marzo 11, 2020

El proceso constituyente (parte 8)

Photo by Markus Spiske on Unsplash
Nadie se habría imaginado que el proceso destinado a consultar si queremos a no una nueva constitución se iba a dar en un entorno como el que estamos teniendo desde la segunda mitad del segundo año del gobierno y que se prolonga hasta ahora sin que muestre visos de terminar.

Quienes votaron por la coalición gobernante, integrada por la UDI, RN y Evópoli, y que condujeron a la victoria de Piñera, lo hicieron tras el objetivo de tiempos mejores enfatizando fuertemente la necesidad de proveer mayores niveles de seguridad a la población y de retomar la senda de crecimiento obtenida en tiempos de la Concertación. Las críticas a Bachelet eran mordaces, así como a la coalición gobernante, la Nueva Mayoría, fenecida luego de su derrota en las últimas elecciones presidenciales. Incluso se le pidió la renuncia a Bachelet cuando su popularidad alcanzaba tan solo el 15%.

Al iniciarse el tercer año del gobierno de Piñera y ChileVamos, ante cualquier evaluación que se haga, bajo el parámetro que se mida, el resultado no puede ser más desastroso. Los tiempos mejores no han llegado ni se ve que lleguen en el corto, ni en el mediano o largo plazo. Los niveles de inseguridad de la población, en vez de disminuir, han aumentado significativamente, y las tasas de crecimiento van a la baja. Los puntos fuertes que se asumía serían mejor provistos por parte de gobiernos encabezados por la derecha, seguridad en materia de orden público, y crecimiento en materia económica, para sorpresa de no pocos, han resultado ser un fiasco.

Por la boca muere el pez, otra cosa es con guitarra, así como para comer y decir cabezas de pescado hay que tener mucho cuidado son algunos de los refranes que se me vienen a la cabeza al ser testigo del escenario en que se encuentra Chile en este minuto. Los bajísimos niveles de respaldo que registra el presidente, así como su gabinete, por debajo del 10%, ilustran lo expuesto. La oposición no puede cantar victoria, porque su prestigio también está por los suelos, al igual que el de quienes lideran el poder judicial, las FFAA y carabineros, así como las dirigencias empresariales.

Las élites responsables de la conducción del país están siendo jaqueadas por quienes están cansados de décadas de abusos y privilegios que se han expresado pacíficamente sin que a la fecha se les escuche. Es cierto que también hay quienes se expresan violentamente, contribuyendo a la polarización, al no entendimiento, a la pérdida del sentido común. No escuchar y atender las demandas de los primeros, indirectamente implica alentar a los violentos.

El proceso constituyente en curso debe ser el espacio para aislar al extremismo y dirimir pacíficamente nuestras diferencias, pero para ello es imprescindible no caricaturizar las posturas en juego, apruebo y rechazo. El país no se vendrá abajo si gana una u otra opción; solo se vendrá abajo solo si no se pone coto a la infinidad de abusos y privilegios responsables del malestar imperante en gran parte de la población.

1 comentario:

  1. Como siempre Dn. Rodolfo, excelente su comentario y muy asertivo además, esperamos mejores tiempos. Un abrazo

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