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Rápidamente llegó el 2022.
Pareciera que el tiempo transcurre cada vez más rápido. Ya se nos fue el 2021,
un año caramboleado, cruzado por la pandemia a nivel mundial, y a nivel
nacional, aderezado por la convención responsable de la elaboración de una
nueva constitución, elecciones municipales, regionales, parlamentarias y
presidenciales. Esta última resuelta en segunda vuelta con su correspondiente
dosis de suspenso, pero que finalmente se resolvió pacíficamente, sin
escándalo, gracias a la contundencia de los resultados finales.
El 2022 nos pilla en un estado de
incertidumbre marcada por cinco elementos que nos tensionan: el sanitario, el
migratorio, el económico, el militar y el político. El sanitario está asociado
a la pandemia que se resiste a abandonarnos y que obliga a mantenernos en
alerta, a adoptar todas las medidas preventivas a nuestro alcance, tales como
el distanciamiento social y el uso de mascarillas. Todo esto junto con seguir
las recomendaciones de las autoridades sanitarias competentes mientras
prosiguen las investigaciones en torno a la eficacia y duración de la inmunidad
de las vacunas frente a las distintas variantes que están apareciendo. Se trata
de una batalla en curso que dificulta proyectarnos mayormente no obstante que a
la fecha hemos logrado mantener a raya la pandemia.
El fenómeno migratorio nos seguirá
acompañando en el curso del año y si bien implica a todo el país, ha afectado
primordialmente a las regiones del norte. Se trata de un fenómeno mundial asociado
al cambio climático en curso y a las distintas realidades imperantes en los más
diversos países. Si bien las migraciones existen desde los albores de la
humanidad, fruto del desigual desarrollo en distintas regiones del mundo, hoy
se da con especial fuerza gatillando expresiones nacionalistas y de xenofobia
que ponen en jaque los avances que en materia de DDHH ha alcanzado la
humanidad.
Otro elemento que pesará en el año
es el económico como consecuencia de las diversas medidas adoptadas en los dos
últimos años destinadas a amortiguar las secuelas que la pandemia ha dejado en
el plano laboral. Las holguras económicas que se disponían ya no estarán
presentes en el 2022 por lo que se prevé un año duro, de bajo crecimiento
económico y donde la autoridad monetaria deberá esforzarse por contener las
presiones inflacionarias actualmente presentes. Esta realidad requerirá un
delicado manejo económico-financiero en un contexto de altas demandas en los
más diversos órdenes.
El elemento militar con el que se
está lidiando tiene relación con el conflicto en la Araucanía y al cual no
pocos se refieren como un conflicto chileno-mapuche. Luego de décadas de
diálogos infructuosos, de avances y retrocesos, el conflicto ha entrado en una
escalada de militarización y narcoterrorismo de la que no se sabe cómo se
saldrá. Al igual que en tantas otras cosas, la polarización se ha apoderado de
sus protagonistas. Están quienes plantean a la necesidad de un diálogo a fondo,
auténtico, que apunte a las raíces del conflicto, y están quienes desde la
acera opuesta, consideran agotado e inútil todo diálogo, apostando a la imposición
de una solución militar.
En el plano político el año estará
marcado por la capacidad del país para contener y encontrar vías de solución a
los problemas ya mencionados. Por si fuera poco, todo esto se verá salpimentado
por lo que salga de la convención constituyente y por la instalación de un
nuevo gobierno que no se corresponde con ninguna de las dos coaliciones que nos
han gobernado en los últimos 30 años. La crisis que viven los partidos
políticos, esenciales en una democracia en forma, prueba que el binominalismo
ha quedado atrás, reemplazado por una fragmentación partidaria que dificulta la
gobernabilidad tal como la hemos entendido hasta ahora.
Como puede verse, no son pocos los
desafíos que se tienen por delante, pero así y todo, hay espacio para un
optimismo que nace de la mano de una nueva generación a la que el país ha
confiado su conducción política. Arriba los corazones y bienvenido 2022!
En mi opinión la forma en que abordemos el quinto "elemento" será determinante para enfrentar los cuatro anteriores. De continuar menospreciando a la política se hará más difícil resolver los otros
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