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En Chile se descubrió una reunión en casa de quien fuera alcalde de las comunas de La Florida y Santiago, Pablo Zalaquett, de la UDI, ahora lobista, esto es, una persona dedicada a influir, interceder por intereses de terceros ante instancias de decisión. Una reunión a la que fueron invitados ministros de gobierno y empresarios. Reunión entre distintas autoridades de gobierno y dirigentes empresariales que fue precedida por otras. Ahora se supo.
Es la clásica
cocina de la que hablaba el chico Zaldívar años atrás cuando afirmó que había
problemas cuya resolución no podían hacerse de cara a la opinión pública,
porque “en estas cosas no todo el mundo puede estar en la cocina, ahí
muchas veces está el cocinero con algunos ayudantes, pero no están todos, no
pueden estar todos, es imposible”.
Para regular esto
existe una ley de lobby. Estas reuniones son legales en la medida que se
registren, de modo que se transparenten. Sin embargo estas reuniones no fueron
registradas. Se descubrieron por una investigación periodística. La vocera de
gobierno, Camila Vallejo, del PC, sin arrugarse siquiera declaró que no hay
nada malo en esto, que son invitaciones para intercambiar conocimientos, ideas,
dialogar, conocerse más, etc. Lo curioso es que en el gobierno no está la
derecha, sino que el FA y el PC, que siempre vio con malos ojos este tipo de
contactos a espaldas del pueblo, que llegó para cambiar estas prácticas.
A punta de
costalazos el gobierno, y las fuerzas que lo respaldan, particularmente las del
FA-PC se está percatando que otra cosa es con guitarra. De ahí las
contradicciones que de tiempo en tiempo observamos en un gobierno prisionero de
sus palabras, de su juventud e inexperiencia que intentan sortearse desde
sectores de la Concertación (PS-PPD-PR y DC), no siempre con éxito. Estamos
ante un gobierno que nació con propósitos refundacionales y que está sufriendo
en carne propia que la necesidad tiene cara de hereje.
Hoy, hacer lobby es una profesión más para ganarse la vida, que habla de las gestiones que realizan personas o instituciones para promover, defender o representar intereses particulares, o bien para influir en las decisiones que en el ejercicio de sus funciones deben adoptar autoridades o funcionarios. Se dice lobista a quien hace lobby, expresión inglesa cuyo significado en español es vestíbulo de un edificio público, antesala.
No cualquiera
puede hacer lobby. Hay que tener cualidades muy específicas, muy buena mano,
contacto, influencias en los centros de poder, llegada a personajes que cortan
el queque, tener santos en la corte.
Para regular esto que existe, nos guste o no, existe lo que se llama una ley de lobby que “legaliza” estos contactos en la medida que “se registren” estas reuniones y sus contenidos, aunque nunca se sabrá si fuera de las conversaciones registradas no existen otras, de trastienda. En términos de cocinería hay recetas donde aparecen todos los ingredientes y sus cantidades, acompañadas de los respectivos pasos a seguir para la preparación de la comida. Pero no siempre siguiendo la receta se consigue el sabor del plato que se está preparando. Hay secretos que no aparecen en la receta, pero que le dan la enjundia al plato. Son los secretos de la abuela.
Estoy de acuedo profesor con lo que indica. Los representantes empresariales y de gobierno, no pueden reunirse de la forma en que se hizo, de la que se supo, solo es la punta de iceberg. Hoy día quien transmite una idea sobre su audiencia es un influencer y es perfectamente lícito. Sin embargo, en el ámbito público donde está el dinero de todos, nuestros impuestos, la cosa es distinta y se creó la ley del Lobby para evitar la corrupción y el tráfico de influencias.
ResponderBorrarHay que fomentar que se hagan por el conducto regular, que quede un registro de quién, cuándo y la agenda de la reunión. La gente que nos gobierna no está obligada a saber todo (no quiero ironizar con esto) y para que se enteren de conceptos, servicios, opiniones de interesados, es con estas reuniones.
Ahora bien, los lobbistas no son necesariamente grandes autoridades, o influencers, pueden ser simples consultores o ejecutivos de comerciales como lo fui hasta hace poco, pueden googlearme, pues registré decenas de citas y aparezco como Lobbista en portal de la ley de Lobby https://www.leylobby.gob.cl o en el portal de Transparencia: https://www.infotransparencia.cl.