La presidenta electa ya ha escogido, tanto a sus ministros, como a sus subsecretarios e intendentes. La nominación de cada una de las personas, se asume que es fruto de un análisis de su adhesión al programa de la Nueva Mayoría y de una trayectoria consistente con dicho programa, de sus capacidades técnicas, políticas, y de no estar involucrados en problemas judiciales ni en conflictos de intereses.
Lo expuesto significa que los filtros a sortear no son banales. Todos los nominados estarán en el ojo del huracán, porque cada vez existe una mayor conciencia de la relevancia que tiene la transparencia y la rendición de cuentas. No están los tiempos para pasarnos por el aro. Estamos en una sociedad cada vez más empoderada, más exigente, tanto con el uso de los recursos públicos como privados.
Cuando se afirma que el país cambió, se hace referencia a lo señalado, y que se expresa en un mayor control social, el que nace como fruto de la insuficiencia del control parlamentario y/o del control de las entidades públicas responsables de impedir los abusos, entre otros, el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) en el ámbito de las actividades comerciales, y la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) en la educación superior.
Este control social puede llegar a producir algunos dolores de cabeza y dar origen a situaciones injustas, pero así y todo, constituye un imperativo de sanidad. La mona por más que se vista de seda, mona queda.
Michelle parece haber sorteado la nominación de los ministros que la acompañarán, no así la de los subsecretarios e intendentes, algunos de los cuales están siendo fuertemente cuestionados. Al momento de escribir estas líneas, de los nominados, hay dos intendentes y cuatro subsecretarios cuestionados, de los cuales una subsecretaria, la de Educación, ya dio un paso al costado.
El futuro subsecretario de Bienes Nacionales, porque en el 2011 le tocó el culo a una dama de 38 años, siendo condenado y obligado al pago de una multa, no obstante que posteriormente fue sobreseído por su conducta previa, esto es, no tenía antecedentes anteriores. Que asuma este personaje, implicaría que las mujeres tendrían que andar con el culo a dos manos. Impresentable.
El futuro subsecretario de Minería, por ser gerente general de una empresa minera que se ha encontrado en huelga por 50 días, y a quien acusan de prácticas antisindicales. Apenas fue nominado, se logró un acuerdo para “no empañar” su nombramiento. Impresentable.
El futuro subsecretario de Agricultura, por enfrentar una acusación de estafa y apropiación indebida al incumplir un contrato con una empresa para el abastecimiento de peras y manzanas a la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB). Impresentable.
¿Qué está fallando? En primero lugar, los partidos políticos, en caso que ellos hayan sido quienes proponen nombres impresentables; y en segundo lugar, el círculo de hierro, responsable de filtrar, buscar, contrastar y revisar antecedente, con miras a evitar exponer a la presidenta electa. Con los avances tecnológicos, no es tan difícil recabar antecedentes acerca de los involucrados. Basta con efectuar una búsqueda utilizando google o cualquier otro buscador.
Si se quiere partir con el pie derecho, más vale cortar por lo sano y corregir a tiempo, antes que persistir con nominaciones que desgastarán el quehacer gubernamental. Más vale prevenir que curar.
Sería bueno que los nominados que están siendo cuestionados, den un paso al costado, como lo hizo la subsecretaria de Educación, quien previó que su nombramiento solo entorpecería el futuro accionar del poder ejecutivo.
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