enero 24, 2013

Signos de más participación

El sábado pasado, en la Democracia Cristiana (DC), se realizaron las primarias para elegir al precandidato presidencial que los representará. La participación de militantes y simpatizantes superó todo pronóstico. Por otra parte, en la semana, los académicos de la Universidad de Talca fueron convocados para elegir a su nueva directiva, y en esta elección la participación también estuvo muy por sobre lo esperado. Por primera vez votó más del 70% de los asociados.

El objetivo, explícito o implícito, que se persigue con implicarse en partidos, asociaciones o sindicatos, y en votar, no es otro que estas organizaciones sean capaces de generar ambientes, climas más amables, más proclives a un desarrollo armónico en el que todos seamos partícipes de los éxitos y fracasos, y de las decisiones involucradas. En este plano existiría un cierto cansancio con esto de que otros decidan por uno, y que estas decisiones tengan un tufillo arbitrario, discriminador, adoptadas entre cuatro paredes por quienes no se hacen responsables de los fracasos, pero sí se vanaglorian cuando de éxitos se trata.

En el caso de la DC preciso es reconocer que es el único y el primer partido político que realiza elecciones para definir su candidato. Los restantes partidos lo hacen a dedo. Incluso algunos inventan un partido para que éste lo unja como candidato. Y este encomiable esfuerzo de la DC fue bien acogido por la ciudadanía, como lo prueba que más de 50,000 ciudadanos se sintieron convocados.

Esto se produce en momentos en que la apatía está dando paso al cansancio, y de este al choreamiento. Existen sentimientos encontrados, porque por un lado se estima que no vale la pena hacer algo porque no servirá para nada, salvo para perder el tiempo; pero al mismo tiempo, se está percibiendo que si no se hace nada, tampoco pasa nada.

Si bien, estoy haciendo alusión al caso chileno, da la impresión que el clima al que hago referencia se extiende más allá de las fronteras geográficas. Se trataría de un fenómeno mundial como lo probarían los explosivos movimientos sociales que explotan intermitentemente en distintas partes. Un día acá con el movimiento estudiantil, otro día en el Medio Oriente o en España o en Grecia. Signos extremos de rupturas cuyas consecuencias están por verse, al igual que su desarrollo. A veces avanzan, otras retroceden, con momentos de suspenso, de agotamiento.

Quienes se deciden a participar, por lo general son quienes rechazan la violencia física y no renuncian a la vía pacífica para la resolución de los problemas. Los que creen en esta última vía. Por ello, cerrar la puerta a la participación es fatal. Por el contrario, abrir las compuertas a la participación es sinónimo de abrir ventanas para que entren nuevos aires, más frescos.

Por ello, me atrevo a calificar como dos buenas noticias las de esta semana: la participación en las primarias en la DC y la elección en una asociación de académicos universitarios a nivel regional.

enero 17, 2013

EEUU: un país en armas

En los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) alrededor de cada persona porta un arma legalmente. Son cerca de 300 millones las personas que residen en dicho país, y similar número las armas que portan. Junto con ser un país desarrollado, con un alto ingreso per cápita, se puede afirmar que es un país armado hasta los dientes. Tanto por las armas que portan sus ciudadanos, como por su capacidad de fuego a nivel mundial, y el poder que tienen sus fabricantes de armas.

El tema se actualizó recientemente a raíz de la masacre producida a fines del 2012 en una escuela de una pequeña ciudad, donde murieron 26 personas, 20 de ellos niños. Otros se salvaron de milagro.

¿Para qué tienen tantas armas los gringos? El fundamento esgrimido por sus defensores, no es otro que el clásico derecho a la legítima defensa. Ello supone que la institucionalidad vigente es incapaz de proveer la seguridad demandada por la ciudadanía. Curiosamente, los partidarios de la libre compraventa de armas, además de las poderosas empresas fabricantes por razones obvias, son quienes ideológica y políticamente se sitúan en la derecha y ultraderecha, que en EEUU está representada por el Partido Republicano.

Durante la última campaña presidencial, los candidatos en carrera, tanto Romney como Obama, le hicieron el quite al tema de imponer restricciones porque se trata de un tema políticamente sensible. Mal que mal, los fabricantes de armas, también contribuyen al financiamiento de las campañas políticas, y más vale no tocarlos.

La matanza de niños a la que hacemos referencia, no es de todos los días, pero sí es un hecho que se da de tiempo en tiempo con cierta regularidad y si bien es consecuencia de muchos factores, uno de ellos se relaciona con la facilidad existente para comprar y vender armas como si se tratara de un inocente producto cualquiera. Obama ha resuelto proponer un plan de control en la comercialización interna de armas, el primero en más 40 años.

A este plan le espera un largo y pedregoso camino, porque requiere la aprobación del Congreso, donde los republicanos harán sentir su peso, al igual que el lobby de quienes hacen de la compraventa de armas su negocio, sin importar su costo en vidas humanas.

Resulta curioso constatar que en un país que se precia de ser desarrollado, con un alto ingreso per cápita, y una institucionalidad democrática a toda prueba, sus habitantes tengan que estar fuertemente armados para defenderse. Hay algo que no cuaja.

En Chile, no son pocos los que piensan que tenemos que armarnos, particularmente desde la derecha. Claro, siempre y cuando las armas las tengan ellos, porque si las tienen los otros, serían extremistas o guerrilleros. Nunca pierden.

enero 11, 2013

Zanahorias para unos, palos para otros

El repudiable asesinato, en la Araucanía, una de las más bellas regiones del país, de un matrimonio incendiando la casa en que vivían, quemándolos vivos, ha conmocionado al país. Se tiene clara conciencia del crimen que se ha cometido y el impacto producido constituye una reacción de rechazo a actos de violencia que alteran la convivencia nacional.

Esto se da bajo un gobierno en su ocaso, que no logra comprender las razones de su baja popularidad, no obstante que todos los días da a entender que estamos en un país que se desarrolla, cuyas cifras macroeconómicas quiere dar entender que son espectaculares. Mas encima, con un gobierno, que entre las banderas levantadas para acceder a La Moneda, estuvo la de que se les iba a acabar la fiesta a los delincuentes y atacar a fondo del tema de la inseguridad ciudadana. En pleno corazón de la Araucanía, donde obtuvo la más alta proporción de votos en relación al resto del país, se ha instalado la inseguridad a niveles no conocidos en las últimas décadas.

Y el gobierno solo atina a reaccionar con la cabeza caliente, cuando se debe tener la cabeza más fría que nunca. Es uno de los momentos, que los economistas, definen como “un momento de verdad”. Frente al corte de la carretera por parte de agricultores de la zona y los dueños de camiones, en protesta por el asesinato, el gobierno mostró su hilacha. A diferencia de otros cortes, vio con simpatía el corte. Mientras en Freirina, Aysén y Pelequén mandó piquetes de carabineros a disolver las manifestaciones, en esta ocasión, fiel a su naturaleza ideológica, dejó cortar.

Todo el peso de la ley para unos, pero no para otros; comprensión y complacencia con unos, repudio para otros. Esta diferencia de conducta con unos y otros, con los poderosos y los débiles, es lo que marca a fuego a este gobierno. La distinta vara con que mide a unos y otros. La gente no es tonta, se da cuenta cuando los carabineros tienen orden de hacer la vista gorda y cuando tiene orden de actuar sin contemplaciones.

Por lo visto, la desigualdad que tenemos no solo es de carácter económico, sino que de todo orden. Cuando un gobierno legitima resolver un conflicto por la vía de las armas, por boca de uno de sus ministros, al justificar su posesión por parte de las élites, se le está abriendo la puerta a grupos paramilitares para que complementen la tarea que suelen asignar a las fuerzas militares regulares.

La misión de todo gobierno, es resolver conflictos, no atizarlos; es apagar incendios, no incendiar praderas.

enero 04, 2013

Qué nos dice la encuesta CEP?

Acaban de salir los resultados de la última encuesta CEP aplicada en los últimos meses del 2012 a cerca de 1500 personas de 140 comunas. Resultados que eran esperados con una ansiedad mayor que la habitual porque la carrera presidencial y parlamentaria ya está lanzada, y porque otra encuesta que se aplicaba mensualmente, ADIMARK, dejó de darse a conocer por razones desconocidas. Además, la encuesta CEP ha logrado consolidarse como la madre de todas las encuestas, constituyéndose, para bien y para mal, en un verdadero oráculo.

A diferencia de encuestas anteriores, el contexto en el que se desarrolló esta encuesta estuvo marcado por el despliegue de todos los candidatos que aparecerán en la papeleta de voto de fines de este año: con Allamand y Golborne ya fuera del gabinete; Rincón y Orrego en plena primarias de la DC que se llevará a efectos a mediados de este mes. Velasco, Gómez, MEO y otros ya están lanzados desde hace tiempo. Y Michelle, que sin estar, está vivamente presente.

Mientras se realizaba la encuesta, los hechos más relevantes estuvieron constituidos por las acreditaciones truchas de universidades privadas por parte de la CNA, el desarrollo de la fase oral de La Haya donde tanto Perú como Chile expusieron los argumentos que sustentan sus posturas, el conflicto ambiental en Freirina a propósito de la planta de cerdos, y la interpretación de los resultados electorales municipales, donde los partidos que sustentan al gobierno –UDI y RN- experimentaron una significativa derrota en todos los planos.

La encuesta no nos dice nada mayormente nuevo. Los problemas que más preocupan siguen siendo los mismos: delincuencia, educación, salud, pobreza, y sueldos. Se asumía que este gobierno sabría enfrentar la delincuencia, supuesto que resultó ser falso. La educación y la salud privatizadas, que los jerarcas gubernamentales asumen nos permitirían ver la luz al final del túnel, tampoco han sido la solución a nuestros males. Y el manejo macroeconómico del que se vanaglorian diariamente, no han logrado reducir nuestras preocupaciones por los niveles de pobreza y de sueldos existentes.

La encuesta también nos dice que más de la mitad del país no se identifica con ninguna coalición política, ni con derechas ni con izquierdas. Lo de siempre. El principal dato que entrega la encuesta, está constituido por la incombustible popularidad de Michelle Bachelet, quien es la mejor evaluada, por lejos, y quien genera el menor rechazo, de entre los candidatos en carrera. Los demás no le llegan ni a los talones. Pareciera que los ataques que le lanzan desde los escuadrones progubernamentales, y también de otros, no solo no le hacen mella, sino que la consolidan. A pesar de su ausencia física, su presencia psicológica no deja de impresionar. Al menos hoy, con los datos duros que se tienen, la población la quiere de regreso, lo que tiene locos a unos y nerviosos a otros.

La encuesta CEP nos dice que el país no quiere guerra, quiere paz, quiere hacer lo que hay que hacer, y eso, al día de hoy, lo estaría representando Michelle. Los demás candidatos no dan la confianza que debe inspirar una figura presidencial.