Desde las altas
esferas de gobierno y de la candidatura de Evelyn, pareciera que a algún
experto comunicacional no se le ocurrió nada mejor que lanzar, en plena campaña
electoral, la brillante idea de crear un observatorio judicial. Como para darle
respiración artificial a una candidatura presidencial agonizante y mal parida.
Con esta
iniciativa, la derecha busca recuperar el control de la agenda pública y
contrarrestar el fracaso en materia de seguridad ciudadana. La derecha ha caído
en su propia trampa. A todos nos persiguen esos carteles que para la anterior
contienda electoral presidencial circulaban por todo el país, donde nuestro
actual presidente anunciaba que con su llegada, la delincuencia sería barrida.
El slogan no pudo ser más puntudo al afirmar que con él se acabaría la fiesta
de la delincuencia. Además afirmaban que le pondrían fin a la puerta giratoria.
Por desgracia,
hoy, a cuatro años del slogan, la fiesta continúa. Por más que se quieran buscar,
las políticas en esta materia han sido de fracaso total. Y el gobierno, en
coordinación con su abanderada presidencial, cuya sonrisa se visualiza cada vez
más amarga, en vez de hacer un mea culpa, de reconocer errores, de sembrar
expectativas imposibles de cumplir, no haya nada mejor que echarle la culpa al
empedrado.
Ahora la
abanderada de la derecha, Evelyn, ha descubierto que la fiesta de los
delincuentes continúa gracias a los jueces, a sus fallos, y no al gobierno. Sin
embargo, años atrás la responsabilidad se la achacaban al gobierno. ¿En qué
quedamos?
La propuesta de
crear un observatorio judicial suena interesante y difícilmente podríamos
oponernos a una iniciativa si ella apuntara a transparentar los fallos, los
votos, sus fundamentos por parte de los jueces. Sin embargo, en el ambiente
flota la duda si el objetivo no es otro que el de intimidar, influir en el
actuar de los jueces, violando su autonomía. Como en tiempos dictatoriales,
ahora en vez de un seguimiento a los extremistas, marxistas y humanoides, ahora
se trataría de hacer un seguimiento a los jueces.
Por lo demás, la
información que este “observatorio” manejaría ya está disponible, ya es
pública, y cualquier ciudadano que sepa leer y escribir puede acceder a ella.
Quizá habría que facilitar el acceso a esta información, pero para ello no es
necesario crear un observatorio. En otros países existen observatorios como el
que se pretende crear, pero con un objetivo distinto al pregonado por el
gobierno, que no es otro que el de fiscalizar a los jueces, esto es,
“monitorear” su comportamiento, y por lo general son organismos no
gubernamentales, para evitar la mano mora gubernamental y se atente contra la
autonomía de los jueces.
En síntesis, me
da la sensación que se trata de una volada, un fuego artificial, para
emborracharnos la perdiz, conducente a ocultar el fracaso de una política de
gobierno que apunta a meter a la cárcel a medio Chile y dejar sueltos a los que
sí deben secarse en la cárcel, los abusadores de cuello y corbata.
Toda política de
seguridad ciudadana está condenada al fracaso si no apunta hacia las causas más
profundas de la delincuencia: la pobreza, la pérdida de valores, la
desigualdad.
mmm creo q toda persona debe someterse a evaluación.No podemos pedir cuentas de su que hacer solo a algunos, como se hace con los profesores en la evaluación docente. Los jueces bajo la sombra estúpida de la autonomía de los poderes del Estado ha hecho muy mal su pega, han tenido a veces un actuar negligente a veces con poca probidad respecto a su actuar o en la emisión de fallos. Respecto a la puerta giratoria, los jueces se escudan en que ley no los faculta en algunos casos para ejecutar sentencias más duras, pero creo q es solo una escusa para eludir su responsabilidad. Estoy de acuerdo con ese observatorio judicial, al menos para q los delincuentes dejen de burlarse del sistema y que ese sistema siga fomentando su reincidencia, saludos estimado profesor.
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