junio 22, 2018
Desde Turquía
El destino ha querido conducirme hasta llegar a Side, localizada al sur de Turquía, a unos 75 km de Antalya. Side que me hace recordar a Punta del Este en Uruguay, tanto por tratarse de una pequeña península, como por su carácter turístico, vacacional. Los diferencia que una se encuentra en plena costa del Mar Mediterráneo, su carácter histórico, y por sus turistas, esencialmente alemanes y de países nórdicos. Su clima mediterráneo incide en su temperatura, la que fluctúa en estos días entre los 20 y 30 grados, en su alimentación rica en verduras y especies, así como en el carácter de su gente.
La otra, Punta del Este, en cambio es una península que limita al río de la Plata del océano Atlántico, no tiene carácter histórico alguno, repleto de edificios en altura y su turismo es dominado por argentinos y brasileños, predominando uno u otro según el vaivén de sus respectivas monedas.
Por estos mismos días se desenvuelve el mundial de fútbol en Rusia, que está dando lugar a toda clase de sorpresas,, siendo la mayor, la derrota en su partido inicial del actual campeón mundial, Alemania, ante México. Una derrota que tuve ocasión de ver en medio de un parque de Berlín, rodeado de alemanes que vieron estupefactos la velocidad de los mexicanos dominaba abiertamente las acciones esterilizando los esfuerzos de los jugadores alemanes. De momento está siendo un mundial apretado, de mucho juego en medio campo, y donde aún no se vislumbra quién se llevará la copa.
Turquía, dentro de un contexto europeo, tiene rasgos tercermundistas, a medio camino entre el desarrollo y el subdesarrollo. País puente entre occidente y oriente, por donde confluyeron las migraciones pasadas, tuvo sus tiempos de gloria que los turcos reverdecen y de los cuales se enorgullecen. La actual república de Turquía fue fundada en 1923 por Mustafá Kemal Atatürk, quien en las primeras décadas del siglo pasado impulsó los cambios políticos que han dado origen al proceso de modernización que ha estado viviendo Turquía –separación de la religión del Estado, abolición del califato, cierre de las escuelas coránicas, derecho a voto a las mujeres, y a ser elegidas, levantamiento de la prohibición de consumir alcohol, el cambio de la gráfica árabe por la latina. Todo ello ha conducido a la europeización de Turquía y a su intento por incorporarse a la Unión Europea, hasta la fecha fracasado.
Casualmente, este domingo son las elecciones parlamentarias y presidenciales, las que encuentran a su actual presidente, Erdogan, caracterizado por una impronta autoritaria, debilitado por la alta tasa de desempleo, un creciente déficit comercial, las restricciones que ha estado imponiendo a los derechos y libertades fundamentales. No obstante ello, Erdogan ha ganado con la mayoría absoluta, evitando una segunda vuelta, donde sus posibilidades se reducían en la medida que la actual oposición, conformada por laicos y musulmanes, fuese capaz de unir sus fuerzas. Las repercusiones de este resultado están por verse.
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Muy didáctica la síntesis de lo que hoy es Turquía y de su reciente evolución política y social. ¿Cuánto respaldo popular tiene negociar una membresía plena de la UE? ¿Están los turcos dispuestos a ser parte de la Unión Monetaria Europea, cediendo soberanía sobre su política monetaria y reemplazar su moneda por el Euro?
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