La caída de la
precandidata del PS era inevitable desde el mismo momento en que se levantó. Acá
no se trata de hacer leña del árbol caído, sino de reflexionar en torno a algo cuya
lógica nunca pude entender bajo ningún punto de vista, ni siquiera el político.
Cuando en algún
momento sostuve que Paulina Vodanovic debía bajarse, se me increpó con la
expresión de que todo partido político tiene el derecho a
presentar candidato(a). Eso nunca lo he objetado. Este derecho lo tienen todos
los partidos, pero muy distinto es el caso de la pertinencia desde el punto de
vista político. Pertinencia que podemos discutir. A continuación, paso a exponer los antecedentes que me
llevaban a pensar que se trataba de una candidatura sin destino, un suicidio
político con consecuencias.
No obstante que todo
partido político tiene el derecho de presentar candidatos, también tiene el
derecho de no presentarlos, tal como de hecho lo hizo el propio PS en las elecciones
presidenciales del 2018 en el que resolvió apoyar la candidatura de Alejandro
Guillier a pesar de que en su seno se habían levantado las candidaturas de Jaime
Atria, José Miguel Inzulza y del expresidente Ricardo Lagos.
En la actualidad, el
PS es uno de los partidos que con mayor fuerza que sustenta al gobierno de Boric. Es
un partido que junto al PPD y al PR concurrieron a respaldarlo cuando a pocos
meses de instalado sufrió su primera crisis. Respaldo que se expresó en
incorporar a sus mejores hombres y mujeres en tareas de primera línea para
incorporar experiencia y visión política en las más altas esferas y en los
niveles intermedios de gobierno. Todo esto estabilizó un gobierno que estaba
siendo zarandeado desde la oposición y por errores propios no forzados.
A pesar de lo
expuesto, que fortalecieron al PS por el nivel de responsabilidad con que
actuó, actualmente ha visto mermada sus posibilidades por dos hechos objetivos.
Uno, la caída de quien fuera subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien
tenía tras sí una trayectoria política con proyección de futuro, que de la
noche a la mañana se desplomó por hechos que aún se investigan; y dos, la frustrada
venta de la casa de Allende que forzó la renuncia de Maya Fernández, nieta de
Salvador Allende, y la destitución de la senadora Isabel Allende, hija de Salvador
Allende. Es impresentable que ambas no supieran que esa operación de venta al
Estado no podían realizarla, una por su condición de ministra, y la otra por su
condición de senadora. Y el PS no puede desentenderse de ello.
Al PS le cuesta reconocer
que no tenía candidatos a la vista. Su única carta era Michelle, y Michelle
había dicho una y otra vez que no iba. Así y todo, el PS se aferró a la posibilidad
que fuera la candidata, porque no tenía otra a la vista. Cuando esa posibilidad
se esfumó, la interna socialista recién vino a descubrir que no tenía cartas.
En el PPD tenían a
Carolina, quien estaba al aguaite, a la espera que Michelle confirmara lo que
ya se sabía, que no estaba disponible. Apenas se entera, Carolina renuncia como
Ministra del Interior, y levanta su candidatura confiando en el respaldo de
todas las fuerzas del socialismo democrático.
Así ocurre con
excepción del PS que se resiste a respaldar a Carolina por los más diversos motivos, unos plausibles, otros no tanto, y levanta a Paulina en
una decisión que sacó ronchas dentro del PS donde las aguas ya estaban inquietas.
De hecho, no todo el PS se cuadrará tras Carolina. Unos irán tras Jara, otros
tras Winter, aunque se espera que la mayoría se incorpore a la campaña de
Carolina. Esta dispersión es propia, no solo del momento que vive el PS, sino
de su propia historia, no exenta de complejidades.
No hay duda que tras Paulina hay un partido, el PS, que cuantitativa y cualitativamente es más sólido que el PPD, partido que sustenta a Carolina. Pero en esta pasada, Carolina tuvo la capacidad de anticiparse en su decisión de postularse avalada por encuestas que la invitaban a lanzarse a la piscina. Es así como ya ha logrado el respaldo del PL y del PR. A la corta, o a la larga, es muy posible que también obtenga el respaldo de la DC.
El PS puede tener la
tranquilidad de que estará respaldando a una candidata que si bien no está
inscrita en sus filas, su formación y cultura política provienen del PS. Así como
el apellido Allende encierra un simbolismo especial, el apellido Tohá también
encierra el suyo, y que no es ajeno al del PS.
Por último, cualquier
análisis político objetivo, realista, indicaba que si lo que se ha dado en
llamar socialismo democrático (PS-PPD-PR) llevaba dos candidatos a las
primarias, lo más probable es que el ganador de ellas saldría entre Jara y
Winter. Y con cualquiera de ellos como candidatos de la izquierda y la
centroizquierda, la posibilidad de alcanzar la presidencia en las próximas
elecciones, se reducían sustancialmente. Como siempre, no hay espacio para
darse gustos personales que no hacen sino favorecer a la derecha.
Lo expuesto es lo que explica mi postura en orden a que la candidatura de Paulina no tenía destino, que estaba condenada desde su partida.
Con Carolina como
única candidata en representación del socialismo democrático es altamente
probable que ganemos las primarias, superemos el escollo de la primera vuelta,
y ganemos en la segunda vuelta. Esto último, siempre que hagamos las cosas
bien, no hagamos chambonadas, no perdamos la brújula, y tenemos siempre
presente que el adversario no está al lado, sino que al frente. Si somos
capaces de tener unas primarias ejemplares, masivas, que convoquen e inviten en
vez de espantar. Difícil tarea.