agosto 13, 2010

La encuesta CASEN

Los resultados de la encuesta CASEN que han salido a luz recientemente han abierto diversas polémicas, no obstante que no nos dicen nada mayormente nuevo.

Unos enfatizan que la desigualdad en nuestro país sigue presente y que en los últimos años se ha incrementado. Con ello aspiran endosar la responsabilidad a los gobiernos de la Concertación, particularmente al último, el encabezado por Michelle. Su popularidad parece quitar el sueño de muchos. Los resultados señalarían que las políticas sociales implementadas fracasaron.

Otros ponen el acento en la crisis económico-financiera mundial que debió enfrentar Michelle, y que gracias a su conducción fue sorteada exitosamente. Quienes están en esta postura sostienen que la red de protección social construida permitió amortiguar el impacto de la crisis. Sin esta red, reafirman, los resultados de la encuesta CASEN habrían sido peores.

Los resultados también nos señalan que tenemos un colchón de pobreza dura o rígida, y otro de pobreza blanda o flexible. La primera, dura de roer, resistente, casi imposible de vencer; la segunda, la blanda es la de quienes tienen trabajos ocasionales o precarios, y por tanto con ingresos de alta variabilidad, pero con costos que tienden a ser rígidos, y por tanto proclives a endeudarse.

Si bien la pobreza dura se suele asociar a la indigencia, la que oficialmente ha descendido a menos del 5%, podríamos asimilarla a quienes se encuentran dentro del decil más pobre de la población. Los dos a tres deciles que siguen me atrevería a vincularlas con la pobreza blanda, la de quienes viven al tres y al cuatro, endeudados, que no se consideran pobres.

En síntesis, tenemos un país donde son muchos aún quienes solo tienen la opción de “mirar” el desarrollo sin poder “participar” de él o sumarse. Decimos querer construir un país de oportunidades, pero sin posibilidad alguna de aprovecharlas por parte de muchos de nuestros compatriotas.

Los resultados de la encuesta CASEN nos interpelan, particularmente a quienes concentran las riquezas de este país, a las élites intelectuales, a las universidades, en busca de respuestas y soluciones a una realidad que se prolonga desde los albores de la independencia. Por eso, cabe celebrar que la Asociación de Académicos de la Universidad de Talca haya convocado a una mesa redonda abierta a la comunidad para la próxima semana con el fin de abordar el tema.

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