Del pelao al loco
Transcurrida la primera fecha de las eliminatorias para el mundial, Chile partió siguiendo la lógica. Perdió de visita ante Argentina y ganó de local frente a Perú. La historia pesa tanto que se repite una y otra vez. Incluso con el Loco en la banca.
No hay nada nuevo bajo el sol. Lo nuevo es que ahora tenemos a un entrenador de pedrigee mundial al frente de nuestra selección a quien se le ha tratado con guante blanco en los medios de comunicación.
En efecto, si Juvenal, el Peineta o el Pelao hubiesen estado dirigiendo a la selección, lo más probable es que ya estarían siendo vapuleados. Ante Argentina, por habernos hecho dos goles con pelota parada, tener un arquero que solo atinó a ver cómo la pelota se clavaba en el mismo ángulo una y otra vez. Ante Perú, por el exceso de pelotas perdidas y porque un gol fue por un error de un defensa peruano, en tanto que el otro por una genialidad individual de Vidal que se la dio en bandeja a Matigol. Cero trabajo en equipo.
Con el plantel de jugadores que tenemos, deberíamos clasificar. Como nunca antes se ha juntado una constelación de estrellas. Antes eran contados con los dedos de una mano los que jugaban en el extranjero; hoy la mayoría del plantel es jóven y muchos de ellos juegan en equipos de categoría mundial. Incluso nos estamos dando el lujo de tener al margen de la selección a Pizarro que juega en el Roma de Italia, y al Niño Maravilla lesionado.
¿Cómo se ve la mano del entrenador? Se ve en su capacidad para convertir un conjunto de jugadores estrella en un equipo de trabajo, y eso es fruto de un proceso que toma tiempo. Desde los tiempos de Riera, en el 62, que no veo un proceso propiamente tal. Una y otra vez levantamos expectativas que no descansan en proceso alguno, sino que en chiripazos, individualidades, en vez de procesos que demandan esfuerzo, trabajo constante. Son pocos los que pueden darse el lujo de juntarse de un día para otro y ganar. Argentina y Brasil, pero no nosotros.
Terminado el partido con Perú se desarmó la selección, cada uno a su equipo, el Loco a sus videos, y nos vemos el próximo mes, cuando nuevamente se haga una convocatoria a los jugadores que estén bien en ese momento. Y en pocos días el Loco intentará inculcarles su filosofía de juego, buscando compatibilizarla con las virtudes de cada jugador. Para eso no es necesario ser Loco, ni Pelao ni nada, ni tampoco tener un costo tan alto que deba esperarse la recaudación de un partido para poder pagarlo. Solo se necesitan dos dedos de frente.
Pero claro, si clasificamos, se dirá que fue gracias al Loco; en caso contrario, probablemente se diga que fue a pesar de él. En mi opinión, mientras no nos convenzamos de la necesidad de conjugar bien los tres elementos –jugadores, entrenador, proceso- los resultados que obtengamos seguirán siendo fruto del azar.
octubre 19, 2007
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Don Rodolfo, quedamos a la espera de su próxima columna pelotera... luego del partido en Montevideo... esperando no le juegue una mala pasada su "doble militancia"
ResponderBorrarsaludos
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