Argentina es la que va a dar la cara por
nuestro continente en esta final de la copa del mundo. Y la da en Brasil, país
que organizó el mundial para ganarlo, pero que quedó en el camino con la cola
entre las piernas. Todo gracias al mineirazo propinado por Alemania que
complementará al maracanazo de hace ya más de 60 años. Brasil no pudo ante una
Alemania impecable, que dio una lección de futbol ante quienes se supone son
los malabaristas con la redonda.
La desaprensión con que Brasil enfrentó a
Alemania le costó cara. Distinta fue la actitud de Argentina ante Holanda. Se
temía otra paliza y que terminaríamos viendo una final entre europeos en
nuestro propio continente. Por suerte, Argentina está salvando la plata!
Uruguay quedó fuera merced a un desgaste, una falta de renovación y a un
mordisco fuera de lugar; Colombia y Chile por excesivo respeto a un anfitrión
que Alemania demostró que era pan comido; México y Costa Rica, por el
infortunio que golpea a quienes carecen de tradición futbolística.
Argentina encaró el encuentro con Holanda
con seriedad, disciplina, concentración, orden, fuerza. Por eso se impuso. Y Brasil
perdió por su desconcentración y debilidad futbolística, como hace tiempo no se
le veía. Así no se puede jugar ante un rival como Alemania.
Si Argentina aborda el partido con similar
disciplina, fuerza, concentración y fuerza que mostró ante Holanda, puede ganar
a una Alemania que aparece como invencible. La magia del futbol reside en su
impredecibilidad, su capacidad para sorprendernos, para romper, de cuando en
cuando, vaticinios cantados.
En las semifinales teníamos a los casi
mismos de siempre. De los 4, de un mundial a otro, a lo más varían uno o dos.
Ahora entró Holanda en vez de Italia, pero Argentina, Brasil y Alemania, están
casi siempre en estas instancias.
Me ha sorprendido la reacción de muchos,
tanto por la derrota de Brasil como por el triunfo de Argentina., en nuestro
propio continente, América Latina: unos se alegraron porque perdió Brasil así
como otros se entristecen porque ganó Argentina. Lamentable, porque nuestros
adversarios no son los que están al lado nuestro, sino los que están al otro
lado del océano. La copa debe quedar acá! Hubiese deseado una final entre los
nuestros. No fue posible. Ahora todo nuestro apoyo a Argentina que está
representando a nuestra América en esta instancia, nos guste o no. La alegría
de Argentina también debe ser la nuestra.
Si Argentina
aborda el partido con similar disciplina, fuerza, concentración y fuerza que
mostró ante Holanda, puede ganar a una Alemania que aparece como invencible. La
magia del futbol reside en su impredecibilidad, su capacidad para
sorprendernos, para romper, de cuando en cuando, vaticinios cantados.
En las
semifinales teníamos a los casi mismos de siempre. De los 4, de un mundial a
otro, a lo más varían uno o dos. Ahora entró Holanda en vez de Italia, pero
Argentina, Brasil y Alemania, están casi siempre en estas instancias.
Me ha
sorprendido la reacción de muchos, tanto por la derrota de Brasil como por el
triunfo de Argentina., en nuestro propio continente, América Latina: unos se
alegraron porque perdió Brasil así como otros se entristecen porque ganó
Argentina. Lamentable, porque nuestros adversarios no son los que están al lado
nuestro, sino los que están al otro lado del océano. La copa debe quedar acá!
Hubiese deseado una final entre los nuestros. No fue posible. Ahora todo
nuestro apoyo a Argentina que está representando a nuestra América en esta
instancia, nos guste o no. La alegría de Argentina también debe ser la nuestra.
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