octubre 07, 2010

Domos en la región

A raíz del terremoto, en la región hemos visto surgir algunos domos que llaman poderosamente la atención por ser construcciones basadas en cuerpos geométricos de caras planas, las que suelen ser triángulos cuyas aristas se apoyan mutuamente. Triángulos que unidos entre sí dan origen a pentágonos y hexágonos. La elección del triángulo se basa en ser una figura de gran estabilidad y rigidez estructural, que da origen hermosas construcciones de gran resistencia sin necesidad de emplear vigas ni pilares.

Si bien existen distintos tipos de domos según los materiales a utilizar, lo que tienen en común es una estructura soportante, la que suele ser de madera. Si nos dirigimos hacia Constitución, pasado el famoso puente Loncomilla, mirando hacia la derecha, a lo alto podremos ver en todo su esplendor uno de estos domos.

Pareciera tratarse de un método constructivo alternativo atractivo en la región, ya sea porque los materiales que se ocupan están en la región –madera, fardos de paja, aserrín, arena, etc.- como por su resistencia frente a los terremotos. Los fardos de paja -desechos de la producción de trigo- son mejores aislantes térmicos y acústicos, además de ser más económicos, que el ladrillo y el cemento, en tanto que el mortero con el que se revisten los fardos al contener aserrin (desecho de la producción de maderas que por estos lados es casi gratis), lo hace liviano, con buena aislación térmica. Por otra parte, los muros construidos de esta manera alcanzan a respirar, permitiendo que salgan las naturales humedades que se producen en toda vivienda.

Sin embargo no todo lo que brilla es oro. Su esencial desventaja pareciera centrarse en el espesor de los muros, que puede llegar a ser del orden de los 50 cm. En el caso de las ciudades, no es un tema menor, porque el espacio disponible suele ser reducido. Esto explica las dificultades que enfrenta esta modalidad constructiva en los espacios urbanos. Sin embargo, en el campo el espacio disponible no es una restricción que pueda inhibir una decisión a favor de este método y estilo constructivo.

En términos de costos, compiten con leve ventaja respecto de la construcción convencional, aunque cabe destacar la limitación que implica la no existencia de maestros con experiencia en este tipo de construcciones.

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