marzo 04, 2025

Desde San Vicente de la Barquera

Hace casi una semana salimos de Chile rumbo a España: desde Talca, a 255 km al sur de la capital, Santiago, hasta San Vicente de la Barquera (en adelante SVB), localizado en la región de Cantabria, en el norte de España, a poco menos de 500 km de Madrid.

De Talca salimos en autobús a Santiago, de allí en taxi al aeropuerto, luego un vuelo directo, sin escalas, de 13 horas en LATAM a Madrid. Desde Madrid, en autobús, desde el mismo aeropuerto, a SVB con escala y cambio de autobús en Torrelavega. Desde la salida de Talca, el 26 de febrero a las 13:00 horas, hasta la llegada a SVB, el 28 de febrero a las 8:00 horas de la mañana, totalizaron 43 horas. Éstas incluyen tiempos de viaje propiamente tal y de esperas.

Si bien puede parecer agotador, no lo fue tanto gracias a la despedida que me dieron mis 4 primos y sus familias en el mismo aeropuerto; gracias a la bienvenida de un gran amigo desde que estudiamos juntos la maestría en Informática en la Universidad Politécnica de Madrid en los años 80, en tiempos de Tierno Galván y de la movida madrileña, y de mi primo y su familia que residen en Tres Cantos. Y como broche de oro, en el terminal de autobuses de SVB nos estaba esperando Milagros, la dueña del apartamento que estamos arrendando. A esto debo agregar que no tuvimos contratiempo alguno a lo largo de todo el viaje. No nos faltó documentación. El vuelo salió y llegó a la hora convenida. Las maletas llegaron junto con el vuelo. El servicio y la atención a bordo, impecables. En el peso de las maletas, cuyo peso máximo era de 23 kg estábamos excedidos en 7 kilos. No sé qué cara me habrá encontrado la señorita encargada de efectuar el cobro del exceso de equipaje que me liberó de su pago.

El propósito del viaje es estar más cerca de hijos y nietos que viven en Alemania. La elección de España es para facilitar nuestra estadía por compartir un mismo idioma, una misma cultura, y por haber vivido ya, aunque hace ya más de 4 décadas, en su capital, Madrid. Nos es tierra conocida. Elegimos el norte por ser la zona verde de España, todo el norte lo es -Galicia, Asturias, Cantabria-; todas regiones con un clima que de alguna manera se asemeja al de la región del Maule donde hemos vivido en nuestros últimos 30 años. En consecuencia, asumimos que no nos debiera costar adaptarnos mayormente.

Y estamos en SVB, que está a poco menos de una hora de Santander, la capital de la región, simplemente porque fue el lugar donde encontramos un alquiler con las características deseadas y a un precio a nuestro alcance. No es fácil encontrar alquiler por estos lares. Hay muchos alquileres vacacionales, temporales, pero no permanentes. No deja de impresionar recorrer pueblos con muchas viviendas desocupadas, cerradas fuera de las temporadas turísticas -meses de verano, semana santa, fin de año, días festivos-. Fue una suerte haber encontrado un alquiler permanente, amoblado, que era lo que buscaba. Los alquileres acá tienden a ser amoblados, adecuadamente equipados por razones prácticas: evitar incurrir en costos de mudanzas.

SVB es un pueblo costero con unos 4,000 habitantes, pero que en los meses de verano puede más que triplicarse. El turismo es su principal actividad económica, siendo su mayor atractivo el parque nacional de Oyambre, espacio natural protegido para evitar la urbanización de la costa.

Como escribí más arriba, el propósito de mi llegada junto a mi señora, es estar más cerca, más a mano de nuestros hijos y nietos. Sin embargo, que esto se concrete depende de 3 factores: (F1) la cobertura de salud que podamos tener; F(2) el costo de vida; y (F3) el contexto mundial en que nos encontramos. Veamos cada uno de ellos.

(F1) En Chile cotizo en Fonasa que tiene convenio con Fonasa-España, lo que supone que ante cualquier contingencia de salud que tengamos, tendría acceso a los centros de salud públicos españoles. Sin embargo, esto no es tan simple, puesto que acá debo registrarme administrativamente para hacer efectivo el convenio. Y para registrarme debo estar empadronado en la comuna en que esté residiendo; y para estar empadronado, junto con pedirme el contrato de alquiler y el pasaporte en regla, también me piden tener el número de identidad extranjero (NIE) que otorga la policía nacional en las capitales de las regiones, en este caso, Santander. Y para tener este NIE debo pedir cita, y la cita me la han dado para el 8 de mayo, esto es, en más de dos meses más. Mientras tanto estaremos en pampa. Estoy intentando tener cita para antes sin lograrlo, porque las oficinas correspondientes, o están colapsadas, o son ineficientes, o ambas cosas al mismo tiempo.

(F2) El costo de vida acá no es mucho más alto que en Chile, pero sí es más alto, con el agravante de que si bien mi pensión es en UF (unidad de fomento), es al fin de cuentas en moneda chilena que no es una moneda dura ni mucho menos, por lo que existe un riesgo que mensualmente perciba cada vez menos euros. Si a esto agregamos que el costo de vida acá también va en aumento, la situación puede tornarse insostenible.

(F3) El contexto mundial en que nos encontramos no facilita mayormente las cosas. Estamos en un punto de quiebre en el que se está desplomando la arquitectura que emergió al término de la segunda guerra mundial. La incertidumbre es total. Al momento de escribir estas líneas ya se ha declarado una guerra comercial a partir del alza arancelaria declarada por Trump a ciertos productos provenientes de determinados países por tiempos indefinidos. La diplomacia tradicional está siendo sustituida, sin pelos en la lengua, por la política del gran garrote de la mano del dúo Trump-Musk. Quienes eran adversarios están pasando a ser aliados (EEUU-Rusia) y quienes eran aliados están empezando a verse como adversarios (EEUU-Europa).

Estos tres factores son esenciales para determinar si nos quedamos en SVB, o regresamos a Talca. Nuestra intención es quedarnos en SVB, pero no vemos con malos ojos un eventual retorno a Talca si las circunstancias así lo aconsejan.  Talca tiene su gracia, allá tenemos amigos fraguados en años, hay buenos servicios de salud, profesionales de la salud (médicos, dentistas, enfermeras) buenos y conocidos, y gran parte de la familia vive en Chile.

Que sea lo que las circunstancias determinen.