La innovación tecnológica
En Chile se están desarrollando complejos procesos de modernización con impactos en los más diversos ámbitos –social, político, cultural y económico-. Ellos forman parte de un escenario mundial caracterizado por la globalización y la hegemonía del mercado. Tales fenómenos son causa y efecto de procesos de innovación tecnológica, con importantes consecuencias en la gestión de las empresas y en sus procesos de negocios.
Existe la convicción que para alcanzar niveles de desarrollo sustentable es imprescindible contar con una cultura innovadora para traspasar el umbral de país exportador de materias primas y productos sin mayor valor agregado. Para consolidar el esfuerzo exportador de las últimas décadas, los más diversos actores han expresado la necesidad de ingresar a una fase caracterizada por el mayor valor agregado de su oferta exportadora. Lo anterior implica vincular el desarrollo científico-tecnológico con el aparato productivo.
Un análisis histórico de las invenciones e innovaciones da cuenta de la existencia de ciclos de invenciones seguidas por períodos de innovaciones. De hecho un gran número de productos y servicios que hoy se demandan tienen origen en innovaciones del período post Segunda Guerra Mundial. El intervalo de tiempo desde que ocurren las invenciones hasta que se producen las innovaciones ha tendido a reducirse, revelando una aceleración entre el paso del laboratorio a la producción a escala comercial. A modo de ejemplo, la radio después de 40 años alcanzó un volumen de penetración en el mercado de 50 millones de hogares, mientras que la televisión en 13 años logró satisfacer un mercado de igual magnitud. Asimismo, Internet en tan sólo pocos años ha cubierto un mercado por sobre los cientos de millones de personas.
El motor de la innovación tecnológica no es otro que el pertinaz esfuerzo del ser humano por reducir el trabajo manual, mecánico y repetitivo, el cual está siendo sustituido por el intelectual que requiere de nuevas capacidades de orden cognitivo, procedimental e interpersonal.
Nuestra actividad productiva ha estado sustentada básicamente en la explotación de sus recursos naturales y en la disponibilidad de mano de obra de bajo costo. La globalización y la creciente competitividad no permiten basar el desarrollo del país en recursos naturales que tienen cada vez menor peso en los productos y servicios demandados por los mercados, ni tampoco en recursos humanos de baja calificación. Dada la alta correlación existente entre el nivel de desarrollo de un país con su capacidad de innovación tecnológica, como lo muestra la evidencia internacional, se desprende la necesidad de incrementar los esfuerzos que en materia de innovación tecnológica se puedan estar efectuando.
Si queremos dejar de patear piedras, debemos redoblar nuestros esfuerzos en materia de disponibilidad de recursos, de rendición de cuentas, de levantamiento de obstáculos, y de una férrea y persistente voluntad conducente al aprovechamiento de las oportunidades existentes.
En Chile se están desarrollando complejos procesos de modernización con impactos en los más diversos ámbitos –social, político, cultural y económico-. Ellos forman parte de un escenario mundial caracterizado por la globalización y la hegemonía del mercado. Tales fenómenos son causa y efecto de procesos de innovación tecnológica, con importantes consecuencias en la gestión de las empresas y en sus procesos de negocios.
Existe la convicción que para alcanzar niveles de desarrollo sustentable es imprescindible contar con una cultura innovadora para traspasar el umbral de país exportador de materias primas y productos sin mayor valor agregado. Para consolidar el esfuerzo exportador de las últimas décadas, los más diversos actores han expresado la necesidad de ingresar a una fase caracterizada por el mayor valor agregado de su oferta exportadora. Lo anterior implica vincular el desarrollo científico-tecnológico con el aparato productivo.
Un análisis histórico de las invenciones e innovaciones da cuenta de la existencia de ciclos de invenciones seguidas por períodos de innovaciones. De hecho un gran número de productos y servicios que hoy se demandan tienen origen en innovaciones del período post Segunda Guerra Mundial. El intervalo de tiempo desde que ocurren las invenciones hasta que se producen las innovaciones ha tendido a reducirse, revelando una aceleración entre el paso del laboratorio a la producción a escala comercial. A modo de ejemplo, la radio después de 40 años alcanzó un volumen de penetración en el mercado de 50 millones de hogares, mientras que la televisión en 13 años logró satisfacer un mercado de igual magnitud. Asimismo, Internet en tan sólo pocos años ha cubierto un mercado por sobre los cientos de millones de personas.
El motor de la innovación tecnológica no es otro que el pertinaz esfuerzo del ser humano por reducir el trabajo manual, mecánico y repetitivo, el cual está siendo sustituido por el intelectual que requiere de nuevas capacidades de orden cognitivo, procedimental e interpersonal.
Nuestra actividad productiva ha estado sustentada básicamente en la explotación de sus recursos naturales y en la disponibilidad de mano de obra de bajo costo. La globalización y la creciente competitividad no permiten basar el desarrollo del país en recursos naturales que tienen cada vez menor peso en los productos y servicios demandados por los mercados, ni tampoco en recursos humanos de baja calificación. Dada la alta correlación existente entre el nivel de desarrollo de un país con su capacidad de innovación tecnológica, como lo muestra la evidencia internacional, se desprende la necesidad de incrementar los esfuerzos que en materia de innovación tecnológica se puedan estar efectuando.
Si queremos dejar de patear piedras, debemos redoblar nuestros esfuerzos en materia de disponibilidad de recursos, de rendición de cuentas, de levantamiento de obstáculos, y de una férrea y persistente voluntad conducente al aprovechamiento de las oportunidades existentes.
Una duda, la innovación, ¿en qué medida está guiada simplemente por el interés de desarrollar productos de consumo?. Porque no pocas las innovaciones (obvio que no todas) están a tu alcance o al mío, pero no al de (y voy a ser muy tímido en la cifra) por lo menos un 30% de la población. En el fondo sosepcho de estas panaceas de la gestión promete...
ResponderBorrar¿muy negativo? Lo siento.
saludos
am