Salió la madre de las encuestas
En la semana salió la que llaman la madre de todas las encuestas, cuyos resultados eran esperados por moros y cristianos en virtud de que, al parecer, en las últimas décadas, ha sido la que se ha anticipado a los resultados que efectivamente se han dado.
Al ritmo que vamos me asalta la duda si vale realizar periódicamente elecciones para elegir a nuestras autoridades. El nivel de idolatría que están alcanzando las encuestas en virtud de su capacidad de predicción es tal que estaríamos conduciéndonos por ellas, y la consecuencia no sería otra que la profecía autocumplida.
Con todo, como ya se ha dicho una y mil veces, toda encuesta, asumiendo que está bien realizada, representa una fotografía del momento dentro de un contexto. Ella por sí misma no dice mucho, salvo si tenemos varias fotografías, de distintos momentos. Con varias fotografías ya podemos ver tendencias y ellas son las que nos pueden decir mucho y deben “leerse” o “mirarse” con atención por parte de quienes están involucrados. Las tendencias pueden ser imparables, aunque no necesariamente lo sean, porque dependerán de las decisiones y acciones que se adopten. Pero reconozcamos que las tendencias cuesta atajarlas, cuesta revertirlas.
Veamos. Qué nos dice la encuesta CEP? Que si las elecciones fuesen hoy, la primera vuelta la gana Piñera, en tanto que la segunda es posible que también la gane; también nos dice que irrumpió un tercer candidato que está actuando como convidado de piedra, con un no despreciable porcentaje que va a ser decisivo para la segunda vuelta; cotejando con encuestas anteriores también nos dice que Piñera va a la baja y que Frei va al alza tanto en porcentaje de votos como de valoración de atributos; y por último, también nos dice que Navarro, Arrate y Zaldívar no cortan ni pinchan con un 1% para cada uno, porcentaje que no se condice con todo lo que la revuelven ni los años de circo que tienen en el cuerpo.
Los resultados de la primera vuelta revelan los votos duros -37% para Piñera y 30% para Frei- por tanto la gran tarea que tienen por delante es conquistar los votos restantes. Si bien Piñera va en punta, quien tiene el mayor potencial de crecimiento es Frei, ya sea porque la tendencia lo empuja, como porque más temprano que tarde el gran respaldo que la ciudadanía otorga a Michelle, terminará volcándose hacia el candidato de la Concertación.
Si bien la ciudadanía valora la simpatía de Michelle, valora mucho más que eso, valora una actitud, una forma de encarar los problemas, de abordar las tareas de Estado. Y ellas se asocian, necesariamente a la coalición que la respalda. Ella no gobierna sola, ella no es independiente, es concertacionista, gobierna con la Concertación. De allí que a la hora de la verdad, de contrastar lo bueno y lo malo, lo natural, lo más probable, es que gran parte del apoyo que tiene Michelle termine beneficiando a Frei. La magnitud de este traspaso dependerá de las propuestas que realicen los candidatos y de la campaña propiamente tal.
En la semana salió la que llaman la madre de todas las encuestas, cuyos resultados eran esperados por moros y cristianos en virtud de que, al parecer, en las últimas décadas, ha sido la que se ha anticipado a los resultados que efectivamente se han dado.
Al ritmo que vamos me asalta la duda si vale realizar periódicamente elecciones para elegir a nuestras autoridades. El nivel de idolatría que están alcanzando las encuestas en virtud de su capacidad de predicción es tal que estaríamos conduciéndonos por ellas, y la consecuencia no sería otra que la profecía autocumplida.
Con todo, como ya se ha dicho una y mil veces, toda encuesta, asumiendo que está bien realizada, representa una fotografía del momento dentro de un contexto. Ella por sí misma no dice mucho, salvo si tenemos varias fotografías, de distintos momentos. Con varias fotografías ya podemos ver tendencias y ellas son las que nos pueden decir mucho y deben “leerse” o “mirarse” con atención por parte de quienes están involucrados. Las tendencias pueden ser imparables, aunque no necesariamente lo sean, porque dependerán de las decisiones y acciones que se adopten. Pero reconozcamos que las tendencias cuesta atajarlas, cuesta revertirlas.
Veamos. Qué nos dice la encuesta CEP? Que si las elecciones fuesen hoy, la primera vuelta la gana Piñera, en tanto que la segunda es posible que también la gane; también nos dice que irrumpió un tercer candidato que está actuando como convidado de piedra, con un no despreciable porcentaje que va a ser decisivo para la segunda vuelta; cotejando con encuestas anteriores también nos dice que Piñera va a la baja y que Frei va al alza tanto en porcentaje de votos como de valoración de atributos; y por último, también nos dice que Navarro, Arrate y Zaldívar no cortan ni pinchan con un 1% para cada uno, porcentaje que no se condice con todo lo que la revuelven ni los años de circo que tienen en el cuerpo.
Los resultados de la primera vuelta revelan los votos duros -37% para Piñera y 30% para Frei- por tanto la gran tarea que tienen por delante es conquistar los votos restantes. Si bien Piñera va en punta, quien tiene el mayor potencial de crecimiento es Frei, ya sea porque la tendencia lo empuja, como porque más temprano que tarde el gran respaldo que la ciudadanía otorga a Michelle, terminará volcándose hacia el candidato de la Concertación.
Si bien la ciudadanía valora la simpatía de Michelle, valora mucho más que eso, valora una actitud, una forma de encarar los problemas, de abordar las tareas de Estado. Y ellas se asocian, necesariamente a la coalición que la respalda. Ella no gobierna sola, ella no es independiente, es concertacionista, gobierna con la Concertación. De allí que a la hora de la verdad, de contrastar lo bueno y lo malo, lo natural, lo más probable, es que gran parte del apoyo que tiene Michelle termine beneficiando a Frei. La magnitud de este traspaso dependerá de las propuestas que realicen los candidatos y de la campaña propiamente tal.
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