Hace casi una semana salimos de Chile rumbo a España: desde Talca, a 255 km al sur de la capital, Santiago, hasta San Vicente de la Barquera (en adelante SVB), localizado en la región de Cantabria, en el norte de España, a poco menos de 500 km de Madrid.
De Talca salimos en
autobús a Santiago, de allí en taxi al aeropuerto, luego un vuelo directo, sin
escalas, de 13 horas en LATAM a Madrid. Desde Madrid, en autobús, desde el
mismo aeropuerto, a SVB con escala y cambio de autobús en Torrelavega. Desde la
salida de Talca, el 26 de febrero a las 13:00 horas, hasta la llegada a SVB, el
28 de febrero a las 8:00 horas de la mañana, totalizaron 43 horas. Éstas
incluyen tiempos de viaje propiamente tal y de esperas.
Si bien puede parecer
agotador, no lo fue tanto gracias a la despedida que me dieron mis 4 primos y
sus familias en el mismo aeropuerto; gracias a la bienvenida de un gran amigo
desde que estudiamos juntos la maestría en Informática en la Universidad
Politécnica de Madrid en los años 80, en tiempos de Tierno Galván y de la
movida madrileña, y de mi primo y su familia que residen en Tres Cantos. Y como
broche de oro, en el terminal de autobuses de SVB nos estaba esperando
Milagros, la dueña del apartamento que estamos arrendando. A esto debo agregar
que no tuvimos contratiempo alguno a lo largo de todo el viaje. No nos faltó documentación.
El vuelo salió y llegó a la hora convenida. Las maletas llegaron junto con el
vuelo. El servicio y la atención a bordo, impecables. En el peso de las
maletas, cuyo peso máximo era de 23 kg estábamos excedidos en 7 kilos. No sé
qué cara me habrá encontrado la señorita encargada de efectuar el cobro del
exceso de equipaje que me liberó de su pago.
El propósito del
viaje es estar más cerca de hijos y nietos que viven en Alemania. La elección
de España es para facilitar nuestra estadía por compartir un mismo idioma, una
misma cultura, y por haber vivido ya, aunque hace ya más de 4 décadas, en su
capital, Madrid. Nos es tierra conocida. Elegimos el norte por ser la zona
verde de España, todo el norte lo es -Galicia, Asturias, Cantabria-; todas
regiones con un clima que de alguna manera se asemeja al de la región del Maule
donde hemos vivido en nuestros últimos 30 años. En consecuencia, asumimos que
no nos debiera costar adaptarnos mayormente.
Y estamos en SVB, que
está a poco menos de una hora de Santander, la capital de la región,
simplemente porque fue el lugar donde encontramos un alquiler con las
características deseadas y a un precio a nuestro alcance. No es fácil encontrar
alquiler por estos lares. Hay muchos alquileres vacacionales, temporales, pero
no permanentes. No deja de impresionar recorrer pueblos con muchas viviendas
desocupadas, cerradas fuera de las temporadas turísticas -meses de verano,
semana santa, fin de año, días festivos-. Fue una suerte haber encontrado un
alquiler permanente, amoblado, que era lo que buscaba. Los alquileres acá tienden
a ser amoblados, adecuadamente equipados por razones prácticas: evitar incurrir
en costos de mudanzas.
SVB es un pueblo
costero con unos 4,000 habitantes, pero que en los meses de verano puede más
que triplicarse. El turismo es su principal actividad económica, siendo su
mayor atractivo el parque nacional de Oyambre, espacio natural protegido para
evitar la urbanización de la costa.
Como escribí más arriba,
el propósito de mi llegada junto a mi señora, es estar más cerca, más a mano de
nuestros hijos y nietos. Sin embargo, que esto se concrete depende de 3
factores: (F1) la cobertura de salud que podamos tener; F(2) el costo de vida;
y (F3) el contexto mundial en que nos encontramos. Veamos cada uno de ellos.
(F1) En Chile cotizo
en Fonasa que tiene convenio con Fonasa-España, lo que supone que ante
cualquier contingencia de salud que tengamos, tendría acceso a los centros de
salud públicos españoles. Sin embargo, esto no es tan simple, puesto que acá
debo registrarme administrativamente para hacer efectivo el convenio. Y para
registrarme debo estar empadronado en la comuna en que esté residiendo; y para
estar empadronado, junto con pedirme el contrato de alquiler y el pasaporte en
regla, también me piden tener el número de identidad extranjero (NIE) que
otorga la policía nacional en las capitales de las regiones, en este caso,
Santander. Y para tener este NIE debo pedir cita, y la cita me la han dado para
el 8 de mayo, esto es, en más de dos meses más. Mientras tanto estaremos en
pampa. Estoy intentando tener cita para antes sin lograrlo, porque las oficinas
correspondientes, o están colapsadas, o son ineficientes, o ambas cosas al
mismo tiempo.
(F2) El costo de vida
acá no es mucho más alto que en Chile, pero sí es más alto, con el agravante de
que si bien mi pensión es en UF (unidad de fomento), es al fin de cuentas en moneda
chilena que no es una moneda dura ni mucho menos, por lo que existe un riesgo
que mensualmente perciba cada vez menos euros. Si a esto agregamos que el costo
de vida acá también va en aumento, la situación puede tornarse insostenible.
(F3) El contexto
mundial en que nos encontramos no facilita mayormente las cosas. Estamos en un punto
de quiebre en el que se está desplomando la arquitectura que emergió al término
de la segunda guerra mundial. La incertidumbre es total. Al momento de escribir
estas líneas ya se ha declarado una guerra comercial a partir del alza
arancelaria declarada por Trump a ciertos productos provenientes de
determinados países por tiempos indefinidos. La diplomacia tradicional está
siendo sustituida, sin pelos en la lengua, por la política del gran garrote de
la mano del dúo Trump-Musk. Quienes eran adversarios están pasando a ser aliados
(EEUU-Rusia) y quienes eran aliados están empezando a verse como adversarios
(EEUU-Europa).
Estos tres factores
son esenciales para determinar si nos quedamos en SVB, o regresamos a Talca. Nuestra
intención es quedarnos en SVB, pero no vemos con malos ojos un eventual retorno
a Talca si las circunstancias así lo aconsejan.
Talca tiene su gracia, allá tenemos amigos fraguados en años, hay buenos
servicios de salud, profesionales de la salud (médicos, dentistas, enfermeras)
buenos y conocidos, y gran parte de la familia vive en Chile.
Que sea lo que las
circunstancias determinen.