agosto 02, 2025

IIE la rompe …. (parte 4)

Esta columna es un paréntesis respecto de las anteriores dado que haré referencia algunos comentarios recibidos, principalmente por parte de los primeros egresados de la carrera, y que ameritan destacarse.

1.      Mucho contacto, mucha interrelación con las empresas: de hecho, las empresas eran vistas como una extensión de la carrera, como los laboratorios de la carrera. Cabe resaltar el gran esfuerzo desplegado por la dirección de la Escuela en este plano, como lo prueban los contactos, las reuniones-almuerzo que se llevaban a cabo para dar a conocer la carrera, el sello que se le quería dar, y para identificar los requerimientos de las empresas, particularmente las pequeñas y medianas empresas.

2.      Alto nivel de exigencia, por sobre la imperante en las otras escuelas de la facultad, lo que no dejó de ser observado por algunos; así y todo, no se quiso bajar la guardia porque existía la convicción de que los obstáculos, las dificultades en el camino, son para enfrentarlos, no para eludirlos.

3.      Tener un cuerpo de profesores experimentados, provenientes de otras culturas, y la oportunidad de una pasantía en el exterior, abrió todo un mundo a no pocos estudiantes, muchos de ellos de primera generación y que no habían salido del país. De hecho, dos de las mejores estudiantes que ha tenido la carrera, actualmente se encuentran trabajando en empresas del viejo continente.

4.      Para algunos, matricularse en esta carrera representó todo un desafío, puesto que era como lanzarse a una piscina sin saber si tenía agua. Era una carrera nueva, con un título nuevo, absolutamente desconocido. Han sido sus primeros egresados quienes han abierto cancha para los que vienen.

5.      La implementación de las consultorías no fue fácil, tanto porque el grueso de las empresas en la región son microempresas o empresas familiares que no suelen ver con buenos ojos un apoyo externo que suele verse como intromisión, como porque representó un reto no menor para los estudiantes que debían hacer frente a una realidad empresarial compleja de supervivencia diaria.

6.      A pesar de las dificultades que encerraban las consultorías como los proyectos que en ellas debían realizarse en algunas asignaturas, sus consecuencias fueron muy positivas: los estudiantes egresaron con experiencia laboral, lo que resaltaban en sus currículos, y sobre todo, les dieron una inyección de experiencia y seguridad que les hacían perder el miedo al futuro laboral. Es así como a la hora de buscar trabajo, a las entrevistas con empresarios, ejecutivos y/o profesionales, acudían con aplomo y confianza.

7.      El común denominador, al menos de los egresados, era su salida al mercado laboral como una suerte de predicadores de la innovación, de insertarse en las empresas buscando en qué innovar con apoyo tecnológico, para mejorar lo que se está haciendo, para optimizar tiempos, recursos y ambientes, tanto en el sector público como privado.

8.      Para la semana de los mechones, la dirección de la Escuela, en conjunto con el centro de alumnos de la carrera, se propuso una recepción a los alumnos mechones diferente a la clásica, tradicional: decidieron innovar por la vía de la solidaridad: en uno de los primeros años, con el apoyo del municipio de Talca que proveyó de carretillas, palas y rastrillos, se optó por limpiar la ribera del río Claro; en otra ocasión se concurrió a un parvulario para pintar sus paredes que clamaban por una mano de pintura. Iniciativas que fueron reconocidas públicamente, tanto desde la comunidad nacional, regional como universitaria.

Estos son los puntos que me han recordado egresados y quienes han estado ligados con la carrera, que agradezco porque dan cuenta de que lo que se propuso IIE desde sus inicios, sigue plenamente vigente.