abril 28, 2017

La DC en la encrucijada

Este fin de semana tiene lugar la junta nacional de la democracia cristiana (DC) donde se definirá el curso a seguir en relación a las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias.

La relevancia de esta junta está dada porque de la decisión que se adopte –ir a primarias o a primera vuelta- dependerá el devenir político nacional, junto al hecho que la decisión que adopten otros partidos, depende de lo que de allí emerja.

La junta se reúne para adoptar una decisión difícil, compleja, en un contexto también difícil y complejo. El eje PS-DC que ha dominado la escena política en las últimas décadas se encuentra resquebrajado. El signo más visible de este resquebrajamiento fue la reciente decisión del PS de no levantar candidatura propia alguna y respaldar la de Alejandro Guillier.

Esta junta tiene lugar en un momento que invita a la reflexión de quienes están en una u otra postura. Los partidarios de ir derechamente a la primera vuelta se basan en la necesidad de desmarcarse de la Nueva Mayoría (NM), donde no pocos se sienten incómodos, para perfilarse, identificarse con nitidez, desde ya con miras a las elecciones de fin de año. Este perfilamiento sienten que no están en condiciones de ponerla en marcha para las primarias en virtud del escaso tiempo disponible. Además, perciben un aislamiento y distanciamiento por parte de los restantes partidos de la NM, aparte que nunca les ha acomodado estar junto al PC.

Quienes privilegian ir a primarias se basan esencialmente en la necesidad de preservar la coalición de gobierno y la actual representación parlamentaria, dado que asumen que de no haber primarias, difícilmente pueda haber una única lista parlamentaria. De hecho, tanto el partido radical (PR), como el partido por la democracia (PPD) y el PS han advertido que sin candidatura única, no habrá lista parlamentaria. Los partidarios de ir a primarias temen que ir a primera vuelta facilita la elección del candidato de la derecha, particularmente si éste emerge de elecciones primarias. Sería una paradoja que al final del día el candidato de la derecha emane de una primaria promovida por la NM, y que ésta no sea capaz de resolver el tema d ela candidatura presidencial por esa vía.

Como puede verse, la DC se encuentra en una encrucijada, que si bien no tiene que ver con aspectos estratégicos, sino tácticos, la decisión que se adopte tendrá consecuencias estratégicas de corto, mediano y largo plazo.

Todo ello en momentos en que la agenda política ha estado centrada en la corrupción que está afectando los más diversos ámbitos, tanto empresariales, como políticos y militares. Entre quienes integran la junta DC estará muy presente la expresión de Renán Fuentealba, expresidente del partido y militante histórico asociado a los sectores de avanzada dentro de la DC, cuando a sus 100 años afirmó que "prefiero un partido chico, pero decente; a uno grande corrupto”.

abril 26, 2017

San Agustín (parte 1)

Ad portas de cumplir 90 años, falleció Agustín Edwards, dueño del diario El Mercurio y de la cadena periodística correspondiente. Así como para la derecha política Jaime Guzmán encabeza el listado de candidatos a la santidad sin competencia alguna, para la derecha económica ya debería estarse hablando de San Agustín. No faltarán los milagros que posibiliten iniciar el proceso de canonización conducente a su santidad.

Como sostuvo Lagos, en su condición de presidente del país, es difícil entender la historia de Chile sin El Mercurio. Sin ostentar cargo público alguno, desde las sombras, su vida ha estado marcada por una influencia que pocos osarían poner en dudas. Desde el imperio periodístico familiar que él contribuyó a consolidar, influyó decisivamente en el devenir político económico del país, muy especialmente en la segunda mitad del siglo pasado.

Esta influencia está marcada a fuego, tanto en el ámbito político como económico. En lo político, la cadena mercurial fue la representante de los intereses norteamericanos en tiempos de guerra fría, así como diario El Siglo lo fue del imperio soviético. Es así como respalda la persecución a los comunistas en tiempos del Gabriel González Videla (Gabito), y para evitar el triunfo de Allende en la contienda presidencial del 64 adhiere a Frei Montalva. Siempre en aras de la defensa de los ideales democráticos. Para las elecciones de 1970, se inclina a favor de Alessandri, en contra de Allende y Tomic. En el clásico lenguaje y estilo que lo caracterizaría, estos dos últimos no serían sino representantes de ideologías extranjerizantes que solo traerían un triste destino al país.

Por una suerte de designio familiar, Agustín sentía interés y preocupación por el devenir nacional más allá de su persona. Con buenas espaldas familiares y financieras, ya en esos tiempos a Agustín le interesaba promover la libre empresa en un contexto que visualizaba como muy proclive a la intervención estatal. Es así como los economistas le deben mucho a Agustín, al alentarlos a estudiar en la Escuela de Chicago (USA) para compenetrarse de las ideas del neoliberalismo, quienes harían historia de la mano del innombrable. Lo que no pudo imponerse electoralmente, se terminó imponiendo vía militar. Es así como la economía que se enseña hoy en casi todas las universidades, incluidas las estatales, está marcada por ellos como una verdad única, incontrarrestable, indiscutible. Este es uno de los mayores triunfos de Agustín.

En el ámbito político, la derecha le debe el acceso el aparato del Estado de la mano de los militares. Lo que la derecha política fue incapaz de imponer democráticamente, lo logró por la vía de un golpe militar. Golpe que Agustín traía en mente cuando visualizada lo que a su modesto entender eran los desvaríos de la política convencional. Las páginas mercuriales daban cuenta de su pesimismo ante el curso de los acontecimientos mientras en la trastienda buscaba torcer el curso de la historia.

La derrota de Alessandri en manos de Allende en 1970 lo obliga a poner en marcha su plan B. De eso conversaremos en la columna que viene!

Reflexiones de cara a la segunda vuelta en Francia

Los resultados de las elecciones en Francia no constituyeron mayor sorpresa. Se esperaba una segunda vuelta y que a ella concurrirían Macron y Le Pen. Así se dio. Lo sorprendente estuvo constituido por la baja votación del candidato socialista del partido gobernante, que Macron haya aventajado a Le Pen, y la estrechez de los resultados de los dos candidatos que quedaron fuera de la segunda vuelta, el conservador Fillon y el izquierdista Melenchon.

Que Le Pen no haya logrado sostener la primera posición que ostentaba en los sondeos, no da para alegrarse mayormente si se toma en cuenta que fue aventajada por un exbanquero y que la segunda vuelta se dará en el marco de dos candidaturas de partidos no tradicionales, reveladora de la crisis que embarga a la política tal como la hemos entendido hasta ahora.

Desde fines de la segunda guerra mundial, las elecciones francesas estaban dominadas por una derecha expresada en los conservadores y una izquierda representada en los primeros años de la quinta república por los comunistas y socialistas, y en las últimas décadas, desde el derrumbe del imperio soviético, solo por los socialistas. Ninguno de los dos estará presentes en la segunda vuelta, hecho inédito en la historia política francesa de los últimos 50 años. Fillon, representante de la derecha conservadora tradicional, que partió como favorito, quedó fuera tras conocerse la corrupción reinante en el seno de su propia familia; y el candidato socialista, Hamon, con menos del 10%, sufrió las consecuencias de la crisis que embarga al socialismo francés, y que se extiende a nivel mundial.

Por primera vez se da que cuatro candidatos obtengan, cada uno del orden del 20% (Macron, Le Pen, Fillon y Melenchon), lo que da cuenta de una dispersión no vista en el pasado, que complementada con la abstención, revela la confusión imperante respecto del futuro al que se aspira en medio de un presente complejo. No se vislumbran líderes de talla capaces de dar el ancho para enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo. A Macron difícilmente se le puede catalogar siquiera como un hombre de centroizquierda dada su condición de exbanquero, de un hombre del mundo de las finanzas. A su favor se contabiliza su talante europeísta, de una Francia abierta, en contraposición a la Francia cerrada de sus contrincantes, particularmente la Francia xenófoba, antieuropeísta de Le Pen.

La mayor sorpresa quizá estuvo constituida por la votación alcanzada por Melenchon, con un porcentaje cercano al 20% de un electorado que parece buscar retomar las riendas de una izquierda en busca de su destino en tiempos de globalización, de debilitamiento en la organización de los trabajadores.

En la segunda vuelta, Macron corre con ventaja dado el apoyo explícito que desde el primer minuto le han dado tanto Fillon y Hamon, desde el conservadurismo y el socialismo. Melenchon en cambio, ha resuelto desentenderse hastiado de tener que optar entre el mal menor y el mal mayor.
Como en tantas cosas de la vida, ni Macron ni Le Pen pueden cantar victoria antes de tiempo. La lucha será cerrada. Al conocerse los resultados de esta primera vuelta, quienes respaldan el espíritu de unión europea que emergió luego de la segunda guerra mundial, respiraron aliviados. No es para menos. Sin embargo queda mucho por resolver.

De ganar, Macron y Francia no la tendrán fácil. Mal que mal, tras Macron no hay partido fuerte alguno y deberá transitar por terrenos movedizos, enfrentando una situación política, económica, social y cultural que le demandará mucha lucidez y esfuerzo para sumar los apoyos que necesitará.

Para Chile, que a partir del segundo semestre se sumergirá en una vorágine electoral, lo que está ocurriendo en Francia debe ser observado con detención. Encontrar las similitudes y diferencias puede ayudarnos a vaticinar lo que ocurrirá en este tembloroso rincón del mundo.

abril 20, 2017

Francia amenazada

Este fin de semana Francia tiene un nuevo proceso electoral precedido por un acto terrorista que tuvo lugar a días de la elección. Francia, que ha sido uno de los países que ha acogido un mayor número de inmigrantes, junto con Alemania, está sufriendo los embates del terrorismo islámico.

El terrorismo busca sembrar terror y temor en la población por afectar a inocentes y su carácter indiscriminado. Un acto de terror a días de un proceso electoral, en países con altas tasas de inmigración, ayuda a llevar agua al molino de quienes postulan la necesidad de imponer restricciones, cerrar fronteras, agitar nacionalismos, perseguir y reprimir a grupos específicos.

La llegada de Trump a la presidencia de USA ha animado a quienes buscan expulsar a los inmigrantes, levantar muros, exacerbar espíritus nacionalistas. Es así como en el continente europeo está siendo puesto a prueba el espíritu comunitario que emergió después de la segunda guerra mundial.

Preciso es recordar que países que estuvieron en guerra, en bandos opuestos, fueron capaces de proyectarse hacia un futuro común, dando origen a la Unión Europea, la que hoy está siendo puesta a prueba. La decisión del Reino Unido de sustraerse a las exigencias que impone la pertenencia a la Unión Europea constituye un punto de quiebre en la tendencia. Así como en el pasado los países deseaban ingresar a la Unión Europea, hay no pocos ponen en duda la de seguir perteneciendo a ella.

Resulta toda una paradoja que en tiempos de globalización, de internacionalización, de reducción de costos de transporte y comunicación, cuando la tecnología está posibilitando intercambios comerciales, culturales, financieros y humanos sin precedentes, esté renaciendo un nacionalismo que creíamos superado.

Francia, el país de la revolución francesa, de la libertad, igualdad y fraternidad, está viviendo tiempos difíciles. Que la representante de la derecha nacionalista, Marine Le Pen, tenga la primera opción para salir ganadora en la primer vuelta electoral de este domingo, constituye toda una regresión en relación al camino que debemos seguir como seres humanos, el de aceptarnos, acogernos, querernos.

La información disponible indica que Le Pen gana y que habrá segunda vuelta. Lo que no se sabe es quien sale segundo. Salvo sorpresas de última hora, quien se vislumbra es Macron, exministro de Hollande, quien irrumpió con fuerza al caer los bonos del candidato conservador Fillon por acusaciones en su contra relacionados con actos de corrupción en que estaría involucrada su esposa.

abril 13, 2017

Escaramuzas electorales

Lentamente se está decantando el cuadro político chileno con miras a las próximas elecciones presidenciales de fin de año. Ya se puede afirmar que los principales protagonistas ya se encuentran en la cancha dejando en el camino a no pocos heridos.

En el lado de la oposición de la derecha, ahora bajo las banderas de Chile Vamos (ex Alianza por Chile y Coalición por el Cambio) todo parece decantarse a favor de Piñera, quien ya fuera presidente de Chile, en la esperanza de retrotraer las reformas llevadas a cabo en estos años y con el objetivo de consolidar el modelo económico-social imperante. Si bien hay otros candidatos –Ossandón y los Kast (tío y sobrino)- las encuestas les asignan escasas posibilidades de que lleguen a buen puerto. Por momentos da la sensación de que fueran parte de una operación de despiste, de simulación de competencia, o destinada a negociar cupos parlamentarios.

En la coalición gobernante de la Nueva Mayoría (ex Concertación) las aguas se encuentran más agitadas. Mal que mal, las decisiones del partido socialista (PS), primero, la de desahuciar la consulta abierta para seleccionar a su candidato que dejó en el camino a sus precandidatos Insunza y Atria, y luego, a puertas cerradas y en votación secreta, inclinarse por el candidato que aparece como el más competitivo ante Piñera, Guillier, en desmedro del expresidente Lagos. Si bien Lagos contaba con el respaldo del partido por la democracia (PPD), la decisión del PS, su partido histórico, lo llevó a deponer su postulación. En la democracia cristiana (DC), está por definirse si su candidata, Goic, irá a primarias o directamente a primera vuelta.

El escenario actual, ya sin Lagos en carrera, y con Guillier, ahora respaldado por el partido radical (PR) y el PS, a los que muy probablemente se sumen próximamente el PPD y el partido comunista (PC), no es el más favorable para la DC no obstante la trayectoria y solidez ideológica de su candidata. No lo es ni para ir a primarias ni a primera vuelta, pero la DC no resiste una nueva elección presidencial sin una presencia protagónica por la vía de un(a) candidato(a), lo que explica la tentación por ir directamente a primera vuelta.

A favor de esta opción está la realidad marcada por las dificultades en la relación entre la DC y el PC dentro de la Nueva Mayoría, las que afloran cada vez más frecuentemente y que se centran en el rol del Estado en la economía y los temas asociados al aborto y los derechos humanos. A ello se agrega la necesidad de la DC por perfilarse más nítidamente.

Por su parte, la oposición desde la izquierda, proveniente de las deserciones de la coalición gobernante y de las movilizaciones sociales, si bien son varios los nombres que circulan, los hechos están convergiendo en Beatriz Sanchez como la candidata natural destinada a atraer a quienes no se sienten interpretados por el modelo político-económico-social y que los esfuerzos de la Nueva Mayoría han sido insuficientes para desmontarlo y/o modificarlo sustantivamente.

En síntesis, a esta altura del partido, dejando de lado a candidatos sin posibilidades, todo indica que los escenarios más probables para fines del presente año, son dos. Un escenario A con Piñera, Guillier, Goic y Sanchez en primera vuelta, y un escenario B idéntico, pero sin Goic. En cualquiera de los dos escenarios, dado que nadie obtendría la mayoría absoluta, se prevé una segunda vuelta, donde si bien actualmente lo más probable es que en la papeleta de voto estén Piñera y Guillier, no se puede descartar que por los palos entre Sanchez en perjuicio de Guillier. Posibilidad que descansa casi enteramente en la capacidad de Sanchez y del Frente Amplio (FA) para atraer a quienes no han votado en las últimas elecciones. Para ello el FA deberá delimitarse más claramente de modo que deje de ser una maraña de partidos que cuesta identificar y diferenciar.

En política el tiempo que media desde hoy hasta las elecciones es una eternidad. Todo está menos nebuloso que ayer, pero aún no está despejado como para que alguien pueda cantar victoria.

abril 06, 2017

La tercera edad en la viña del Señor

Foto de Vlad Sargu en Unsplash
El país se está envejeciendo rápidamente porque la esperanza de vida está aumentando, y la tasa de natalidad va en descenso. La pirámide etárea se está dando vuelta. Cada vez son más los adultos mayores, “los viejos”, en cantidad y proporción.

Esto tiene repercusiones en los más diversos ámbitos, que van desde la demanda por servicios educacionales y salud, entre otros que inciden e incidirán en las políticas sobre la materia, políticas que no podrán soslayar esta realidad. Una realidad que se complica si se analiza el nivel socioeconómico del grueso de nuestros adultos mayores y que está en la base del malestar, del rechazo al sistema previsional imperante, del movimiento no más AFP.

Mientras el ingreso medio per cápita del país crece y se encuentra dentro de los mayores en el contexto latinoamericano, el grueso de los viejos solo atina a “mirar” este crecimiento, como quien ve una película. La cantidad de viejos con ingresos por debajo de los 200 mil pesos mensuales (equivalentes a unos 300 dólares) debiera invitarnos a repensar nuestro sistema previsional. Más allá de la productividad de cada uno, de lo que hemos entregado a la sociedad en nuestra fase laboral, el haber llegado al término de una etapa en nuestras vidas, no implica en modo alguno que los viejos pierdan su derecho humano a seguir viviendo con dignidad.

Si al sistema previsional que tenemos, le agregamos que gran parte de los viejos han sido abandonados por sus familias, debiéramos sentirnos avergonzados y preguntarnos ¿qué estamos haciendo para superar, resolver esta escandalosa inequidad que vemos a diario?

Recién bajo el anterior gobierno de Michelle logró introducirse un pequeño componente solidario en nuestro sistema previsional de capitalización individual. Bajo el actual gobierno, no sin dificultades se ha llegado a la convicción, más o menos generalizada, de la necesidad de elevar en 5 puntos porcentuales, de 10 a 15% la cotización individual.

Desgraciadamente, ahora la puja está centrada en la administración y el destino de ese 5% adicional, lo que revela el tipo de sociedad en que estamos. Se ha abierto el apetito a unos y otros. Las AFP quisieran administrar el 15% propuesto no obstante las fuertes, persistentes y fundadas críticas de que han sido objeto, las que han impedido su consolidación y legitimación.

La otra disputa está centrada en el destino del 5%, en un extremo están quienes postulan que en su totalidad debe sumarse al 10% de capitalización individual; y en el otro extremo, están quienes sostienen que debe destinarse a complementar, fortalecer el pilar solidario. Entre ambos extremos se postula distribuir una parte del 5% adicional a la capitalización individual, y otra parte al pilar solidario. Ambas disputas, en torno a la administración y el destino del 10% actual y del 15% que se espera en el futuro es reveladora de los niveles de solidaridad y egoísmo de la sociedad en que nos movemos.

Se nos queda en el tintero el tema del origen de los fondos previsionales, los que en el caso chileno, han estado centrados en el aporte de los trabajadores, y en el del Estado con su contribución al pilar solidario. Las empresas no aportan nada bajo el concepto que todo aporte encarecería el costo de la mano de obra, con las consiguientes consecuencias negativas en el nivel de empleo y el costo de vida, no mencionándose las positivas consecuencias en las utilidades empresariales. En economía todo tiene dos caras.

Los “expertos” sostienen que las bajas pensiones son consecuencia de la baja productividad de los trabajadores chilenos, dejando pasar piola las altas utilidades que son capaces de generar estos mismos trabajadores tan poco productivos. Por eso el país no se puede dejar en manos de “aficionados”.

Como pueden ver, de todo hay en la viña del Señor!