La estafa de La Polar
Los tiempos que estamos viviendo, en Chile y en el mundo, parecen querer dar cuenta que una sociedad que se rige por el lema de llegar y llevar, slogan histórico de una de las tiendas de comercio de nuestro querido Chilito. Si bien nació hace ya más de 90 años como una modesta sastrería en las cercanías de la Estación Central, en 1953 incursiona en el ámbito comercial, y en la década de los 80 abre sus primeros locales, para posteriormente expandirse a regiones y estrenar su tarjeta de crédito para entrar a competir en las “grandes ligas” del retail que hoy están en las cuerdas, en el ojo del huracán. El año pasado incluso inició su expansión internacional.
¿Dónde está el negocio? No está tanto en la comercialización de productos, sino que en las tarjetas de crédito, en tener deudores, que ojalá no paguen para así ensartárselos con tasas de interés usureros, multas y cobranzas que elevan las deudas hasta alcanzar niveles estratosféricos. Son varias las cosas que están siendo jaqueadas con lo que está ocurriendo.
A los que idearon el sistemita imperante pareciera que se les pasó la mano. Le daban tarjeta a cualquiera, no importando su nivel de ingresos, ni nada. Liberales totales, le daban tarjeta a quien pasara por el frente de alguna de sus tiendas. Era llegar y llevar. Incluso llamaban telefónicamente a las casas, lo que me consta personalmente, donde me decían que tenía una tarjeta a mi disposición aún cuando no la había solicitado. Insistían en que era una ganga.
La incitación al endeudamiento, que no es exclusiva de la tienda en cuestión, llega al extremo en que si compras algunos productos específicos con tarjeta su precio es menor que si lo compras al contado; o bien, si compras con tarjeta acumulas puntos. Incluso hay tiendas en que si compras con tarjeta hasta salgas con plata porque los cajeros están adiestrados para ofrecerte avances en efectivo. Los que después te cuestan un ojo de la cara.
La gracia del sistemita radicaba en tenerte cautivo de la tienda porque al final del día, perdón, del mes, necesariamente tenías que ir destinando proporciones cada vez mayores de tu sueldo al pago de la deuda. Y pobre de ti si dejabas de pagar.
Esto nos dice que el negocio no está en la venta de los productos, sino que en el endeudamiento de las personas. En el caso en cuestión el problema alcanzó los ribetes que se conocen nada más que porque saltó por los aires que gran parte de la deuda había alcanzado niveles incobrables. Esto es, se les pasó la mano más allá que sus competidores. La deuda promedio de sus clientes de la tiendita del “llegar y llevar” es el doble que la del sector.
Un mundo que se construye sobre la base de que se gana más sobre la base de endeudar a las personas que sobre la base del trabajo de las personas, es un mundo que más temprano que tarde termina por derrumbarse. Es lo que está pasando en muchas esferas.
No es llegar y llevar. El pan hay que ganárselo con buenas artes.
Rodolfo:era un tema que no podías dejar pasar.Me alegro.
ResponderBorrarMi recomendación es: que cada cual se dedique a su negocio y que lo haga bien.Si una empresa fue diseñada para vender (retail) que se dedique a eso. No a producir (jamás compro un producto marca "Lider", "Jumbo" ni simialres).Y tapoco a emitir tarjetas o hacer préstamos, que para eso están los bancos (lo último que se me ocurriría sería abrir una cuenta corriente en un banco Falabella, París o como se llame.
Estos negocios "integrados" serán muy atractivos para los dueños, pero un mal para los consumidores.
Saludos.