Cadaqués surgió como pueblo de pescadores en la costa brava catalana que ha atraido a artistas de renombre, pero quien dejó su marca fue Salvador dalí, a punto tal que se le llama el pueblo de Dalí.
Es una bahía tranquila que está a poco menos de 3 horas de Barcelona. En su casco viejo se encuentran callejuelas estrechas y pedregosas que albergan talleres artesanales. He llegado acá en pleno invierno en un día bajo un sol esplendoroso, en el que el blanco de la cal reluce junte al fuerte azul de sus postigos. Luego de subir y bajar por sus senderos llegué a la casa-museo de Dalí, la que se encontraba cerrada, en reparaciones, pero así y todo valió la pena, porque lo más rescatable es el ambiente que se respira y su localización que invita la meditación.
Durante el trayecto a Cadaqués se puede observar la aridez de la zona, la que se ve agravada por la sequía que se vive y que tiene a los embalses en niveles críticos. En pleno invierno prácticamente no ha llovido. El cambio climático se está haciendo sentir en el mundo entero. De hecho las preocupaciones y temas que se abordan aquí y en Chile no difieren mucho.
Estando en Barcelona tuve ocasión de presenciar una masiva protesta por la vía Layetana contra la nueva ley de educación, a la que se acusa de promover la privatización de la educación pública, tema que en Chile pasó colado en tiempos de Pinochet sin mayor ni menor discusión pública.
En España se avecinan las elecciones generales, donde el partido gobernante socialista, PSOE, mide sus fuerzas con la oposición, el PP, de derechas y cuyo discurso se centra en la inmigración. Se palpa la fuerza de la inmigración desde los más diversos confines, ya sea desde nuestra América Latina, como de Africa y Asia, la que está incidiendo en el ámbito cultural, comercial y poblacional. Hoy estamos ante una Europa multiracial, diversa, heterogénea que alarma a las fuerzas más nacionalistas. Se ha intentado acotar, limitar, controlar o empadronar la inmigración, pero sin mayor éxito porque ella tiene su origen en las aberrantes diferencias de ingreso existentes entre los países de donde provienen los inmigrantes y los países a los cuales emigran. Mientras subsistan estas diferencias, la inmigración continuará su curso inexorable.
En Chile algo de eso tenemos, claro que confinado a nuestro “barrio”, donde la realidad económica de países vecinos invita a emigrar hacia nuestro país que es visto como “modelico”.
Todo esto mientras en las primarias de los demócratas en USA, Obama crece como la espuma con su mensaje “Yes, we can” ; en Chile el almanaque veraniego está siendo entretenido por los generales en retiro Santelices y Cheire. Pero esto ya es tema para otra columna.
Es una bahía tranquila que está a poco menos de 3 horas de Barcelona. En su casco viejo se encuentran callejuelas estrechas y pedregosas que albergan talleres artesanales. He llegado acá en pleno invierno en un día bajo un sol esplendoroso, en el que el blanco de la cal reluce junte al fuerte azul de sus postigos. Luego de subir y bajar por sus senderos llegué a la casa-museo de Dalí, la que se encontraba cerrada, en reparaciones, pero así y todo valió la pena, porque lo más rescatable es el ambiente que se respira y su localización que invita la meditación.
Durante el trayecto a Cadaqués se puede observar la aridez de la zona, la que se ve agravada por la sequía que se vive y que tiene a los embalses en niveles críticos. En pleno invierno prácticamente no ha llovido. El cambio climático se está haciendo sentir en el mundo entero. De hecho las preocupaciones y temas que se abordan aquí y en Chile no difieren mucho.
Estando en Barcelona tuve ocasión de presenciar una masiva protesta por la vía Layetana contra la nueva ley de educación, a la que se acusa de promover la privatización de la educación pública, tema que en Chile pasó colado en tiempos de Pinochet sin mayor ni menor discusión pública.
En España se avecinan las elecciones generales, donde el partido gobernante socialista, PSOE, mide sus fuerzas con la oposición, el PP, de derechas y cuyo discurso se centra en la inmigración. Se palpa la fuerza de la inmigración desde los más diversos confines, ya sea desde nuestra América Latina, como de Africa y Asia, la que está incidiendo en el ámbito cultural, comercial y poblacional. Hoy estamos ante una Europa multiracial, diversa, heterogénea que alarma a las fuerzas más nacionalistas. Se ha intentado acotar, limitar, controlar o empadronar la inmigración, pero sin mayor éxito porque ella tiene su origen en las aberrantes diferencias de ingreso existentes entre los países de donde provienen los inmigrantes y los países a los cuales emigran. Mientras subsistan estas diferencias, la inmigración continuará su curso inexorable.
En Chile algo de eso tenemos, claro que confinado a nuestro “barrio”, donde la realidad económica de países vecinos invita a emigrar hacia nuestro país que es visto como “modelico”.
Todo esto mientras en las primarias de los demócratas en USA, Obama crece como la espuma con su mensaje “Yes, we can” ; en Chile el almanaque veraniego está siendo entretenido por los generales en retiro Santelices y Cheire. Pero esto ya es tema para otra columna.
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