mayo 14, 2020

Cavilaciones en torno al covid-19

Photo by CDC on Unsplash
El covid19 nos tiene a todos perplejos, sin saber a qué atenernos. Ha generado un escenario nunca antes visto y no cuesta imaginar mucho lo que se vaticina. Si bien pandemias han habido muchas a lo largo de la historia, para las generaciones en vida, ninguna con este nivel de extensión y profundidad. Además, esta pandemia se da en un contexto de difusión, de información y desarrollo científico-tecnológico inexistente en el pasado. Se ha informado, comunicado y difundido a una velocidad sin precedentes.

Por lo mismo han saltado por los aires las elucubraciones, especulaciones y noticias falsas, las que se han vertido, particularmente por las redes sociales bajo el formato de videos postulando que el virus ha sido creado en algún laboratorio. Muchos de ellos hacen alusión a tenebrosos complots para obtener provechos políticos –aquellos que suponen la participación de China, USA o Rusia- o económicos-financieros –aquellos que creen en una industria farmacéutica coludida con investigadores-científicos vinculados a ella- o para sembrar el terror con propósitos inconfesables.

En estas líneas asumiré que el virus tuvo un origen accidental, y que tras él no hay intencionalidad malvada alguna, al menos hasta que alguien no me demuestre lo contrario. No soy proclive a sumarme a tesis sin mayor base.

Es importante resaltar que estamos ante un escenario inédito, y que por lo mismo, los gobiernos de distintos países han estado haciendo camino al andar, a tientas, a ciegas, a punta de prueba y error, a través de distintos mecanismos y estrategias. Unos más, otros menos, tomando decisiones centradas en la información provista por comisiones de expertos, apoyados por sistemas estadísticos más o menos sólidos, robustos, confiables, cotejando las consecuencias en términos sanitarios (salud), económicos (laborales) y/o políticos (elecciones), y las características de la población.

Las excepciones están constituidas por quienes se resisten a abordar el virus como un problema, los negacionistas. Trump y Bolsonaro están en esa línea, asumiendo que la vida debe continuar, que quienes tienen que morir, mueran. Así de simple. Y no les faltan adherentes. Total, de algo se tiene que morir uno. Pero en general, bajo gobiernos del más diverso signo, debe reconocerse que ha existido en los distintos países un esfuerzo por adoptar medidas que amortigüen el impacto sanitario-económico del virus.

Esfuerzo cuyos resultados están por verse, con mucho cuidado y con lupa. En base a qué indicadores mediremos estos resultados? Cuáles son los que dan cuenta de lo que queremos medir? La tasa de recuperados? La tasa de muertos por covid19? Qué mediremos? La resistencia de la población? La eficacia, o la eficiencia, del sistema de salud para enfrentar la pandemia? La eficacia, o la eficiencia, de las políticas gubernamentales? Cómo aseguramos que los resultados son confiables? Contra qué mediremos los resultados obtenidos? Contra los de otros países? De cuáles? Qué hacer si los resultados son los esperados? Bajamos la guardia? Levantamos las cuarentenas? de un viaje o gradualmente? dónde? Qué hacer para evitar rebrotes?

Para responder, estas y muchas otras interrogantes habrá que andar con pies de plomo. Ya habrá tiempo de analizar cuán exitosas han sido las medidas adoptadas por los distintos países. A vuelo de pájaro llama la atención el caso de Nueva Zelanda que ya ha reabierto su comercio, sus restaurantes y escuelas para niños. Dicho país, encabezado por una mujer, cortó por lo sano desde un comienzo: cerró sus fronteras. Pero ojo, recordemos que se trata de una isla, lo que facilitó el cierre.

Lo concreto es que mientras el virus esté entre nosotros y no se descubra la vacuna que lo neutralice, no nos queda más que adoptar los mayores recaudos posibles para evitar el colapso de los servicios de salud. No vaya a ser que terminemos muriendo en una cola de espera para ser atendidos. Y después, cuando los valores de los indicadores y el sistema de salud lo permitan, ingresar a una fase de normalización gradual, progresiva. No antes.

Referencia: http://victorramio.blogspot.com/

1 comentario:

  1. Hola un saludo, como siempre un buen análisis, resaltó lo de "terminemos muriendo en una cola, es muy parecido estar muriendo ( como ahora) en lista de espera. Un abrazo y cuídense

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