diciembre 30, 2014

Cuando reina la hipocresía

Al finalizar el año, la Ministra de Salud, a través de declaraciones a un vespertino, anunció el envío al Congreso de un proyecto de ley de aborto terapéutico, lo que complementó con frases que activaron la hipocresía reinante e incendiaron la pradera.

El incendio no se produjo por el anuncio de un proyecto que se ve venir desde hace tiempo, pero que se ha retrasado una y otra vez gracias a la secular hipocresía de los mismos sectores dominantes de siempre. Son los mismos que nos tienen dando la hora, que nos tienen como furgón de cola en los temas valóricos.

Son los mismos que en aras de la sagrada familia se oponían al divorcio, mientras por detrás consagraban la hipocresía de la nulidad matrimonial para quienes tenían los recursos para ello. Borraban con el codo lo que escribían con la mano. Los hijos de los matrimonios anulados quedaban en pampa.

Ahora ocurre lo mismo. Ponen el grito en el cielo porque la Ministra de Salud declara que “en todas las clínicas cuicas de este país muchas de las familias más conservadoras han hecho abortar a sus hijas. Las personas con más dinero no requieren de leyes, porque tienen los recursos”. Aún cuando pueda estar diciendo una verdad del porte de una catedral, se trata de una afirmación temeraria porque vivimos en Chilito, donde la hipocresía reina, lo que le puede costar el cargo.

Le damos la espalda a una realidad nacional lacerante dada por poco menos de 150 mil abortos al año, lo que da sobre 350 abortos diarios. ¿Y quiénes abortan? Mujeres con y sin recursos, las primeras pagando, con recursos, asumo que en clínicas establecidas, apropiadamente equipadas, con recursos humanos calificados. Para eso tienen recursos de sobra. Las otras mujeres, sin recursos, en clínicas piratas, a lo maestro chasquilla.

Una ley del aborto, al igual que la ley del divorcio, no hace otra cosa que regular lo que no está regulado, lo que se ignora o se oculta. Con el divorcio se reconoció una realidad, dolorosa, pero realidad al fin y al cabo, la que se ocultaba bajo la alfombra. Al final solo los ricos podían volver a casarse, porque se las arreglaban para anular su matrimonio a punta de plata.

Lo mismo ocurre con el aborto. Nadie aborta por gusto, al igual que nadie se divorcia para darse el gustito. Por lo demás, el proyecto de ley del aborto no obliga a abortar, así como la existencia de una ley de divorcio no obliga a nadie a divorciarse.

No faltarán quienes dirán que el Estado está promoviendo el aborto. Por el contrario, está procurando normar lo que ya existe, abortos bien pagados, en condiciones de máxima seguridad para unos, y abortos en condiciones de mínima seguridad, para otros.

La Ministra de Salud no ha mentido, ha dicho una verdad del porte de un buque, pero que por el cargo y la responsabilidad que tiene, no debiera haber dicho sin el respaldo de evidencias difíciles de obtener. De allí su renuncia y aceptación por parte del gobierno. Sobre todo cuando reina la hipocresía.

diciembre 25, 2014

La tarea del 2015: destrabarnos

El 2014 se inició con el cambio de gobierno como resultado de una elección que marcó el regreso de Michelle a la primera magistratura de la mano de una coalición, la Nueva Mayoría, construida sobre la base de la Concertación, pero ampliada, con el objetivo de tener las mayorías ciudadanas y parlamentarias que los cambios que se proponían pudiesen ser implementados. La razón de ser del nuevo gobierno descansó en el agotamiento de un modelo neoliberal instalado a sangre y fuego.

Agotamiento que se expresa en las más diversas esferas, entre otras, en un modelo educacional privatizado que ha redundado en una educación que segrega, cara, y de mala calidad; en un modelo laboral donde los trabajadores llevan la peor parte, siendo abusados como tales al limitar sus derechos de organización y de negociación, y como consumidores por la vía del endeudamiento y tasas de interés usureras; en un modelo previsional que condena a los adultos mayores a una vejez con pensiones miserables; en un modelo de salud que sigue la misma pauta del modelo educacional. La atención de salud viene dada por el tamaño del bolsillo con que se cuenta.

Todo esto, como consecuencia de décadas, bajo la dictadura, en que el Estado asume un rol eminentemente policial, de mantenimiento del orden público y de protección de la propiedad privada, dejando que las fuerzas del mercado se encarguen de la producción de bienes y servicios, sin mayores regulaciones. Este modelito es el que nos llevaría al Edén. El resultado es lo que tenemos, y que no es el Edén con el que soñamos.

Con la derrota de la dictadura en el plebiscito del 88 y el triunfo de la Concertación, se confiaba en que se desmantelaría este modelo. A poco andar se descubrió que los esfuerzos eran infructuosos porque todo estaba bien atado y las mayorías existentes eran insuficientes. No era cuestión de llegar y llevar. Solo hubo capacidad para introducir algunas regulaciones y detener la reducción del Estado, lo que permitió reducir significativamente la pobreza a menos de la mitad de la existente cuando la Concertación inició su andadura. El problema en ese tiempo, era la pobreza, así como ahora lo es la desigualdad. En síntesis, como si estuviésemos ante un relato bíblico, hoy tendríamos a los escogidos por el Señor, y los condenados por el mismo Señor. El tema es que no es esa la voluntad del Señor.

Este modelito neoliberal, fraguado a espaldas de la ciudadanía e instalado a punta de bayonetas, sin participación ciudadana, es el que se resiste a morir, defendido por su guardia pretoriana, la derecha política alimentada por la derecha económica.

Con la llegada de Michelle al gobierno, la ciudadanía expresó su voluntad, mediante una consistente mayoría, por desmantelar este modelo con miras a instalar otro basado en la cooperación y un mayor equilibrio de poder entre quienes conforman la sociedad. A lo largo de este año, el 2014, se han podido apreciar los obstáculos a sortear, y que no son menores, entre ellos el de la desinformación y la tergiversación de lo que se quiere.

Para el 2015, y aprovechando que USA y Cuba han dado el ejemplo de restablecer relaciones y mirarse las caras luego de más de 50 años de guerra fría, quizá sea el momento de dejar de atrincherarnos para construir un nuevo modelo de convivencia en la dirección de la voluntad popular. Se nos va el año y si hacemos un recuento de lo ocurrido este año, podemos afirmar que en cierto modo estamos entrampados. Como que todo se encuentra tan bien atado, que cuesta desatarlo, poniendo a prueba la paciencia y tolerancia de unos y otros.

diciembre 18, 2014

Cuba y USA: frente a frente

Sin lugar a dudas que la noticia más sorprendente de la semana fue la decisión de Cuba y USA por restablecer sus relaciones diplomáticas interrumpidas desde comienzos de los 60. En una alocución simultánea, sigilosamente preparada, Obama y Raúl Castro, hicieron el anuncio que pone fin a más de 50 años de aislamiento. Este restablecimiento de relaciones viene acompañado de otros acuerdos, todos ellos conducentes a la normalización de las relaciones entre ambos países.

Se trata de un hito muy significativo que da cuenta de la imposibilidad de ir contra la historia. Sostener lo insostenible, tiene un límite en el tiempo. No hay mal que dure 100 años dice el aforismo. Imposible no recordar la caída del muro de Berlín, así como el derrumbe del imperio soviético. La artificial división de Alemania en dos (Occidental y Oriental), como consecuencia de la 2da Guerra Mundial, no alcanzó a durar 50 años, y el muro erigido, el muro de la vergüenza, fue todo un símbolo antinatura. Lo mismo vale respecto de la llamada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), resultante de la revolución bolchevique de octubre de 1917, que terminó desplomándose con la glasnost y la perestroika.

Este restablecimiento de las relaciones entre Cuba y USA no significa el fin del embargo o bloqueo norteamericano, porque ello depende del congreso norteamericano. Con esta decisión, tanto Obama como Raúl Castro, están haciendo historia. Para terminar el bloqueo, el congreso, dominado por los republicanos, tendrá que pronunciarse. No le será fácil, pero no les quedará otra porque el tiempo ha demostrado su inutilidad. Un bloqueo que solo ha generado costos a los distintos actores de uno u otro lado, y ningún beneficio, excepto a quienes recibían aportes financieros para realizar acciones vinculadas al terrorismo para derrotar al régimen cubano.

Más temprano que tarde, se impuso la realidad, el pragmatismo, la necesidad de sentarse a conversar. Por décadas, nada se sacó con darse la espalda. Llegó la hora de mirarse de frente.

No pocos afirman que todo esto se ha visto favorecido porque el imperio norteamericano está en decadencia y el ascenso de China, así como porque Cuba hace unas décadas perdió a su hermano mayor, la URSS, y porque Venezuela está en situación crítica. Por lo que sea, se trata de una muy buena noticia que beneficia a todos, a cubanos y norteamericanos, pero sobre todo a los primeros que durante estas décadas han vivido tiempos muy difíciles como consecuencia del bloqueo.

Lo que viene, debe ser el levantamiento del bloqueo por parte del congreso norteamericano, y en Cuba, la apertura hacia mayores espacios de libertad política y económica.

diciembre 11, 2014

Origen de la crisis educacional


Chile, al igual que muchos otros países, sobre todo de América Latina, está sumergido en un debate en torno a la educación en la convicción que a través de ella alcanzaremos el tan ansiado desarrollo. Existe acuerdo en la necesidad de una buena educación, o de una educación de calidad, pero de ahí para adelante son más los desacuerdos que los acuerdos. De partida lo que se entiende por una educación de calidad depende del cristal con que se mira, porque para unos sería aquella que nos permita ser más productivos, más competitivos, más eficaces, más eficientes; otros, enfatizarán otras aristas, tales como el desarrollo del pensamiento crítico, la responsabilidad, la disciplina, la colaboración, el trabajo en equipo, entre otros, lo que no significa que el conjunto de estos atributos necesariamente se opongan, por cuanto bien podrían complementarse. De hecho, el ideal es que se complementen.

Ilustración de Cristóbal Schmal http://www.artnomono.com

Preciso es reconocer que la educación en general se encuentra en crisis en gran parte porque algunos de sus principales componentes se han debilitado. Entre ellos, la función educativa que cumple la familia, ya sea porque los padres eluden la responsabilidad que les cabe en esta materia, o porque la sociedad, o el tren de vida que quieren llevar, les demanda una carga de trabajo que les resta tiempo para educar a sus hijos. La escuela, que es un componente esencial, pero no exclusivo en la formación de nuestros hijos, también se ha visto debilitada, particularmente la educación pública que es aquella en la que más se apoya la formación de niños y niñas provenientes de los sectores más vulnerables, y que por lo mismo necesitan de la mejor educación para salir adelante.

No sacamos nada con consolarnos en base a que los resultados de nuestro sistema educativo están entre los mejores en América Latina. Para salir del subdesarrollo, romper las desigualdades, terminar con nuestra dependencia de la exportación de recursos naturales sin mayor valor agregado, es indispensable dar un gran salto en el ámbito educacional que nos habilite para ingresar a la sociedad del conocimiento. En caso contrario seguiremos pateando piedras.

Lo que tenemos en Chile desde la década de los 80, instalado de mala manera, tuvo como propósito, confesado o inconfesado, destruir la educación pública, promover la educación privada, en la seguridad de que por ese camino la educación chilena daría el gran salto por tanto tiempo esperado. Esta visión ideológica, impuesta a punta de bayonetas, sin mediar elección alguna, es la que hoy se encuentra en debate desde la revolución pinguina el 2006 y reforzada con las movilizaciones estudiantiles del 2011.

La educación de mala calidad que tenemos no se reduce a las escuelas municipales, dado que se extienden a las escuelas particulares subvencionadas y pagadas, no obstante que estas últimas se dan el lujo de seleccionar y cobrar. De hecho, las evidencias señalan que controlando por vulnerabilidad socioeconómica, no hay diferencias significativas entre los distintos establecimientos.

A ello cabe agregar que como consecuencia de la liberalización decretada en tiempos del innombrable en el ámbito de la educación superior, se formaron generaciones de profesores sin las más mínimas exigencias, dado el carácter no universitario que tuvieron en sus comienzos, como por formarse en universidades no acreditadas o en carreras sin acreditarse. En síntesis, por décadas se “chacreó” con la educación. El resultado es lo que tenemos y que por el bien de las futuras generaciones, es necesario cambiar sustantivamente.

La educación privada se alimenta de una mala educación pública. Entiendo que la reforma educacional apunta en la dirección de dotar al país de una educación pública gratuita de calidad.

diciembre 05, 2014

La educación chilena en punto de quiebre

Junto con muchos otros países, Chile se encuentra en lo que en el mundo del tenis, en una suerte de punto de quiebre, por decirlo de alguna manera, de ahora o nunca, del todo o nada. No es primera vez, ni será la última. Son muchos los puntos de quiebre que pueden haber en un mismo partido, y la razón es simple: no es fácil liquidar un partido de buenas a primeras cuando los jugadores en cancha son de fuste.

Estas expresiones las lanzo a propósito del tema educacional en debate y que se arrastra, en forma explícita, desde el año 2006, hace poco menos de 10 años, gracias al movimiento pingüino, que desnudó lo que se escondió por tanto tiempo bajo la alfombra: una educación de mala calidad, mal parida, segregada, discriminatoria, y más encima cara.

Una de las aspiraciones más sentidas de las familias, acá y en la quebrada del ají, es dar una buena educación a sus hijos, razón por la cual es parte relevante en toda agenda política que se precie de tal. Si bien la educación que tenemos no proviene de una única fuente, los establecimientos educacionales y sus profesores, constituyen una fuente de primerísima importancia, particularmente para las familias más desvalidas, con padres sin mayor educación formal, sin recursos económicos, con trabajos extenuantes, ya sea por las trabajos a desempeñar o por la extensión de sus horarios laborales, sin tiempo para estar y participar en la formación de sus hijos. En un esquema competitivo, llevan todas las de perder.

Existe consenso respecto del objetivo. No hay dos voces al respecto. Se quiere, al menos de la boca para afuera, y necesita una buena educación para todos que nos habilite para vivir, sobrevivir en las mejores condiciones, y para construir una sociedad mejor, más amable, en paz con los demás y con nosotros mismos. Los caminos se bifurcan cuando buscamos respuestas terrenales a la pregunta del millón: ¿cómo?

El modelo educacional que tenemos desde 1981, impuesto dictatorialmente, sin mayor ni menor consulta, sufrió un primer terremoto el 2006, y un segundo terremoto el 2011. No obstante la envergadura de estos terremotos, el modelo se resiste a morir, no obstante que sus cimientos se encuentran muy debilitados. ¿Es necesario un nuevo terremoto para que de una vez por todas seamos capaces de construir un nuevo modelo educacional cuyos pilares sean diametralmente distintos a los del actual?

No pocos “expertos” señalan que el debate se torna excesivamente ideológico. ¿qué pretenden? ¿pasar gatos por liebres? ¿hasta cuándo? Es un debate ideológico. Los que impusieron a sangre y fuego el modelo lo hicieron con una visión ideológica, con una mirada que buscó reducir a la más mínima expresión la educación pública y que puso todas sus fichas en la educación privada. Para ello no trepidó en reducir el financiamiento público, en convertir a las escuelas en guetos, donde los lindos se juntan con los lindos, los feos con los feos, los blancos con los blancos y los negros con los negros, por “libre elección” de los padres y apoderados. Hay que ser caradura!