marzo 18, 2025

Las filtraciones nuestras de cada día

Foto de Eyestetix Studio en Unsplash

Por estos días se han filtrado desde la Fiscalía conversaciones privadas, personales, entre una diputada y una exalcaldesa de la capital del reino. Filtraciones en el marco de una investigación por la eventual injerencia de la diputada en favor de un empresario chino para la obtención de un permiso de operación.

No es primera vez que se producen filtraciones, pero ellas se han acentuado desde la llegada, en el año 2023, del fiscal nacional, Ángel Valencia. Ahí están las filtraciones en el caso del exalcalde de Recoleta, Daniel Jadue; del exsubsecretario del interior, Manuel Monsalve; del abogado Luis Hermosilla y el exministro del interior, Andrés Chadwick cuya estrecha relación incidió en la designación de importantes ministros de la Corte Suprema.

Filtraciones intencionales que por lo general no tienen relación con las investigaciones en curso y que no persiguen otro propósito que dañar la imagen pública de los protagonistas implicados. En unos casos han existido más filtraciones que en otros, que los medios de comunicación y las redes sociales han esparcido al por mayor dependiendo de los intereses en juego.

En este caso el festín viene dado por tratarse de conversaciones entre dos mujeres de militancia comunista, ambas autoridades: Carol Cariola, diputada, presidenta de una de las ramas del Congreso Nacional, e Irací Hassler, quien fuera alcaldesa de Santiago hasta el año pasado. Conversaciones privadas en las que hacen negativas referencias al presidente cuyo gobierno ambas dicen respaldar públicamente.

Acá se está poniendo el grito en el cielo por filtraciones, cuyo origen debe desentrañarse sin lugar a dudas, pero se está soslayando que estamos ante conversaciones que, por más privadas y personales que sean, nunca debieron darse. Menos entre quienes ostentan cargos de elección popular, que son autoridades públicas, que deben ser modelos de comportamiento. Confieso que me cuesta creer que se hayan expresado en los términos que se expresaron del presidente. Sé de muchos ciudadanos de a pie a quienes no se les ocurre expresarse como se expresaron respecto de un tercero por más ofuscados que estén.

En concreto, no debieran haberse producido las filtraciones, pero tampoco debieron haberse producido las conversaciones filtradas, las que hablan mal, muy mal de sus participantes.

Esto me recuerda también el kiotazo de 1992 donde fue grabada en forma clandestina una conversación privada entre Sebastián Piñera, entonces precandidato a la presidencia, y un amigo suyo. Conversación donde Piñera sugiere acciones destinadas a perjudicar a Evelyn Matthei, su competidora en esos años. La grabación fue filtrada y hecha pública dando por resultado que ambas precandidaturas se fueran a pique.

Lo que correspondía entonces era rechazar tanto la filtración como el contenido de la conversación por más personal o privada que sea. Más aún cuando de personajes públicos se trata. Lo mismo creo que vale para los casos en comento.

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