No cabe duda que lo más relevante a destacar en la reciente elección
municipal en Chile, es la alta abstención registrada en todo el país. Si bien
era esperable a la luz del desprestigio que vive la política, pocos imaginaban
que fuese tan alta. Votó tan solo una de cada tres personas habilitadas para
votar, o sea, quien votó lo hizo por tres personas. Mientras más personas se
abstienen más vale el voto de cada uno.
La inscripción automática y el voto voluntario han sido puestos en
jaque, y no pocos aventuran volver a hacer obligatoria la acción de votar. Sin
embargo, lo ocurrido no hace sino confirmar una tendencia en nuestro país desde
antes que se instaurara el voto voluntario. El sistema de inscripción voluntaria
y voto obligatorio que nos regía, ya mostraba signos de fatiga. Recordemos que
el padrón electoral de entonces estaba envejeciendo aceleradamente, dado que
los jóvenes no se inscribían. Entonces el desinterés se expresaba por la vía de
la no inscripción, hoy es por la vía de la abstención.
Las preguntas que afloran son múltiples, pero me centraré en tres:
¿quiénes se abstuvieron? ¿porqué se abstuvieron? ¿a quién favoreció la
abstención?
Quienes se abstuvieron se pueden categorizar en dos grupos. Uno, los
mismos de siempre, esto es, quienes no se inscribían cuando el voto era obligatorio.
Ahora están inscritos, pero no votan. Este grupo nunca ha votado ni le interesa
votar. Como ya se afirmó, son mayoritariamente jóvenes sin mayor educación
cívica y para quienes el concepto de ciudadanía no tiene valor alguno.
El otro grupo está formado por quienes por lo general han votado, pero
que en esta ocasión nolo hicieron en razón de un sentimiento de defraudación
respecto de la política, los políticos y el gobierno. Los casos PENTA,
SOQUIMICH y CAVAL no son sino algunas de las guindas de la torta. El primero de
estos casos afectó a la UDI, pero no mortalmente porque aparece como razonable
que personajes de derecha les financien. Distinto es el segundo caso, donde
SOQUIMICH afectó a diestra y siniestra. Que un Ponce Lerou, exyerno del
innombrable financie a la derecha, tiene lógica, pero que este mismo personaje
financie a personeros que lucharon contra la dictadura no tiene lógica, salvo
la de la cooptación, la asimilación, la neutralización.
Por último, está el caso CAVAL que impactó en la presidenta, el gobierno
y los partidos que la sustentan. En este contexto, la supremacía moral de la
izquierda por sobre la derecha, se fue al tacho de la basura. La consecuencia
no podía ser otra más que la fuga de votantes desde el centro y la izquierda
hacia la abstención. De allí el retroceso en la votación de los partidos de la
coalición gobernante.
Es una vergüenza que a casi 30 años de haber derrotado al innombrable en
un épico plebiscito con una masiva inscripción electoral en las más adversas
condiciones, hoy nos encontremos con que dos de cada tres no quieran votar. Mal
que mal la lucha contra la dictadura fue para recuperar una democracia donde
nosotros seamos quienes definimos nuestro destino por medio de un papel y un
lápiz.
No sin razón la derecha ha cantado victoria. Ganó y recuperó comunas
emblemáticas. Su virtual candidato presidencial quedó bien posicionado. La
derecha clavó estacas, sin embargo aún no está dicha la última palabra.
El gobierno, el centro y la izquierda puede recuperar a quienes se
abstuvieron, pero ello pasa por reencontrar su destino, su leit motiv, su razón
de ser, lo que implica diferenciarse de la derecha, esto es, resistir y
rechazar la tentación de la corrupción, las malas prácticas, ser fieles a sus
ideales. Esto implica actuar con transparencia, claridad, con las manos
limpias, de cara al sol, seriamente.
El desafío es mayúsculo, pero por lo mismo, apasionante.
Los partidos políticos y candidatos tienden a concederle cada vez más importancia a los medios de comunicación, en particular a la televisión, para realizar sus actividades de campaña, y esto lo ha entendido muy bien la derecha, que a la sazón es dueña de los medios de comunicación, pero ya no lo hacen como antes, con gente siendo entrevistada, sino, ojo, mediante artistas o pseudo artistas, quiénes mediante la sátira de una hora, destrozan al gobierno de turno, esto suele ser muy encubierto, ya que se empieza satirizando al dueño del medio de comunicación, y luego venga contra gobernantes de turno, toda una deformación por parte de estos artistas y como la mayoría de la gente está tomada por la televisión…la campaña es más efectiva.
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