agosto 21, 2025

Disparándose a los pies

                                   

Partió la bolita para las elecciones presidenciales y parlamentarias que tendrán lugar a fines de este año. Las cartas están echadas. Ya se sabe quienes son los candidatos presidenciales, así como los candidatos al parlamento, tanto a la cámara alta como baja.

En la derecha fueron incapaces de dirimir la candidatura presidencial vía primarias, en tanto que en la izquierda sí hubo primarias, inevitablemente ásperas, pero que les permite llegar con una única candidatura. Al margen de las candidaturas que se ven como mayoritarias, entran en carrera los mismos de siempre -MEO, Parisi y Artes-, más Mayne-Nichols, quienes alcanzaron a reunir, cada uno, las firmas necesarias para estar en la papeleta presidencial. Las postulaciones de MEO, Parisi y Artes, ya adquieren caracteres patológicos dado que retratar el desconcierto y el desprestigio que ha adquirido el devenir político. La candidatura de Mayne-Nichols parece un intento por reverdecer un centro político que encarne la moderación en un contexto de creciente polarización.

No estamos ante un fenómeno exclusivamente nacional, sino mundial, en el que lo político se confunde con la politiquería. Desgraciadamente, no solo retrata a los políticos propiamente tales y a los partidos que se atreven a presentar en sus listas a personajes del mundo de la farándula o de dudosa catadura, sino que, a nosotros mismos, a los ciudadanos de a pie, a quienes votamos por ellos. Todo un símbolo de los tiempos que vivimos.

Así como hace poco más de medio siglo, entre los jóvenes y pobres dominaba la izquierda y la centroizquierda, hoy lo hace la ultraderecha junto con la derecha. Una derecha que la ultraderecha se da el lujo de llamar “la derechita cobarde”, tal como en sus viejos tiempos, la ultraizquierda denostaba a la izquierda por adherir a la denostada democracia burguesa. Tiempos en los que no se avizoraban dictaduras capaces de desbordarla a punta de golpes sin asco alguno. En Chile, en la quebrada del ají y más allá.

Dictaduras surgidas al alero de fusiles que no trepidaron en implantar el terrorismo estatal-militar. Hoy ya no parece necesario, basta imponer dictaduras a punta de votos de quienes defraudados de la politiquería y la democracia, no encuentran nada mejor que votar por quienes, más temprano o más tarde, serán sus verdugos: los Milei, los Bolsonaro, los Trump, los Bukeles, los Maduro, los Putin.

La pregunta que debiéramos respondernos es ¿Qué hemos hecho mal para llegar a esto? En el caso chileno, la mejor prueba de que la izquierda se ha está disparando a los pies, ha sido su incapacidad para acordar una única lista parlamentaria a sabiendas de que la derecha iba dividida. Más encima, una de las listas, la del Frente Regionalista Verde Social (FRVS) y Acción Humanista (AH) se ha convertido en el receptáculo de quienes quedaron a la vera del camino, no solo del mundo oficialista (Sharp, Naranjo, Correa y Navarro entre otros), sino que del mundo opositor (Calisto y otros) y de quienes cuesta adivinar dónde están (Alinco y otros).

De esta forma, yendo a las parlamentarias en dos listas, la izquierda se la está dando en bandeja a una derecha que debe estar sobándose las manos de este regalo caído del cielo. El día después llorará, por más que se diga que la política es sin llorar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario