Primarias en la Concertación
El próximo domingo tendrán lugar las primeras primarias regionales en las sexta y séptima región organizadas por la Concertación para resolver quien será su abanderado en las elecciones presidenciales de fines de este año. Las primarias fueron instituidas en USA como mecanismo para dirimir la candidatura de un partido. Es una alternativa atractiva no solo porque delega en la base partidaria la decisión final, reduciendo el poder de las cúpulas partidarias, sino porque sirve como espacio de debate entre distintas opciones.
En Chile es un sistema que la Concertación implementa por tercera vez. La primera ocasión fue en 1994, en la que Frei derrotó ampliamente a Lagos, merced al peso de una marca de valor y de un partido, la DC, unido tras él; la segunda vez fue el año 2000 cuando Lagos venció en forma contundente a Zaldívar, porque tras él no se vió una DC cohesionada, y porque en el inconciente colectivo estaba la idea que era la “hora” del humanismo laico. Para el 2006 estaba contemplada una primaria “femenina”, sin embargo la bajada de Soledad -por los tropiezos que encaró en su propio partido, entonces encabezado por Adolfo- dejó el camino despejado a Michelle.
Es así como llegamos a las primarias actuales bajo un formato inédito, porque será de carácter regional escalonado. En teoría representa un avance significativo en relación a las primarias anteriores; sin embargo la medición de su éxito se hará en función de su capacidad de convocatoria, la que se duda que sea capaz de superar a la que tuvo lugar el año 2000. Las razones son múltiples y se relacionan con los tiempos que vivimos. Ellas van desde que cada uno de nosotros está mas preocupado de su metro cuadrado, la crisis financiera mundial que nos tiene en ascuas, un cierto escepticismo respecto de la capacidad de la política para cambiar las cosas; hasta las dudas que despierta la conveniencia de unas primarias cuando al frente ya hay un candidato en carrera y la percepción de que la medición de fuerzas está siendo utilizada por uno de los candidatos para posicionar a su partido en las negociaciones por los cupos parlamentarios en circunstancias que las cartas ya estarían echadas. Lo concreto es que a una semana de las primarias, no se escucha el rugir de los motores propios de una campaña.
En la derecha, a la fecha no han sido capaces de organizar primaria alguna. Esa incapacidad los llevó a perder las elecciones presidenciales pasadas. Los resultados de la segunda vuelta mostraron que los votos obtenidos en la primera vuelta por Joaquin y Sebastián no eran sumables.
El próximo domingo tendrán lugar las primeras primarias regionales en las sexta y séptima región organizadas por la Concertación para resolver quien será su abanderado en las elecciones presidenciales de fines de este año. Las primarias fueron instituidas en USA como mecanismo para dirimir la candidatura de un partido. Es una alternativa atractiva no solo porque delega en la base partidaria la decisión final, reduciendo el poder de las cúpulas partidarias, sino porque sirve como espacio de debate entre distintas opciones.
En Chile es un sistema que la Concertación implementa por tercera vez. La primera ocasión fue en 1994, en la que Frei derrotó ampliamente a Lagos, merced al peso de una marca de valor y de un partido, la DC, unido tras él; la segunda vez fue el año 2000 cuando Lagos venció en forma contundente a Zaldívar, porque tras él no se vió una DC cohesionada, y porque en el inconciente colectivo estaba la idea que era la “hora” del humanismo laico. Para el 2006 estaba contemplada una primaria “femenina”, sin embargo la bajada de Soledad -por los tropiezos que encaró en su propio partido, entonces encabezado por Adolfo- dejó el camino despejado a Michelle.
Es así como llegamos a las primarias actuales bajo un formato inédito, porque será de carácter regional escalonado. En teoría representa un avance significativo en relación a las primarias anteriores; sin embargo la medición de su éxito se hará en función de su capacidad de convocatoria, la que se duda que sea capaz de superar a la que tuvo lugar el año 2000. Las razones son múltiples y se relacionan con los tiempos que vivimos. Ellas van desde que cada uno de nosotros está mas preocupado de su metro cuadrado, la crisis financiera mundial que nos tiene en ascuas, un cierto escepticismo respecto de la capacidad de la política para cambiar las cosas; hasta las dudas que despierta la conveniencia de unas primarias cuando al frente ya hay un candidato en carrera y la percepción de que la medición de fuerzas está siendo utilizada por uno de los candidatos para posicionar a su partido en las negociaciones por los cupos parlamentarios en circunstancias que las cartas ya estarían echadas. Lo concreto es que a una semana de las primarias, no se escucha el rugir de los motores propios de una campaña.
En la derecha, a la fecha no han sido capaces de organizar primaria alguna. Esa incapacidad los llevó a perder las elecciones presidenciales pasadas. Los resultados de la segunda vuelta mostraron que los votos obtenidos en la primera vuelta por Joaquin y Sebastián no eran sumables.
Si estas primarias son capaces de convocar a la ciudadanía, y la Concertación se alinea de inmediato tras el ganador, entonces el candidato que emerja de ellas saldrá fortalecido.
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