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Un grupo de diputados han resuelto iniciar una gira por el sur del país para promover la opción del rechazo en el plebiscito que ya se nos viene encima. En esta columna me abocaré a analizar los argumentos que han dado a conocer a través de uno de los diputados de la UDI para respaldar su decisión.
Un primer argumento está dado por el absurdo que encerraría
elegir un segundo congreso mientras se aprueba reducir el número de diputados y
senadores. Parece ser un argumento razonable, sobre todo en las circunstancias
actuales, sin embargo no hay que olvidar que al menos hasta la fecha, ninguno
de los distintos congresos nacionales elegidos se han abocado al estudio de una
nueva constitución, sino que tan solo se han allanado a reformas parciales que
no la han alterado en lo sustantivo.
Un segundo argumento viene dado por la pretensión de partir
con una hoja en blanco en circunstancias que los países mantienen lo bueno y no
parten de cero. También parece un argumento razonable, pero encierra una
trampa. Quienes respaldan la actual constitución partieron con una hoja en
blanco y no se arrugaron siquiera. La hicieron de espaldas al país
aprovechándose de un contexto dictatorial para imponer una constitución a su
pinta, la que tan solo ha podido ser remendada hasta ahora. Creo que al país le
asiste el pleno derecho a que todos partamos en igualdad de condiciones, y esto
necesariamente implica al día de hoy partir con una hoja en blanco. Esto no
impide que en la medida que nos pongamos de acuerdo, incluyamos lo bueno que pudiera
tener la constitución actual.
Un tercer argumento postula que no parece sensato agregar más
incertidumbre al actual contexto de crisis económica en que se encuentra el
país. Se trata de un argumento muy discutible porque la pregunta que habría que
hacerse es: ¿qué genera más incertidumbre: votar por apruebo o por rechazo? Para
no pocos puede generarse más incertidumbre si ganara el rechazo porque implica
perpetuar una constitución que carece de legitimidad de origen. Justamente lo
que buscan los adherentes del apruebo es contar con una constitución que no
tenga un origen tan espurio como el que tenemos.
Un último argumento se basa en apelar al sentido común
enfatizando que las promesas del apruebo son mentiras y que se trata de un salto
al vacío en un momento complejo. No me referiré a las promesas del apruebo porque
no sé a cuáles se refiere y de hecho la única expectativa que me hago es tener
una constitución que no emerja de una camarilla de políticos encabezados por
Jaime Guzman, líder fundador de la UDI, que estaban tras las bambalinas de una junta
de gobierno constituida por los comandantes en jefe de las distintas ramas de
las FFAA y Carabineros.
Respecto al salto al vacío en un momento complejo, tan solo
me permito recordar la campaña del terror con ocasión del plebiscito del 88
cuando también se vaticinó el caos de triunfar la opción del No.
El mismo sentido común al que apelan quienes pregonan el
rechazo, es el que invita a abrirse al apruebo como camino en busca de la
concordia y del encuentro bajo un marco constitucional que recoja las distintas
visiones de país que legítimamente todos tenemos. No es tarea fácil, pero no
podemos ni debemos eludirla: enfrentarla es el desafío.
Creo Rodolfo que la única carrera hoy es entre la convención mixta contra la constituyente... hay ya una mayoría demasiado empoderada y el resto es circo de la ultra diestra de fascistas trasnochados..
ResponderBorrarSaludos
Alejandro.