marzo 21, 2025

De un extremo a otro

Foto de Moises Gonzalez en Unsplash

Tengo un par de amigos que tienen en común haber sido comunistas, al igual que sus respectivos padres, y que con el devenir del tiempo no solo han dejado de serlo, sino que se han vuelto furibundos anticomunistas. Más encima lo proclaman a los cuatro vientos. Cualquiera diría que estos excomunistas, reconvertidos en anticomunistas, han encontrado la verdad revelada.

Son los únicos conocidos míos, pero además de ellos hay otros de mayor connotación pública, a quienes los medios de comunicación y las redes sociales conservadores dan tribuna al por mayor.

Siempre me ha llamado la atención este trasvasije de un extremo a otro. No me sorprende en cambio el abandono del ideal comunista. Mal que mal, el derrumbe del muro de Berlín y la descomposición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) constituyeron dos hitos que encierran todo un símbolo, el del fracaso de un modelo de sociedad. Pero de ahí a hacerse eco de los mensajes que a diario nos remite el mundo conservador, derechista, y abrazar el modelo de sociedad que éste otro mundo pregona, hay mucho trecho.

Hoy, estos mismos son quienes ante el caso Hermosilla, quien lideró toda una red de influencias destinadas a colocar a ciertos personajes en puestos claves para inclinar la balanza de justicia, en vez de poner el acento en los delitos en que ha estado involucrado, ponen el dedo en el pasado comunista de Hermosilla. No contentos con esto, recuerdan que el padre de Hermosilla también era comunista. Y eso lo dice alguien que fue comunista y cuyo padre también lo fue.

Son los mismos que hoy ponen el grito en el cielo por la seguridad; los mismos que se suben al carro de quienes piden mano dura, sanciones ejemplares, cárceles inexpugnables, al más puro estilo Bukele, como si ese fuese el santo remedio a una crisis compleja que trasciende nuestras fronteras y que afecta a países que están bajo gobiernos tanto de derecha como de izquierda.

Todo esto me hace recordar, cuando en mis tiempos universitarios, en la década de los 60, tenía que tomar dos micros para ir a la universidad, y en una de las paradas (Irarrázabal con Vicuña Mackenna) había un quiosco de diarios donde me llamaba la atención un semanario llamado PEC (Política, Educación y Cultura) cuyos titulares rezumaban un anticomunismo visceral. Dicho semanario era dirigido por Marcos Chamudez, periodista, fotógrafo y político, quien en sus tiempos mozos había ingresado al partido comunista (PC), al que representó como diputado por Valparaíso.

Posteriormente, por razones que permanecen en la penumbra, es expulsado del PC. Se va a EEUU, adoptando la nacionalidad estadounidense, participando en la 2da guerra mundial al enrolarse en el ejército como soldado fotógrafo. A comienzos de la década de los 50 regresa a Chile montando un taller fotográfico, tarea de la que se va distanciando para ingresar a fines de la década al ámbito del periodismo político. Es en este ámbito que funda el semanario PEC para desde allí hacer gala del fuerte anticomunismo que lo caracterizó después de emigrar a EEUU.

Lo expuesto es lo que me lleva a desconfiar de quienes se ven tentados a asumir posturas extremas, y la necesidad de estar siempre abiertos a la posibilidad de estar equivocados.


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