Photo by Michal Matlon on Unsplash |
A pocos días de la megaelección las consecuencias no se hicieron esperar. Mal que mal, conocidos los resultados había que abocarse al tema presidencial dado que el plazo para las primarias legales estaba encima. No había tiempo que perder.
Las coaliciones que dominaron la escena política nacional en
las últimas tres décadas salieron muy malheridas. El gobierno y la coalición
gobernante, ChileVamos, confiaba en que rescatarían con creces el tercio
requerido en la convención constituyente para tener capacidad de veto, y con
ello, imponer las condiciones para evitar el desmantelamiento del modelo de
sociedad gestado en tiempos del innombrable y consolidado a lo largo de la
transición. Con 37 convencionales no alcanzaron siquiera a tener el 25% del
total de constituyentes. Apabullantes fueron también los resultados en materia
de gobernadores, alcaldías y concejalías, los que a su vez facilitaron la
bajada de Matthei en la puja presidencial. Con todo, a pesar de este adverso
escenario, que afectó por igual a todos los partidos de ChileVamos, no
perdieron la compostura y siguieron adelante con la primaria donde participarán
con cuatro candidatos en carrera para llegar a las elecciones presidenciales
con un único candidato representativo del sector. Se asume que por fuera
correrá José Antonio Kast, representativo de la derecha dura.
En la oposición los representantes de lo que fue la
Concertación, agrupados en la lista del apruebo, consiguieron tan solo 25
escaños, quedando por debajo de la lista apruebo dignidad, conformada por el Frente
Amplio (FA) y el partido comunista (PC), que logró 28 escaños. Esto nos está
diciendo que la exConcertación está siendo incapaz de interpretar los
requerimientos ciudadanos, los que estarían siendo captados por el FA y el PC. Pero
ojo, que de atrás está entrando una lista, la lista del Pueblo, desconocida por
muchos, conformada por personas sin filiación partidaria, que de un paraguazo
obtuvo 26 escaños, sobrepasando a los partidos de trayectoria como la DC, el
PPD, PS y el PR.
Esta nueva realidad opositora, baja de la centroizquierda y
alza de la izquierda dura, y de quienes no tienen filiación partidaria, sin
mencionar siquiera los cambios de en la correlación de fuerzas al interior de
las respectivas coaliciones, son las que explican la zamba canuta que se armó a
la hora de la inscripción para las primarias opositoras.
Hasta las elecciones mismas, no obstante todas las tratativas
por tener una única primaria opositora, todo indicaba que la oposición tendría
dos primarias. Sin embargo, los resultados que arrojó la elección lo alteraron
todo dada la nueva realidad política que se visualizaba. Alteraciones que se
manifestaron en vetos y condiciones que no se condicen con el discurso de unidad
que se pregonaba; con políticas de alianzas fraguadas en las últimas tres
décadas puestas en jaque; con bajas a última hora de precandidaturas
presidenciales; y con la afectación de confianzas construidas con filigrana
desde los tiempos del innombrable. Resultante final: habrá una sola primaria
opositora con la participación de tan solo dos candidatos, uno representativo
del FA y el otro del PC. Las restantes fuerzas opositoras evaluarán si van
directamente a primera vuelta mediante alguna fórmula adhoc. Todo un culebrón
bochornoso cuyo final está por escribirse.
Lo ocurrido no hace sino confirmar el desprestigio de una clase política que no ha sabido estar a la altura de los tiempos, y que por lo mismo está siendo barrida con camas y petacas. De hecho, del total de constituyentes, fueron elegidos más de 100 independientes, lo que significa que de cada tres constituyentes, dos no tienen afiliación partidaria. Desgraciadamente la mayoría de los partidos han dejado de ser escuelas de formación ciudadana, de probidad, y por lo mismo tienen la obligación de repensarse, dejar de ser meras máquinas de poder a toda costa y recuperar su razón de ser dentro de una democracia.
Buena resumen de un momento historico significativo en que a lo mejor nace un nuevo paradigma.
ResponderBorrar