Sin Pinochet
A un año de la muerte de Pinochet el país sigue funcionando –bien o mal-, su familia sigue en las cuerdas, y las FFAA incluido el Ejército que él comandó, está terminando por replegarse a los cuarteles. Las investigaciones en torno a los atropellos a los derechos humanos y delitos de carácter financiero siguen su curso.
Poco a poco se está venciendo el silencio cómplice mantenido por tantos años de quienes participaron en los más variados crímenes al amparo del Estado; poco a poco se va develando la verdad muy especialmente gracias a la santa paciencia de parte de los más afectados, sus familiares más directos.
Recientemente, desde Miami a dónde se había fugado en 1998, regresó para entregarse un ex capitán del Ejército, Carlos Minoletti, quien comandó el entierro clandestino de 26 cuerpos de ejecutados por la Caravana de la Muerte en 1973. Cuerpos que fueron desenterrados a fines de 1975 o comienzos de 1976 en una operación comandada por el general® Miguel Trincado con el fin de lanzar desde un avión los cuerpos al mar.
Esta operación decretada por Pinochet a través de un criptograma que envió a los regimientos de todo el país, fue realizada en el marco de lo que se denominó "operación retiro de televisores", cuyo objetivo fue desenterrar todos los cadáveres de prisioneros que habían sido sepultados clandestinamente. Para no dejar huella alguna.
Hoy, cuando la democracia parece estar en jaque por las sucesivas crisis partidarias que no se sabe si delatan ambiciones de poder, rencillas personales, ausencia de debates, predominio de intereses o pobreza de ideas, he querido traer a colación estos horrores para no perder la perspectiva.
Entonces, desde las más altas esferas de gobierno se amparaban los crímenes cometidos al amparo y con los recursos del Estado y con un poder judicial incapaz de hacerle frente. Muy distinta es la situación actual. Si bien falta mucho camino por recorrer, importa tener presente que en democracia los problemas se resuelven con más democracia, no con menos democracia. Con más participación, fortaleciendo los partidos, no debilitándolos. En Chile no deben tener cabida los caudillismos ni aventuras personales; una de nuestras fortalezas es nuestra institucionalidad la que urge mejorar.
Sin Pinochet ya es hora de cambiar el sistema binominal; de la inscripción automática y el voto voluntario; y dar derecho a voto a todos los chilenos que viven en el exterior.
Se agradece a todos los valientes que lucharon por cambiar el mundo, no solo en Chile vivimos la imposición de dictadores asesinos comandados por los Capitalistas, en el mundo entero surgieron estos títeres, con la misión de introducir su sistema Neo-Liberal.
ResponderBorrarEl modelo impuesto, beneficia a unos pequeños, los cúales además dominan, la política a través de instituciones como el Fondo Monetario Internacional Internacional, por supuesto los gobernantes que no sirven al modelo deben ser eliminados, el caso de Allende es un ejemplo en Chile, actualmente vemos dos fuerzas en Chile, La Concertacion y la Alianza, comparable a los democratas y republicanos de Estados Unidos, ambos conglomerados sirven a estos neo-liberales, se agradece a Zaldivar por decir que hay que cambiar el modelo imperante, en realidad es algo excepcional, tomando en cuenta del mundo del cúal proviene.
El otro día viendo Tolerancia Cero, Viera Gallo informaba de que pronto saldrá a la camara un proyecto para modificar el sistema binominal, le aseguro que si hay un cambio, no será radical, con suerte veremos un diputado o senador anti neo-liberal en la camara.
A los que leen este artículo, les hago un llamado que lean a personas como Noam Chomsky, incluso entre todos los libritos de Marty Friedmann y Mankiw, hay unos libritos de Noam Chomsky, al menos en la Universidad de Talca los hay.
Es bueno que abran sus ojos y sepan en que modelo económico vivimos.
Saludos Maestro Schmal.