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P: Al finalizar la primera parte de esta entrevista le pregunté ¿Por qué lista habría que votar? Y su respuesta fue que lo dejáramos para una segunda parte. Bueno, acá estamos. ¿Cuál sería su respuesta?
R: Antes que nada, gracias por su
paciencia. No escapará a su comprensión que asumo que cada uno sabrá por cuál
lista votar, aquella que mejor lo represente. Yo daré mi opinión, que en ningun
caso es la última palabra ni mucho menos. Quienes me conocen bien, saben que
toda mi vida he adherido a un pensamiento que va desde el centro a la
izquierda, o desde la izquierda al centro. Ahí está el espectro de mi ideario. Para
la elección de representantes constituyentes tenemos 5 listas en carrera. Votaré
por uno de los nombres que aparezca en la papeleta de la lista de
centroizquierda, Todo por Chile.
P: La oposición va en tres listas: ¿Esta
dispersión favorece al gobierno?
R: No lo sé, pero sí creo que es muy
sano para el país que exista una oposición diferenciada. En este caso tendremos
a una derecha dura, o ultraderecha, que se apertrechará tras la lista de los
republicanos; una derecha populista que sigue los cantos de sirena de Parisi; y
a la derecha clásica representada por la lista Chile Seguro que procurará
extender su influencia hacia el centro como una forma de amortiguar el drenaje
que le producirán las otras listas a su derecha. En esta lista, de los partidos que conforman la coalición opositora de ChileVamos, las
responsabilidades están claramente distribuidas: la UDI y RN deben evitar que
se les desgrane el choclo por la derecha, en tanto que Evópoli la de retener el
voto de rechazo por parte del centro político en el último plebiscito de salida.
P: Por el otro lado, la dispersión
oficialista en dos listas ¿no favorece a la oposición?
R: No lo veo así. Es claro que en el
gobierno hay al menos dos almas y las dos listas expresan eso. A mi entender una
única lista habría sido algo extraño, forzado, no natural. Creo que el país se
ve beneficiado al tener en carrera a 5 listas, las que expresan las corrientes electorales
dominantes en el escenario político actual.
P: ¿No teme que la lucha electoral se
centre entre las 3 listas de la derecha y las dos de la izquierda?
R: El riesgo está y sin duda que habrán
fricciones entre ellas, pero la disputa mayor estará entre las dos listas de
izquierda y las tres listas de derecha. Las disputas al interior de las listas
de la derecha serán chimuchina al igual que la que pueda haber entre las listas
de la izquierda.
P: ¿No le llama la atención que el PS
se haya inclinado por ir en lista con los partidos del FA y el PC?
R: Sin duda, porque implícitamente
implica una ruptura con la política de
alianzas que el PS ha forjado en las últimas décadas. Pero no lo veo con malos
ojos, sino que todo lo contrario, como una expresión, una voluntad de
fortalecer la alianza oficialista. De hecho se la jugó hasta el final por una
única lista. Más me llama la atención que el PL vaya en la lista Unidad para
Chile con el FA y el PC, y no en la lista Todo por Chile del PPD-DC-PR.
P: ¿La lista Todo por Chile
(PPD-DC-PR) no sería una suerte de reedición de la Concertación, pero sin el PS?
R: Claramente lo es, rescatar lo mejor
de lo que fue la Concertación. Si bien la lista Todo por Chile se ve debilitada
sin el PS, un partido con historia, pero fortalece la lista Unidad para Chile. Cada
uno debe situarse allí donde se sienta más cómodo, donde crea que es más útil.
Los socialistas escogieron ese camino, no sin dificultades, y solo cabe
respetarlo.
P: ¿Cuál es la intencionalidad de la
lista Todo por Chile? ¿Hablarle a un centro espurio como expresó el presidente
de Convergencia Social (CS), el partido del presidente Boric?
R: Creo que ya está dicho, pero lo
reiteraré: uno, evitar el vaciamiento del centro político vinculado con la
izquierda que en la historia política chilena ha estado representado por el PR,
la DC y el PPD; dos, impedir que la representación de lo que fue la
Concertación sea cooptada por la derecha, que fue lo que ocurrió en el
plebiscito de salida cuando el rechazo ganó con un 62%. Este porcentaje no es
de la derecha. Es claro que parte importante del centro político votó rechazo.
No hay porqué regalárselo a la derecha. Hay que reconquistarlo y ese creo que
es uno de los desafíos que tiene la lista Todo por Chile.
P: Dada la polarización imperante ¿acaso
el centro político no se encuentra ya vaciado?
R: Históricamente, políticamente, el
centro político chileno de izquierda ha sido dirimente, es el que define, es el
espacio dominante. Quien tiene el centro, tiene la batuta. Si miramos hacia
atrás, los mejores gobiernos que ha tenido Chile tienen ese signo: Pedro
Aguirre Cerda, Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin Azócar. Creo que tiene
plena vigencia.
El centro político chileno no es un
centro espurio como afirma el diputado Ibañez. Chile no es un país de extremos
y cuando se quiso ir a por todo, cuando se quiso asumir comportamientos
refundacionales, de un paraguazo el resultado no pudo ser peor. Antes que
vaciar el centro político, hay que potenciarlo.
P: ¿Tiene ejemplos a mostrar?
R: Los conocemos todos. Fue el caso
del anterior proceso constituyente, donde se creyó que estaban dadas las
condiciones para una constitución a la pinta de la mayoría imperante en la
convención, pero que a la hora de la verdad fue rechazada en forma abrumadora.
Fue el caso del extremismo de
izquierda del MIR en la década de los 60. Fue el caso de la dictadura que quiso
perpetuarse.
No basta el voluntarismo, se requieren mayorías sólidas, estables, y esas mayorías solo la obtienen quienes logran atraer a ese centro espurio al que se refiere despectivamente el diputado Ibañez. Conquistar tales mayorías no es broma, no es tarea fácil, ni de un día para otro, y menos en los tiempos líquidos que vivimos, donde las preferencias ciudadanas cambian de una elección a otra como quien se cambia de camisa y donde nadie puede cantar victoria a partir de un resultado electoral.
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