Recientemente salieron a la luz pública declaraciones del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos que habrían sido emitidas meses atrás en un marco coloquial con sus donantes de campaña. Tales declaraciones hacen referencia a las dificultades que tiene para atraer a los votantes de origen hispano y negro afirmando que no lo apoyan porque dependen del gobierno, porque se sienten víctimas, porque estiman que el gobierno debe proveerles apoyo, ya sea en comida, alojamiento, educación, salud. Y son justamente quienes no pagan impuestos a la renta. En buenas cuentas, los considera unos parásitos.
Lo que dijo no es para nada novedoso. Es lo que piensan los republicanos, los think tanks tecnócratas que están tras las bambalinas. Representa el sentir y el pensar no solo de la derecha norteamericana, sino que de la derecha mundial, y muy en especial de la derecha chilena.
Para ellos los pobres son tales por opción de vida, porque han escogido ese destino, por comodidad. No son proclives al trabajo duro, por el contrario, prefieren hacerle el quite. No es un tema de falta de oportunidades, sino que de no querer aprovechar las existentes. Y en respaldo a sus afirmaciones sacan evidencias como quien saca conejos de un sombrero mostrando casos de pobres que han sabido aprovechar oportunidades, saliendo adelante.
De la misma manera, los ricos lo son, fruta de una vida de esfuerzo, de aprovechamiento de oportunidades; en ningún caso porque nacieron encuna de oro. Ahí están los Errázuriz, los Irarrázabal, los Larraín, los Matte. Nos quieren hacer creer que los hijos de estas familias, y de tantas otras que representan el 1% de la población, no están donde están por ser “hijos de”, sino porque se han descrestado. Como para creerles.
El tema de los cupones, o vouchers, no es un tema que les atraiga mayormente, salvo cuando les sirve para promover el endeudamiento, la dependencia con privados mediante intereses usureros. Y hacer de tal endeudamiento, un negocio más. Es el caso en el campo educacional donde han logrado que los pobres se endeuden por educarse en búsqueda de un mejor futuro, al precio de un endeudamiento con privados. Un mejor futuro incierto porque la calidad de la educación que reciben no garantiza que el cartón que reciban sirva para algo.
Para la derecha, acá y en la quebrada del ají, el Estado debe ser tan pequeño como sea posible, si se trata de un ente pensado en prestaciones sociales porque la pobreza y la desigualdad se asume que son resueltas por el mercado, por la mano invisible, sin la injerencia estatal. Pero curiosamente, esa misma derecha, postula un Estado grande solo para proveer prestaciones militares, de control. La derecha no tiene empacho alguno en incrementar los presupuestos de defensa, o de gastos de sus FFAA.
Por lo general, tanto en USA y en el resto del mundo, la derecha no duda en recortar gastos sociales e incurrir en déficit fiscales si se trata de financiar aumentos en los gastos de defensa porque las circunstancias así lo exigen. Circunstancias que siempre son definidas por ellos mismos. En el caso de USA, por los fabricantes de armas.
Las declaraciones de Romney si bien son inoportunas para sus pretensiones electorales, constituyen una muestra clara de lo que piensan y que por lo general ocultan.
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