enero 27, 2012

Ardiente verano


Normalmente durante el verano no suele pasar nada políticamente. Sin embargo en esta ocasión parecen destaparse sapos y culebras al por mayor. De partida, la DC y RN dieron el golpe a la cátedra, pero también hay que agregar el salomónico desenlace que le dieron en el Ministerio de Educación al cambio que entre gallos y medianoches le hicieron a la expresión dictadura, en los textos escolares, por el de régimen militar, además de eliminar párrafos que hacían referencia a las violaciones a los derechos humanos.

Las razones de todos estos movimientos son múltiples, pero entre ellos quizá debamos destacar la inscripción automática, que abre la puerta a más de 5 millones de electores adicionales, los que pueden alterar un cuadro político que no ha sufrido mayores modificaciones en las últimas décadas. La inscripción automática y el voto voluntario, puede cambiar radicalmente la geografía electoral si es que estos millones de nuevos electores se deciden a votar. Por esta vía el binominalismo puede saltar por los aires. Difícil, pero no imposible. Difícil porque la inercia es fuerte, porque lo más probable que solo una fracción de estos nuevos electores voten efectivamente, y los que voten muy probablemente tiendan a adherir a los grupos políticos que han dominado la escena política nacional en los últimos 20 años. Pero no es imposible si logra generarse una dinámica como la que se gatilló cuando la oposición a la dictadura –o al régimen miliar- resolvió jugar en la misma cancha impuesta por esta última para ganarle la partida plebiscitaria del 88.

La lectura pública que la UDI ha hecho a la movida DC-RN, y que explica su tenaz rechazo, es que ella configura una fisura en la coalición. Sin embargo también existe otra lectura: el acuerdo DC-RN apunta a aislar a una derecha que ha logrado acceder al gobierno por la vía de horadar el centro y abrir espacio a un centro que el sistema binominal no posibilita. Por otra parte la UDI teme que Piñera no vea con malos ojos este corrimiento. Si este acuerdo logra cristalizar más allá de la reforma política que propugna para dar cuerpo a una nueva alianza político-electoral antes de las próximas elecciones municipales, sería un golpe a la cátedra.

En el ámbito municipal, la conformación de 3 listas, representativas de la derecha, centro e izquierda, bajo un nuevo padrón electoral extendido, eleva los niveles de incertidumbre respecto de sus resultados, fortalecería la opción del centro político, aislaría a la derecha, para reducirla a su verdadera expresión, y forzaría a la unidad de las fuerzas de izquierda.

Sin embargo, debemos reconocer que es altamente improbable que lo planteado cuaje a tiempo las elecciones municipales. No obstante, más temprano que tarde, los famosos tres tercios en que se divide políticamente el país, resucitarán. Existe una centroderecha incómoda con la derecha dura que quiere zafarse de ella.   

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