Hace bien el país en escandalizarse ante los desaguisados de la Concertación que distorsionan por completo su razón de ser. Mas allá del festín que con ellos se da la derecha, desmoraliza comprobar la multiplicación de hechos que delatan una defraudación a la fe pública. Lo que ha estado ocurriendo en ferrocarriles, donde nos creímos el cuento de su recuperación, su viabilidad, su modernización, su extensión hasta Puerto Montt resulta una vergüenza. Chile es un país que se merece un ferrocarril de alta velocidad, al menos de Arica a Puerto Montt. El tiempo que tomaría de Arica a Santiago sería de 7 horas, y de Talca a Santiago de menos de una hora. Todo este sueño se encuentra postergado por ineptitud y/o por corrupción.
Lo mismo ocurrió en su momento con Chiledeportes, donde el organismo responsable de implementar las políticas nacionales en materia deportiva se puso a asignar recursos a entidades inexistentes y/o con propósitos que nada tienen que ver con el deporte.
Y ahora estamos ante una acusación constitucional contra la Ministra de Educación por el tema de las subvenciones a los establecimientos educacionales y se viene a descubrir que hay millones de pesos perdidos, mal asignados o “irregularmente” distribuidos.
Y más recientemente, por acuerdo del propio comité político del gobierno se acuerda descabezar al Servicio Nacional de Registro Civil e Identificación por eventuales irregularidades en la adjudicación de una licitación por la renovación de su plataforma tecnológica. Uno de los asesores del director nacional e integrante de la comisión evaluadora habría estado relacionado con la empresa ganadora de la licitación.
Si a esto agregamos las denuncias de corrupción en los municipios, de las que estarían sobresaliendo aquellas administradas por alcaldes de la UDI, partido que estaba rasgando vestiduras en estas materias, solo nos queda por pensar respecto de dónde estamos parados.
Lo señalado demuestra que si alguien cree que puede llevar agua a su molino al respecto, creo que se equivoca. Acá hay un tema colectivo de degradación que nos atañe a todos. Al sector público y al sector privado. A personas humildes y poderosas, pero sobre todo, a estas últimas, las que teniendo autoridad para hacer el bien, hacen el mal.
Resulta paradojal, o quizá por eso mismo, que todo esto se esté dando en tiempos de bonanza, en circunstancias que debiésemos estar dando el gran salto al siempre esquivo desarrollo al que aspiramos.
La conducta de los idiotas que se encandilan con el brillo del oro ajeno es lamentable. Y sin una tradición de responsabilidad institucional, los oportunistas se aprovechan. Acá, en el Norte, esa responsabilidad de las instituciones y de las personas se ha visto seriamente desgastada por la acción partidaria y dogmática del actual gobierno, que ha tirado a la basura la capacidad fiscalizadora del estado, prefiriendo siempre privilegiar al sector privado. Esta combinación de asfixia hacia uno y privilegio hacia el otro lógicamente incentiva el interés propio, o el interés de un grupo de cómplices (socios?), muchos de los cuales se aseguran de salir ganando, porque esa es la raison d'être del sistema actual. Esta mentalidad ventajista se ajusta bien al estilo chileno. Para ellos, la empresa, la institución y la gente se pueden ir a la mierda, pero ellos--eso si--se llevan la plata. En Nueva Orleans la catástrofe fue resultado de la acción-inacción del gobierno e instituciones, y además, ahora le están quitando las viviendas (léase terreno) a la gente pobre. Carepalo. En Wall Street la catástrofe es resultado de la acción-inacción del gobierno, y además, ahora el fisco esta subvencionando a las grandes instituciones financieras responsables del colapso económico. El cuadro clínico es lamentable, pero es el resultado lógico de cada paso que se ha dado para llegar a esta fetidez. La derecha reclama por las tales ataduras que el gobierno le pone al comercio, y por el gasto público. pero si el supuesto libre mercado les falla, son los primeros en pedir el respaldo del fisco (en Chile, véase "crisis" del dólar). Carepalo. Que fetidez, no?
ResponderBorrarUsted en Europa vió una sociedad más civilizada, instituciones más responsables. Sin duda que gran parte de la riqueza en Europa es resultado de la explotación descarnada de las antiguas colonias, aunque me parece que la historia reciente del continente ha llevado a la gente a una postura más civilizada. Pero la tendencia al egoísmo en el ser humano cala hondo (véase pecado original). Por lo tanto, es muy importante insistir en la transparencia de las instituciones y organizaciones (incluidas las corporaciones), y en consecuencias para los culpables de acuerdo al crimen. De otra manera, no se construye nada.
Jota Eme