No lo conocí en persona. Recuerdo haber intentado leer el libro del cual es coautor junto con Francisco Varela, El árbol del conocimiento sin que lo entendiera ni me entusiasmara mayormente. Sí me han entusiasmado más algunas de sus frases para el bronce vertidas en sus 92 años de vida.
Y de sus múltiples frases, una de las
que más destaco es la que encabeza esta columna y que creo que de alguna manera
explica lo que está ocurriendo en el mundo. Si bien somos seres racionales,
también somos emocionales, y no siempre van de la mano. La historia pareciera
señalar que nos dejamos pautear más por las emociones que por las razones. No
es para menos, mal que mal tenemos sentimientos, afectos. No somos máquinas. A
estas se les podrá ingresar racionalidad por la vía de programarlas de modo que
actúen lógicamente, siguiendo una serie de pasos basadas en condiciones o
algoritmos. Pero no imagino que a las máquinas se les pueda introducir
emocionalidad, porque son las emociones las que limitan o alteran nuestra
racionalidad.
No se trata de que a una suerte de
persona-robot se le programe de modo que frente a determinadas condiciones
llore, esto es, que sus ojos lagrimeen, o que su corazón palpite. En tal sentido,
las emociones no son automatizables en modo alguno, y si ello ocurriera,
significaría que nos estamos deshumanizando, automatizándonos.
Desgraciadamente, en cierto modo, ello
pareciera estar dándose sin que siquiera estemos percatándonos. La publicidad
audiovisual, apoyada en la psicología, la sociología, la biología y la
informática, ha alcanzado un desarrollo tal que se expresa en su capacidad para
incidir en nuestras emociones en desmedro de nuestra racionalidad. Son las
emociones las que han posibilitado que lo que racionalmente no haríamos, terminamos
haciéndolo. No faltan quienes se han especializado en el manejo de las
emociones para reducir nuestra racionalidad. Cuántas veces no hemos tomado
decisiones que nunca imaginamos tomar. Eso se explica primordialmente por una
publicidad a la vena que neutraliza nuestra capacidad de razonar y orienta
nuestras emociones.
En tal sentido cobra fuerza la expresión de Maturana al afirmar que no somos seres racionales, sino seres emocionales con capacidad de razonar. Capacidad limitada por nuestras emociones, las que están tendiendo a ser manipuladas a tajo y destajo. Lo estamos viendo en todos los campos, pero muy especialmente en el económico y político. En lo económico, comprando lo que no necesitamos, y en lo político, manteniéndonos a punta de bonos y retiros del 10% para que votemos en una u otra dirección.
Para saber más:
https://www.chvnoticias.cl/nacional/5-reflexiones-humberto-maturana-estallido-social-democracia_20210506/
https://www.uchile.cl/noticias/175397/universidad-de-chile-despide-al-egresado-y-academico-humberto-maturana
https://www.biobiochile.cl/noticias/artes-y-cultura/actualidad-cultural/2021/05/06/la-ultima-entrevista-de-humberto-maturana-las-doctrinas-son-enemigas-de-la-reflexion.shtml
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