agosto 10, 2025

No todo vale (parte 2 de 2)

A raíz de mi columna anterior en torno a Evelyn Matthei me llegó el siguiente comentario: “Hola, la Evelyn lleva 30 años tratando de ser presidenta de Chile y solo le alcanzó para ser alcaldesa”.

No sé si Evelyn ha estado tratando de ser presidenta de Chile a lo largo de estas tres últimas décadas, pero aprovecharé de recordar que Allende persiguió la presidencia hasta obtenerla. Hay un adagio que dice que quien la sigue, la consigue.  Puede ser signo de tozudez, como de perseverancia, depende del cristal con que se mire, aunque lo más probable que sea una mezcla de ambos. En todo caso aprovecharé el comentario para ponerme al día recordando dos hechos en los que Evelyn ha estado fuertemente implicada.

El primero data de 1992, en los albores de la transición hacia la democracia, cuando la derecha se embarcó en un proceso de selección de una candidatura presidencial para las elecciones de 1994. Las cartas sobre la mesa eran Evelyin (Matthei) y Sebastián (Piñera), quienes con Alberto Espina conformaban lo que entonces se llamó la “patrulla juvenil”. La disputa entre Evelyn y Sebastián fue con tutti, incluidos golpes bajos, destacándose uno de ellos en particular, el llamado “kiotazo” en honor a una grabadora marca Kioto.

Hace ya casi 33 años, un 23 de agosto de 1992, en un programa televisivo del canal MEGA, que se estaba transmitiendo en vivo, el mismísimo presidente del canal, el  empresario Ricardo Claro, pulsa el botón de reproducir de la grabadora revelando una grabación telefónica clandestina. En ella, el precandidato de entonces, Sebastián, conversando con su amigo Pedro Pablo Díaz, habla pestes de Evelyn, su contendora de entonces. La difusión de esta grabación, que terminó dejando muy mal parados a ambos precandidatos, los dejó fuera de carrera, forzando a la derecha a sacar un candidato presidencial de la manga y sobre la marcha, Arturo Alessandri Besa.

El segundo hecho se remonta al año 2013 cuando Evelyn es ungida candidata presidencial. Pero ojo, no fue porque lo buscara, sino porque le llegó. Recordemos. La derecha hizo primarias. En ese entonces los partidos que la representaban era Renovación Nacional (RN), y la Unión Demócrata Independiente (UDI). RN llevaba a Andrés Allamand, y la UDI a Laurence Golborne. Ad portas de las primarias, la UDI, viendo que Allamand ganaría las primarias, opta por bajar a Golborne y reemplazarlo por Longueira aprovechando su despliegue territorial y peso político.

Lo que se sabe es que para la UDI un eventual triunfo de la precandidatura de Allamand le era insoportable, por lo que se jugó el todo por el todo para impedirlo. Y lo hizo de la mano de Longueira, a quien, a poco de triunfar en las primarias, le sobreviene una intempestiva depresión que hasta el día de hoy nadie, o pocos, entienden. La UDI logró su objetivo: dejar fuera de carrera a Allamand, y exige, como fuerza política ganadora de las primarias, su mejor derecho a nominar el(la) candidato(a) presidencial que represente a la derecha. Y emerge el nombre de Evelyn, quien va al sacrificio dado que todas las encuestas de entonces señalaban que Michelle, ganaría por paliza. Evelyn da la pelea y la pierde.

En consecuencia, esta es la segunda incursión presidencial de Evelyn. Curiosamente, esta vez su principal contendor no está al frente, sino que al lado, al menos para la primera vuelta: José Antonio Kast.

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