El domingo último tuve el privilegio de participar en una actividad destinada a llevar alegría a los niños que se residen en los poblados localizados en el recorrido del ramal a Constitución. Esta actividad, que se realiza desde hace ya 20 años, organizada por la Dirección de Extensión de la Universidad de Talca, se ha transformado en un clásico a nivel nacional.
El ramal a Constitución ya tiene características de leyenda y su subsistencia tiene características heroicas en tiempos de competitividad, de búsqueda de rentabilidad, en los que se suele dar la espalda a lo tradicional para abrir paso a la modernidad. En este caso, estamos en presencia de algo que se resiste a morir.
El tren estaba engalanado para la ocasión, llevando consigo al viejo pascuero y los regalos a los niños que esperaban ansiosamente su llegada en las distintas estaciones. La primera estación fue Colín, donde la delegación fue invitada a compartir un clásico desayuno: café o té, con un rico pan amasado, recién salido del horno, chancho en piedra y queso fresco. Ordenadamente, los niños fueron recibiendo sus regalos, uno por uno, de manos de un viejo pascuero, siempre disponible con una sonrisa y una palabra de aliento para cada niño.
También nos acompañaba el coro de la Universidad, jóvenes entusiastas dirigidos por un más entusiasta director, que en cada estación cantaban con energía sin igual, transmitiendo un mensaje de fraternidad, solidaridad y esperanza.
Bordeando el río Maule, el tren avanzó pausadamente, deteniéndose en cada estación, que cada año parece envejecer en el abandono. Las secuelas del terremoto del año pasado se sienten. El abandono está a la vista. Pero las familias y sus niños se resisten a irse. Son de allí, de la zona, ahí están sus antepasados, sus vidas, y la alternativa de abandonar esos lares, es morir un poco; en esos parajes, quedarse también es morir lentamente. No hay trabajo y el abandono es manifiesto.
Es imperativo vertebrar un proyecto que permita recuperar un espacio geográfico de excepción que haría las delicias de cualquier turista del primer mundo. No obstante que cualquier cálculo económico de corto o mediano plazo que se haga, no resistiría el más mínimo análisis, es importante consignar que el costo de cualquier proyecto debe cotejarse con los beneficios que reportará en el tiempo y que la humanidad sabrá valorar.
Para terminar, vayan mis mejores deseos para que tengan una muy feliz navidad!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario