septiembre 21, 2025

IIE la rompe … (parte 8)

Como ya se dijo en capítulos anteriores, uno de los sellos de Ingeniería en Informática Empresarial (IIE) fue el de innovar, de aprovechar que la universidad se había embarcado en un modelo de educación orientado al desarrollo de competencias para ensamblar la teoría con la práctica. Recordemos que toda competencia no es sino la puesta en acción de una o más capacidades. Por tanto, estábamos insertos en un modelo educativo que exigía no solo la formación de capacidades, sino que ellas debían concretarse, expresarse, aplicarse. Mientras capacidad es un concepto pasivo, competencia es un concepto activo, y como tal el aprendizaje no solo debía ser en el aula, sino que también en terreno.

En este marco en IIE nacen los proyectos en empresas, debiendo el plan de estudios incluir al menos una asignatura por semestre en el que se exigiera el desarrollo de proyectos en empresas. El desafío, no solo para los alumnos, sino para el cuerpo de profesores, era mayúsculo. Había que dar una estructura a los proyectos, había que salir a la búsqueda de empresas, había que responder a las expectativas generadas. Se trató de una experiencia apasionante. Lo que se aprendía en aula había que ponerlo en acción. Y desde el primer año.

Para darle visibilidad a todo esto, anualmente se organizaron ferias de posters, los que en sus primeros años tuvieron lugar en la céntrica 1 Sur, para posteriormente ponerse pantalones largos en la plaza de armas de Talca. Los transeúntes se sorprendían. Cada proyecto tenía su stand con un poster que resumía su contenido, y que era atendido por los alumnos integrantes del grupo de trabajo, quienes explicaban el proyecto a quienes se detenían para interiorizarse de la experiencia.

Todo esto ha ido marcando a la carrera, a la formación, y hoy sus egresados recuerdan vivencias inolvidables. No se trataba de grandes proyectos, no pocos minúsculos, pero no por ello insignificantes. Microempresas familiares que primera vez recibían una nueva mirada hacia su quehacer productivo orientada a formalizar, optimizar, mejorar.

Lo concreto es que todas estas actividades potenciaron a los alumnos, contribuyeron a desarrollar sus personalidades, a adquirir experiencia y confianza en sí mismos, a vivir las dificultades que encierra trabajar en equipo, a perderle el miedo al mundo en el que se desempeñarían una vez egresados. Es así como a la hora de egresar, los IIE lo hicieron sabiendo el terreno que pisarían y con la frente en alto.

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