octubre 22, 2010

Resaca de la operación rescate

A medida que transcurren los días y se apagan las luces del inmediatismo se va decantando lo ocurrido y sus consecuencias. Pareciera que la historia de los mineros pudiésemos subdividirla en fases: una primera, aquella en que eran desconocidos, la previa al accidente.

La segunda, que parte que quedan atrapados sin saberse si se encuentran con vida y que dura 17 días, cuyos principales protagonistas fueron las familias de los mineros atrapados que no se renunciaban a verlos con vida y que sostuvieron y exigieron a todo el país y al gobierno para que no se cesaran los trabajos conducentes a encontrar a los mineros.

La tercera se inicia cuando se logra saber que están vivos mediante un sintético e histórico mensaje que está dando la vuelta al mundo de manos de un presidente que está haciendo uso y abuso de él.

Luego viene la cuarta fase constituida por el trabajo realizado por diversos equipos de trabajo constituidos por profesionales y técnicos destinados a rescatar con vida a los mineros.

La quinta fase corresponde al proceso de rescate propiamente tal, que duró menos de 30 horas, y que culminó con un 100% de éxito dado que salieron todos vivos. Esta fue la fase más mediática, de mayor cobertura mundial, la que concita la atención y admiración mundial. Todo esto, mientras salen a flote otros accidentes mineros en distintos países (Colombia, Ecuador, México, China) con resultados de mineros fallecidos.

Ahora estamos en la sexta fase, la post rescate, con los mineros rescatados, con sus familias, acosados por los medios de comunicación nacional y mundial. Quizá sea la más compleja para los mineros. Ni ellos ni nadie está acostumbrado a semejante e imprevisto acoso mediático. De seres anónimos por quienes nadie daba un peso, pasaron a ser de la noche a la mañana seres acosados, tentados por una y mil ofertas.

Tanto durante los días en que estaban aislados del mundo, en condiciones sumamente adversas, sin saber si se les estaba buscando o no, hasta que fueron rescatados, mostraron un temple, una capacidad de supervivencia, de organización, de trabajo en equipo, de distribución de responsabilidad, de unión, que concitan la admiración mundial y que nos llenan de orgullo.

Esa fuerza que han mostrado está nuevamente siendo puesta a prueba en la fase en que se encuentran actualmente, la del post rescate. Formulemos votos para que con el apoyo de sus familias, salgan airosos del difícil trance en que se encuentran.

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