Con egresados de la Tarapacá
Hace unos dos meses tuve el privilegio de participar en un encuentro de camaradería con egresados/as de los años 90 de las carreras de Ingeniería en Computación (de ejecución y civil) de la Universidad de Tarapacá.
Fue un emocionante encuentro que tuvo lugar en Santiago, la capital del reino, en el que se reencontraron quienes no se veían por más de 15 años. De los profesores, tan solo dos pudieron estar presentes. Desfilaron recuerdos y anécdotas inolvidables que dieron cuenta de la existencia de una comunidad.
Estuvieron egresados que se han abierto paso en la selva santiaguina, que se fueron de Arica con el dolor del alma. La falta de oportunidades los llevó a emprender vuelo, a buscar nuevos horizontes. Son esforzados nortinos/as que vivieron sus mejores años en la ciudad de la eterna primavera donde muchos de ellos conocieron a quienes hoy son sus parejas. La alegría y la emoción del reencuentro llenaron la jornada. Algunos de ellos residen en el exterior.
No olvidan a su universidad, su alma mater, en la que se formaron y con la que quisieran tener una estrecha vinculación. Son todos hombres y mujeres de esfuerzo, personas solidarias entre sí, que se apoyan mutuamente. La mayoría ha triunfado tanto en su desarrollo personal como profesional. Irradian alegría, entusiasmo, fuerza, capacidad de trabajo. Algunos tienen sus propias empresas debiendo sortear diariamente los desafíos que los altos niveles de competitividad les plantean; otros trabajan en importantes empresas del sector informático. Por insertarse en un campo marcado por la innovación tecnológica, deben estar permanentemente estudiando y anticipándose a lo que viene. El que pestañea, pierde. Pero no han perdido: han demostrado ser fuertes y valientes: son nortinos.
En esta reunión acordaron agruparse, sumar fuerzas, crear un sitio web que los represente, que sea un espacio de apoyo mutuo, que les permita relacionarse con su universidad. La Universidad de Tarapacá también los necesita. Mal que mal, la tradición se construye piedra sobre piedra.
La semana pasada tuvo lugar una segunda reunión con tanto éxito como la anterior. Allí se presentó el sitio web que crearan, primer borrador de lo que aspiran lograr. Un espacio de unidad entre ellos y con su universidad. No cabe sino respaldar este magnífico esfuerzo que es un ejemplo para todos. En tiempos en los que las noticias tienden a mostrarnos un mundo apocalítico, es un placer destacar este hecho.
Hace unos dos meses tuve el privilegio de participar en un encuentro de camaradería con egresados/as de los años 90 de las carreras de Ingeniería en Computación (de ejecución y civil) de la Universidad de Tarapacá.
Fue un emocionante encuentro que tuvo lugar en Santiago, la capital del reino, en el que se reencontraron quienes no se veían por más de 15 años. De los profesores, tan solo dos pudieron estar presentes. Desfilaron recuerdos y anécdotas inolvidables que dieron cuenta de la existencia de una comunidad.
Estuvieron egresados que se han abierto paso en la selva santiaguina, que se fueron de Arica con el dolor del alma. La falta de oportunidades los llevó a emprender vuelo, a buscar nuevos horizontes. Son esforzados nortinos/as que vivieron sus mejores años en la ciudad de la eterna primavera donde muchos de ellos conocieron a quienes hoy son sus parejas. La alegría y la emoción del reencuentro llenaron la jornada. Algunos de ellos residen en el exterior.
No olvidan a su universidad, su alma mater, en la que se formaron y con la que quisieran tener una estrecha vinculación. Son todos hombres y mujeres de esfuerzo, personas solidarias entre sí, que se apoyan mutuamente. La mayoría ha triunfado tanto en su desarrollo personal como profesional. Irradian alegría, entusiasmo, fuerza, capacidad de trabajo. Algunos tienen sus propias empresas debiendo sortear diariamente los desafíos que los altos niveles de competitividad les plantean; otros trabajan en importantes empresas del sector informático. Por insertarse en un campo marcado por la innovación tecnológica, deben estar permanentemente estudiando y anticipándose a lo que viene. El que pestañea, pierde. Pero no han perdido: han demostrado ser fuertes y valientes: son nortinos.
En esta reunión acordaron agruparse, sumar fuerzas, crear un sitio web que los represente, que sea un espacio de apoyo mutuo, que les permita relacionarse con su universidad. La Universidad de Tarapacá también los necesita. Mal que mal, la tradición se construye piedra sobre piedra.
La semana pasada tuvo lugar una segunda reunión con tanto éxito como la anterior. Allí se presentó el sitio web que crearan, primer borrador de lo que aspiran lograr. Un espacio de unidad entre ellos y con su universidad. No cabe sino respaldar este magnífico esfuerzo que es un ejemplo para todos. En tiempos en los que las noticias tienden a mostrarnos un mundo apocalítico, es un placer destacar este hecho.
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