abril 11, 2019

Clases de ética como castigo

Hace una semana se inició un curso de ética empresarial cuyas clases contarán con la asistencia exclusiva de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín –excontroladores del grupo PENTA y financistas de la UDI-. Ellas tendrán lugar todos los viernes por las mañanas hasta diciembre del presente año. Será por un total 100 horas distribuidas en 33 clases, impartidas por 15 profesores de la Escuela de Posgrado de la Universidad Adolfo Ibañez (UAI), todos con doctorado. La UAI fue seleccionada luego de analizados los programas de cursos de ética de otras universidades, entre las cuales se encontraron las de la Universidad de Talca y la Universidad de Chile.

El curso contempla dos módulos, uno de ética general aplicada y el de responsabilidad social empresarial y ética de los negocios y se enmarca dentro de una condena a Délano y Lavín por delitos tributarios a cuatro años de libertad vigilada, a una multa de más de 800 millones de pesos a cada uno, y donde se establece la obligatoriedad de realizar un curso de ética empresarial.. Su costo es de 30 millones de pesos, unos 50 mil dólares.

El objetivo perseguido es lograr que los dueños del grupo PENTA se comporten éticamente, logren discernir entre lo que es un comportamiento ético respecto del no ético. Para estos efectos la metodología de estudio se centra en el desarrollo del pensamiento crítico a partir de la revisión, lectura, análisis de casos, discusión y participación activa en clases.

A un anónimo comerciante de provincia, por presentar dos facturas falsas con un perjuicio de $2 millones lo condenaron a 4 años de cárcel, mientras que a quienes fueron los dueños de PENTA por evadir el pago de impuestos por 1,700 millones de pesos se les castiga con una multa irrisoria en relación al patrimonio que poseen, junto a la obligación de seguir un curso de ética empresarial. Ni un día de cárcel, lo que asombra e indigna.

Como sostuviera un profesor de filosofía y doctor en ética y democracia ¿cómo explicarles a los estudiantes que asistir a un curso de ética puede ser parte de una condena que incluye además cuatro años de presidio, con el beneficio de libertad vigilada intensiva y una multa de $857 millones de pesos?

Lo señalado da cuenta de la distinta vara con que se aplica la justicia según el tamaño de la cuenta corriente bancaria y de la adscripción ideológica de quien se trate. En este caso se trata de personajes de alto tonelaje económico e ideológicamente afines a la derecha, y por lo mismo, financistas de la UDI. Si bien no hay nuevo bajo el sol, y los poderosos siguen reinando, no por ello debemos dejar de poner el grito en el cielo y seguir peleando porque haya más justicia.

Como bien estaba escrito en un lienzo desplegado por estudiantes de la UAI a la salida de los Carlos de sus primeras clases: “cárcel para los pobres, clases de ética para los ricos, porque en Chile se encarcela la pobreza”. Por otra parte, como sostuviera el mismo profesor al que hice referencia más arriba “resulta inaceptable que las clases de ética sean entendidas como un castigo a un mal cometido y que los profesores de filosofía moral estemos a cargo de resarcir esas penas”.

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