Un nuevo Once
A 32 años de un golpe militar cuyos ecos se prolongan hasta la fecha, no se observan visos que los aminoren, sino que por el contrario, ellos se multiplican sin cesar. Como a borbotones, la ciudadanía observa perpleja, cuando gran parte de ella no alcanzó siquiera a ser protagonista de la época, cómo diariamente se va desenmascarando una realidad marcada por el delirio.
Digámoslo claramente, en 1973 el país estuvo partido en dos, polarizado, donde las voces moderadas no eran escuchadas, y lo que es peor, eran motejadas de pusilánimes. Los puentes estaban rotos, y los esfuerzos por repararlos, por construirlos se perdían en el vacío en beneficio de los extremos. El fuego era atizado por ellos y por fuerzas foráneas. Fuimos pasto de intereses espurios en un contexto marcado por la guerra fría, por el dominio imperial disputado entre EEUU y la entonces Unión Soviética, que menos de 20 años después se derrumbó estrepitosamente.
No pocos dieron la bienvenida al golpe del 73, expresada simbólicamente con las donaciones que muchas señoras hicieron de sus joyas, para contribuir a la reconstrucción de la patria por parte de los salvadores de ella. Este era el lenguaje que se manejaba en una prensa que desde el primer minuto estuvo cercenada, aceptándose solo aquella que siguiera las directrices oficiales. Se fijó la meta de hacer de Chile una gran nación, sin definir plazos. Su principal protagonista, la Junta Militar encabezada por los comandantes de las FFAA, a poco andar delega el protagonismo en Pinochet. Hasta el día de hoy sigue siendo un misterio su rol en los días previos al golpe que, Merino en la Armada y Leigh en la Fuerza Aérea, ya habían resuelto. Tengo la convicción que se subió a última hora, para no perder el tren de la historia, y acicateado por Lucía, cuyo rol en las decisiones adoptadas fue más trascendente de lo que se presume.
El objetivo trazado, cargado de patriotismo, hoy se muestra vacío e hipócrita cuando se observa la cadena interminable de delitos por los cuales está siendo procesado. Delitos que no solo tienen que ver con los vinculados a los derechos humanos, sino que con falsificaciones, evasiones tributarias, tráfico de armas, triangulaciones financieras, etc.
Lo que a lo largo de estos años se ha estado descubriendo explica el empecinamiento por perpetuarse en el poder y el profundo significado del triunfo del NO en el plebiscito del 88. Ahora es más fácil entender porqué necesitaba fuero permanente: encubrir la maraña de delitos y pactos mafiosos que involucraron a civiles y militares. Ahí están los asesinatos, entre otros, del coronel Huber, de Eugenio Berríos y de Rodrigo Anfruns. Para garantizar su propia impunidad, construyó una institucionalidad a su medida. Si bien dejó la presidencia forzado por la derrota, se parapetó en la comandancia en jefe del Ejército, y desde allí saltó al senado como senador vitalicio. Todo se derrumba con su detención en Londres. A partir de allí se abre una caja de Pandora cuyo contenido nos depara nuevas sorpresas día a día.
Hasta para sus propios partidarios, en menos de 32 años ha pasado de héroe a villano. Y no ha sido justamente la derecha la que ha develado esta realidad, sino que el empecinamiento de quienes fueron sus opositores aún a riesgo de sus propias vidas.
excelente análisis!!!
ResponderBorrarMuy buen blog! ya irá creciendo con tus acertados artículos. Felicidades
René desde barcelona!
:)