octubre 29, 2022

Segunda vuelta en Brasil: Lula vs Bolsonaro

Foto de Matheus Câmara da Silva en Unsplash

Con 48% de los votos, Lula logró aventajar a Bolsonaro en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, sin lograr la mayoría absoluta a la que aspiraba. Bolsonaro, por su parte, alcanzó una votación del 43% por sobre la prevista, comprobándose que disponía de un voto oculto que las encuestas no fueron capaces de contabilizar. De los restantes candidatos solo dos superaron el 1% de los votos: Simon Tebet con un 4% y Ciro Gomez con un 3%, ambos más afines a la izquierda que a la derecha.

Tanto Lula como Bolsonaro pueden sentirse satisfechos con la votación alcanzada: Lula, porque sin perjuicio de no alcanzar el 50% más uno de los votos, logró obtener más votos que Bolsonaro a pesar del poder que otorga estar a la cabeza del gobierno; Bolsonaro también tiene motivos para estar contento con los votos obtenidos porque superó con creces las previsiones de las encuestas.

Para el balotaje Lula corre con ventaja, tanto por que superó por 5 puntos a Bolsonaro en la primera vuelta, como porque los candidatos que salieron en tercer y cuarto lugar han resuelto apoyar a Lula. Los apoyos de Tebet y Gomez son importantes, significativos y previsibles dado que dentro de un espectro de derecha-izquierda, se sitúan dentro del centro y/o la centroizquierda.

Pero también se sabe que los votos obtenidos por ellos no son traspasables automáticamente. Menos en el caso brasileño donde los personalismos, los caciquismos locales y regionales están a la orden del día. Otro respaldo relevante que obtuvo Lula proviene del expresidente Cardoso. Los apoyos de Tebet, Gomez y Cardoso se sustentan en el talante democrático demostrado por Lula durante sus dos períodos presidenciales. En consecuencia, la lógica invita a pensar que Lula debe ganar la presidencia. Sin embargo, bien sabemos que en política no todo es lógico.

Bolsonaro se ha jugado el todo por el todo para repetirse el plato. Tal como en el tramo final de su campaña de primera vuelta lanzó propuestas económicas populistas de última hora, ahora para la segunda vuelta ha lanzado bonos para los pobres. A ello cabe agregar que Bolsonaro tiene a favor su afinidad ideológica con una corriente política de derecha radical que se encuentra en ascenso a nivel mundial.

Pero Lula no dará el brazo a torcer, es duro de roer. Viene de abajo, es sólido, tiene trayectoria. No pudo postular en la anterior elección presidencial gracias a un proceso judicial encabezado por un fiscal, Sergio Moro, en su tiempo motejado como niño símbolo de la lucha contra la corrupción. Por este proceso Lula fue condenado y encarcelado por acusaciones que las investigaciones demostraron infundadas. Por los servicios prestados, al sacar a Lula de su camino a la presidencia, Bolsonaro nombró a Moro como ministro de justicia. El ladrón detrás del juez.

Lo descrito demuestra que Lula ha sufrido golpes bajos al por mayor, y cuando se ha creído que estaba en la lona, se ha levantado. De este desafío confío que también salga airoso. El pueblo brasileño lo merece. Pero no la tiene fácil.

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