primeros
lugares están ocupados por GB y José
Antonio Kast (JAK). Los siguientes dos lugares están ocupados por YP y
Sebastián Sichel (SS), la primera al alza y el segundo a la baja. Todas las
señales apuntan a que el descenso de este último, SS, sería irreversible, salvo
que JAK tenga un tropiezo mayúsculo. Así como el dilema en la derecha fue, o es
JAK o SS, entre los opositores el dilema está en respaldar a GB o YP.
Entre paréntesis, la conmemoración del segundo aniversario de
la revuelta social, dio lugar tanto a una masiva protesta pacífica como a la
violencia desatada. Como siempre en las portadas se tiende a destacar el
despliegue del lumpen para saquear, destruir y vandalizar a diestra y siniestra
bajo la mirada impávida de un gobierno y una fuerza pública que brillaron por
su ausencia. Si alguien cree que la violencia favorece a la izquierda, se
equivoca. Uno de los candidatos, MEO, en la previa sostuvo algo que comparto íntegramente:
”cada piedra lanzada es un voto por JAK”. La razón es muy simple. Cuando la
gente se siente insegura y sumergida en la incertidumbre, busca seguridad,
certidumbre y orden, arrojándose en brazos de quienes la ofrecen gratuitamente
por más que se sepa que no es por la vía de la represión ni la militarización
como se resolverán los grandes problemas nacionales. Es paradojal que un gobierno
que ganó las últimas elecciones presidenciales bajo las banderas del orden y la
seguridad, termine en un clima de desorden e inseguridad, y que en lugar de
asumir su responsabilidad, se la endose a la oposición. Acá me temo que hay
gato encerrado.
Quienes se inclinan por GB se apoyan en la necesidad de
correr el cerco, de modificar radicalmente el modelo de país que se ha
configurado. El presidente del PC, Guillermo Teillier, en alusión al programa
de gobierno levantado por GB, afirmó que este programa se tiene que cumplir y
que no debe verse restringido por la medida de lo posible. Son quienes se
visualizan como la verdadera izquierda, la legítima, la de quienes están
cansados de votar por medias tintas. Una izquierda que si bien tiene claro lo
que no quiere, no parece tener similar claridad respecto de lo que sí quiere,
del modelo de sociedad que aspira construir ya que aquel que en su momento
adhirió ha ido cayendo en desgracia. Los roces o discrepancias que en distintas
instancias han surgido en su seno, sobre todo con el PC, ilustra las
dificultades que les aquejan.
Quienes privilegian a YP, se fundamentan en la praxis, en una
realidad marcada a fuego por la experiencia gubernamental, de que la política
es una cancha en la que lo posible no puede ser ignorado sin pagar un alto costo
por ello. Adhieren al concepto de que la política real, no en abstracto, está
definida por la correlación entre las distintas fuerzas políticas y donde el
voluntarismo no tiene cabida si no se tienen las mayorías indispensables para
realizar los radicales cambios que se pregonan. Si bien comparten, con los
adherentes de GB, la aspiración de superar el modelo de país existente, no
están dispuestos a hacerlo a cualquier precio, sin asegurar la paz y la
gobernabilidad. En tal sentido es proclive a la búsqueda de los mayores niveles
de acuerdo posibles tras tales cambios, y por ello se les suele identificar con
la centroizquierda. Ésta, a diferencia de la izquierda, tiene mayor claridad
respecto del modelo de sociedad que aspira, que sería aquel imperante en los
países europeos, particularmente en los nórdicos.
En síntesis, tal como en la derecha
el dilema está monopolizado en SS o JAK, en la izquierda está centrado en GB o YP.
No es ningún misterio que es el voto de los moderados, o de las trincheras, el
que inclinará la balanza en un sentido u otro.
Muy clarificadora tu síntesis Rodolfo; gracias
ResponderBorrarGran artículo, espero que todo salga como está pensado y que el pueblo es el único que requiere que trabajen por el
ResponderBorrarSeguridad trabajo digno y bien remunerado, educación, salud y vivienda.