junio 03, 2011

Entre Humala y Keiko

Este domingo es la segunda y definitiva vuelta presidencial peruana, la que tendrá lugar porque ninguno de los más de 10 candidatos que se presentaron en la primera vuelta obtuvo la mayoría absoluta. En dicha vuelta ganaron las que en su momento se calificaron como posturas extremas, perdiéndose quienes representaban posiciones moderadas.

Tres de los candidatos perdedores en la primera vuelta, obtuvieron una proporción de votos nada despreciables de cara a la segunda vuelta, razón por la cual, tanto Keiko como Humala, están intentando atraerlos para sí. Es así como Kuczynski y Castañeda se han volcado a favor de Keiko, en tanto que Toledo lo ha hecho a favor de Humala. Curiosamente, los argumentos dados para inclinarse a favor de uno u otro, son semejantes. Estiman que un candidato “garantiza” la democracia más que su contendor y ofrece más posibilidades de conformar un gobierno de unidad.

Los sectores medio y alto, se han cuadrado mayoritariamente con Keiko y tienen razones fundadas para hacerlo. El énfasis lo ponen en el temor que les depara Humala, haciendo la vista gorda en torno a lo que fue el gobierno de Fujimori. No deja de ser doloroso que Keiko tenga la posibilidad de ser escogida presidenta por la vía democrática en circunstancias que fue la primera dama del gobierno presidido por su padre que dejó una estela de corrupción y crímenes.

Al frente está Humala, quien tampoco tiene mayores credenciales democráticas. La curiosidad mayor está dada por el pronunciamiento de Mario Vargas Llosa a favor de Humala. Cualquiera creería que su pensamiento es más cercano al de Keiko, sin embargo quienes creen eso se equivocan, porque Mario, en términos políticos, es un demócrata a todo evento. Para él no hay dictaduras buenas y malas, no importando si son de derecha o izquierda, dado que todas son malas. Con Keiko tiene la certeza que se avecina una dictadura que será digitada por su padre; con Humala tiene la esperanza que no sea así. De ahí su opción por este último. García, el presidente actual, aunque ha proclamado ser prescindente, pocas dudas caben que su corazoncito está con Keiko, lo que no deja de ser sorprendente, puesto que en su momento fue perseguido por Fujimori.

En Perú, los partidos tradicionales, han sido barridos, prueba fehaciente de la fragilidad democrática en que se encuentran los peruanos y que abre cancha a aventuras populistas y al caudillaje. Es así como este domingo se ven enfrentadas dos opciones que dan para agarrarse la cabeza, donde todo puede ser. Desafortunadamente se trata de una tendencia mundial. En Argentina, hace casi una década atrás, a raíz del corralito, surgió el grito “que se vayan todo”, similar al que hace menos de un mes atrás surgió desde el kilómetro cero de Madrid en España, contra políticos, financistas y empresarios.

En Chile, la última encuesta nos ha revelado una significativa alza en la reprobación a la actuación gubernamental, la que no es compensada con un alza a favor de la oposición, lo que también revela que no nos estamos escapando a la tendencia mundial hacia el descrédito de la clase política. Revertir esta realidad es un desafío no menor, porque sin partidos políticos, o con partidos débiles, la democracia pierde sustento, y los gobiernos terminan por ser apropiados por personajes de la peor calaña. Ejemplos tenemos por doquier.

1 comentario:

  1. Claudia Espuna7:15 p.m.

    Primero lo primero, que buena la caricatura !! Me imagino made in Rene?!!!
    No sabia que tenias blog! Que bueno leerte ya que conversar esta difícil por la distancia!
    Te seguiré...
    Saludos
    Claudia Espina V.

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