El sábado pasado, en el estadio
Allianz Arena, localizado en Munich (Alemania), se enfrentaron en la final por
la copa UEFA Champions League 2024-25, los clubes de Paris Saint Germain (PSG)
y el Inter de Milán. El triunfo le correspondió al PSG de la mano del español
Luis Enrique por un contundente marcador: 5 goles contra 0.
Si escribo estas líneas es porque
tras esta goleada hay una historia que deja al menos una lección. Es primera
vez que el PSG levanta esta copa que ha perseguido por años sin lograrlo hasta
ahora. Y no ha sido por falta de recursos económicos, que ha tenido de sobra.
No siempre se compran huevos con plata.
Para obtener la copa qué no ha
hecho PSG: ha tenido en sus filas a Neymar, a Messi, a Mbappé. Con ellos no
alcanzó la ansiada corona; sin ellos, sí la obtuvo. No basta con disponer de un conjunto de
estrellas, así como tampoco se requiere de ellas para conquistar un trofeo.
Lo que se demanda es humildad, serenidad,
dirección, rectitud, psicología, no dejarse llevar por el ego. Y todo esto vino
de la mano de un entrenador, de Luis Enrique, todo un personaje, que ha hecho
suyo la filosofía estoica basada en cuatro virtudes: prudencia, justicia,
coraje y moderación. Filosofía que ha conducido la vida de Luis Enrique y que
para él ha sido una suerte de medicina para el alma.
Luis Enrique ha tenido una
destacada trayectoria como jugador, vistiendo tanto la camiseta del Real Madrid
como de Barcelona, y de la selección española, para posteriormente desempeñarse
como entrenador en distintos clubes hasta recalar en el PSG.
Estos antecedentes no son
suficientes para explicar la filosofía que abraza Luis Enrique. Tras la vida de
cada uno, suele haber al menos alguna tragedia que nos marca. En el caso de
Luis Enrique es la muerte de su hija Xana en el año 2019, con tan solo 9 años,
como consecuencia de un agresivo cáncer óseo. Tragedia que lo marcó con mucha
fuerza y de la que ha sabido sobreponerse. Siente que allí donde esté, lo
acompaña en todo momento, en la victoria y en la derrota.
Esta pareciera ser la clave del
triunfo del PSG, equipo que sin estrellas supo trabajar en equipo, que hizo
suyo la consigna “todos para uno, y uno para todos”.
Un hermoso comentario sobre un personaje y su correcta vida y principios.
ResponderBorrarMuchas gracias.