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Fuente: http://enlalinea.cl/elecciones-primarias-2020-que-elegimos-en-calama/ |
Si bien es un tanto prematuro efectuar una evaluación rigurosa,
al menos es posible efectuar algunas reflexiones sobre un proceso que está en
sus inicios y del cual no existe mayor tradición en el país. Como en todas las
cosas podemos poner el acento tanto en el vaso medio vacío como en el vaso
medio lleno. Haré mención a dos aspectos en los que falta mucho trecho por
recorrer, tanto por parte de los partidos como de los ciudadanos.
Uno de los aspectos negativos, en muchas regiones, en el caso
de los candidatos a gobernadores, y en muchas comunas en el caso de los candidatos
a alcaldes, se relaciona con que las distintas alianzas políticas en carrera siguen
privilegiando “la cocina”, entre cuatro paredes, a la hora de escoger el
candidato. Con ello se sigue impidiendo que la ciudadanía se pronuncie respecto
de quienes quieren que sean los candidatos en sus correspondientes regiones o
comunas. Lo otro negativo se vincula con la baja participación ciudadana, por
debajo del 5%, lo que constituye toda una contradicción si se considera que las
primarias se instituyeron precisamente para promover la participación y reducir
“la cocina”. Lo expuesto es signo tanto de desencanto como de ausencia de
ejercicio de ciudadanía, de apatía.
También podría calificarse negativamente lo que no deja de
llamar la atención: que ni el partido comunista ni el partido republicano hayan
participado en las primarias para que los ciudadanos tengan la oportunidad de escoger
entre los distintos candidatos en carrera. En ambos casos han optado por nominar
sus candidatos sin la mediación ciudadana, una manera bien particular de hacer
política muy distinta a la que proclaman.
Pero también hay aspectos positivos asociados. De partida,
hubo primarias en muchas regiones y comunas, lo que revela un esfuerzo por
salir de las madrigueras políticas para exponerse públicamente y delegar poder
en la gente para que decida quienes han de ser los candidatos. Insuficiente aún
dado que falta mucho por avanzar, dado que siguen nominándose muchos candidatos
bajo cuerda. Esto vale para todos los sectores. Pero así y todo se trata de un
paso en la dirección correcta. También cabe valorar positivamente la participación
ciudadana por más menguada que esta haya sido. Meritorio es que hayan quienes
se dieron la molestia de concurrir a votar en un contexto marcado por la
pandemia, escasa información disponible, y un profundo desprestigio de la dirigencia
política, el que se extiende a todo tipo de dirigencias –económica, religiosa,
sindical, militar, deportiva-.
Respecto de los resultados es imposible hacer una proyección
de lo que viene. No obstante me atrevería a avizorar un escenario en el que se
reviven los tradicionales tercios o los cuartos luego de décadas de
binominalismo forzado. Los tercios (izquierda,
centro y derecha) o los cuartos (izquierda, centroizquierda, centroderecha y
derecha) dependiendo de las alianzas que finalmente se logren configurar para
las próximas elecciones.
Los tercios estarían dados por una eventual alianza del
Frente Amplio con el PC por la izquierda; la Unidad Constituyente bloque que se
podría asimilar a lo que fue la Concertación por el centro; y un acuerdo que se
podría alcanzar por la derecha entre los partidos de ChileVamos y el partido
republicano de José Antonio Kast.
La otra posibilidad es que se dé un escenario de los cuartos
en caso que la coalición de ChileVamos y el partido republicano no logren
conformar una única lista.
Cabe señalar que, aunque poco probable, también se podría
tener un abanico dado por los quintos, esto es, de cinco coaliciones (extrema
izquierda, izquierda, centro, derecha y extrema derecha). Lo que ocurra
definitivamente dependerá del curso que tomen las negociaciones con calculadora
en mano, del peso que se asigne a la defensa de principios que se consideren
como intransables en relación al logro de cuotas de poder.
Me tocó conversar con muchas personas que no sabía que habían elecciones o que, sabiendo que existían, no entendían su propósito. Creo que faltó más educación e información más allá del circulo propio de la gente que sigue atentamente estos temas. Así mismo, costaba encontrar información sobre las candidatas; más allá de su adscripción partidistas. Finalmente, pareciera que hay un mensaje hacia la clase política, y es que la gente no quiere el menú de siempre.
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