diciembre 23, 2010

La PSU quedó atrás

Ya todos los interesados en ingresar a la educación superior rindieron la PSU, dejando atrás el estrés, la angustia, y ahora quedan en estado de espera, la que puede ser tan angustiante o relajante como los mismos estudiantes lo determinen. Desafortunadamente, como todo en la vida, la PSU no constituye sino un hito más, dentro de muchos hitos que nos depara nuestro paso por la tierra.

En efecto, si bien ahora se está en fase de espera, esta espera debe contemplar la preparación de las postulaciones, porque apenas se conozcan los resultados, se iniciará el proceso de postulación. Y no solo deberá tenerse claridad respecto de qué universidad escoger, sino qué carrera, y en qué orden de postulará. Los estudiantes también deberán estar preparados para encarar el aluvión de ofertas educativas que le lloverán de todos lados, las que intentarán mostrar su mejor cara, ocultando la peor.

En esta columna intentaré dar algunas luces respecto de las variables que deben tenerse presente en toda postulación. De partida, las variables clave en el ámbito de quienes postulan son la vocación y la capacidad. La vocación está asociada a lo que se quiere ser, a la voluntad, en tanto que la capacidad está vinculada a lo que se puede hacer, a las aptitudes. Es el caso de quien ansía ser arquitecto, aunque no tenga aptitudes, las que quizá vayan por otro lado. Esto no significa que no pueda ser arquitecto, pero muy probablemente la carrera se le haga cuesta arriba, y lo que es peor, observará que otros compañeros con más aptitudes, avanzarán más rápido y con menos esfuerzo. Lo ideal es que la vocación y la aptitud vayan de la mano, lo que no siempre se da.

En los tiempos actuales se agrega otra dificultad en muchos jóvenes: no tener claridad respecto de lo que se quiere, lo que se ve agudizado por la variedad de las ofertas educativas. Décadas atrás, la oferta se reducía a un bajo número de carreras, pero ahora el panorama ha cambiado con una oferta que supera la centena de carreras. En medio de este enjambre deberán postular nuestros estudiantes.

Por último, una variable de significación se relaciona con el campo laboral de la carrera a escoger. Si la vocación y la aptitud nos inducen a pensar en una carrera sin mayor proyección laboral, el cuadro se complica. Pero esta es una variable entrar en juego solo una vez dilucidado el tema vocacional y el de la aptitud, puesto que lo contrario sería poner la carreta por delante de los bueyes. No sacamos nada con definirnos en base a la seguridad laboral que nos pueda proveer una determinada carrera, si no es acompañada por vocación y/o aptitudes. Se correría el riesgo de que el estudiante actual llegara a ser a futuro un profesional amargado y/o mediocre.

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