febrero 28, 2011

Desde Seebad Binz, Alemania

Estando en Berlin tenía proyectado viajar a Grecia para arrancar de los fríos, pero las circunstancias de un norte de Africa en llamas, me aconsejaron ir hacia el norte, a un balneario en la isla de Rüggen a orillas del mar Báltico. Este balneario, con mas de un siglo de existencia ha sido descrito como un suenho blanco por su mezcla de mar,playa y su luminosidad. Surgió como una caleta de pescadores, pero desde hace anhos es un sofisticado y tradicional lugar de descanso, solaz y relax en toda época. Actualmente, sus temperaturas son del orden de menos 10 grados, pero sus villas o casas se encuentran tan bien equipadas que en su interior la calidad de vida no tiene parangón. Las caminatas alrededor de un lago gélido, infinito invitan a mirar la existencia desde otro plano al habitual. Si bien en la actualidad es un balneario muy concurrido, en un pasado no muy remoto fue privilegio de pocos por las limitaciones de acceso tanto geográficas como económicas.

Después de la segunda guerra mundial perteneció a la Alemania comunista, y sus villas -como se llaman a las mansiones existentes- fueron habilitadas como espacio vacacional para los sindicatos obreros, construyéndose también edificios que rompen la armonía del espacio en una parte de este balneario. Con la caída del muro y la consiguiente reunificación de Alemania, desde 1992 se han estado remodelando estos edificios y las villas para retomar su espíritu original y cuya construcción se caracteriza por sus balcones y una arquitectura basada en el art nouveau, donde el material dominante es la madera y los colores el blanco, azul, celeste y gris.

Para llegar a este idílico paraje, abordamos un tren que se desliza con suavidad y una puntualidad poco común en nuestro querido Chilito. En el trayecto divisamos molinos de viento que se multiplican por todas partes. En el viaje terminé de ller el último libro de Ampuero, La otra mujer, novela centrada en dos mujeres que representan a los dos chiles, en los tiempos del innombrable. Actualmente, con el lago congelado frente mío, Las pistas de hielo, de Robverto Bolanho, conjunto de relatos de seres desamparados.

Por estos pagos nada se sabe de las historias inventadas de Jacqueline, pero sí del plagio de la tesis doctoral del ministro de Denfensa alemán, al que la oposición tiene por las cuerdas sin que por ello la coalición gobernante califique a la oposición de ezquisofrénica. En todo caso esto está que arde mientras Kaddafi en Libia sigue haciendo de las suyas, quizá por cuanto tiempo más.

febrero 17, 2011

Desde Berlín

Estando en plena Alexander Platz de Berlín, puedo observar parte de la huella que dejó la era comunista a través de la arquitectura dominante en aquella parte de la ciudad que estuvo bajo su férula. Cemento, mucho cemento, todo grisáceo, líneas rectas, edificación simétrica, todo igual como queriendo hacer juego con el igualitarismo que pregonaban los próceres comunistas.

Produce cierto escozor caminar por donde hubo un muro que dividía la otrora capital de Alemania, y que fue repartida entre los países triunfadores como una suerte de botín al término de la segunda guerra mundial. Berlín del este quedó en manos de los comunistas, y Berlín del oeste en manos de las llamadas fuerzas aliadas, compuestas por USA, Inglaterra y Francia. Geográficamente Berlín quedó inserta dentro de lo que fue Alemania Oriental, la llamada República Democrática de Alemania, la comunista, la de Erik Hoenecker, primer ministro que terminó sus días refugiado en Chile en los albores de la transición chilena. Berlín del este se constituyó en la capital de la Alemania comunista.

La otra Alemania, la Occidental, instaló su primer gobierno posguerra en Bonn, con Konrad Adenauer como Primer Ministro. Berlín oeste se encontraba aislada de Berlín oriental por el muro, y de la República Federal de Alemania, como se llamó a la Alemania Occidental, por alambradas.

La caída del muro a fines de los 80, como consecuencia del derrumbe del imperio soviético, es todo un símbolo de un cambio de época, del término de los tiempos de la guerra fría que imperó desde el fin de la última guerra mundial. Alemania se reunificó, no sin dificultades, y Berlín es todo un símbolo. El esfuerzo por dejar atrás el pasado y mirar el futuro es mayúsculo. Allí donde campeó la intolerancia y la discriminación, hoy avanza a pasos agigantados hacia la tolerancia, la integración, la no discriminación.

Da mucho gusto caminar por las planas calles de Berlín y respirar multiculturalidad. Los alemanes están experimentando un proceso acelerado hacia una modernidad sin renuncia a su pasado, sin olvido. Por estos días una exposición titulada Hitler y el pueblo alemán nos recuerda lo que fue el Tercer Reich mostrándonos el contexto en el que surge y sus consecuencias. Su objetivo no es otro que el de reflexionar respecto de cómo fue posible que el gobierno de Hitler llegara a los extremos de crueldad que llegó, y también reflexionar en torno a la pasividad y complicidad del pueblo alemán frente a las medidas que fue adoptando hasta llegar a lo que se denominó “la solución final” fraguada en las afueras de Berlin.

Mientras veía esta exposición, me fue imposible evitar una cierta analogía, guardando las proporciones, con nuestro país, e imaginé una exposición equivalente en Chile, y que por analogía llamaría “Pinochet y el pueblo chileno”.

Impacta observar el dinamismo de Alemania, su resurgimiento de entre las cenizas de una guerra y de una división que alcanzó a durar casi medio siglo, que ha abierto sus brazos a la inmigración, y que hoy parece que tendrá que resignarse a asumir el liderazgo de la recuperación económica de Europa.
Escribo estas líneas mientras en los países árabes sus gobiernos tambalean como consecuencia de manifestaciones populares incitadas por sectores medios instruidos vía internet –facebook, twitter, etc.-  que se esparcen como regueros de pólvora. Salí de Chile con Mubarak al frente del gobierno de Egipto, y llegué a Europa con Mubarak renunciado y con cuentas bancarias por totales inimaginables. Bastó que Obama le quitara el piso para que se cayera. Pero esto es tema para otra columna.

En Chile, aún buscan entrenador para su selección nacional de fútbol. Dudo que encuentren a alguien que le llegue a los talones del loco, y si lo encuentran dudo que lo dejen trabajar. Desafortunadamente los dirigentes que tenemos creen que son los dueños del boliche.

En lo político, el verano chiliensis ha sido aderezado con la historia inventada por la Jacqueline para allegar recursos. Al final de algunas vueltas de carnero el gobierno de Piñera la ha confirmado en su puesto de intendenta, pero dejando a la vista grietas entre los partidos aliados que han aprovechado la ocasión para mostrarse los dientes.

En Alemania, la noticia del día está dada por la acusación al ministro de Defensa alemán de haber plagiado partes de su tesis doctoral. Este escándalo está afectando al político alemán más popular del momento. Como podemos ver, en todas partes se cuecen habas.

febrero 10, 2011

Las lecciones del loco

A una semana de la partida del loco, resuenan los ecos, mientras los dirigentes ven que las conversaciones con los nombres de cierto peso que tenían en carpeta se diluyen.

No cabe duda que todo no fue sino una crónica de una partida anunciada desde la derrota de Harold, cuando sus artífices montaron la candidatura de Segovia, una candidatura tan impresentable que poco costó anular legalmente su triunfo en las urnas. Pero al menos lograron sacarse de encima a Harold. Para la siguiente convocatoria, los dirigentes de los clubes llamados “grandes”, incapaces de dar la cara, levantaron la candidatura de Jadue. Los clubes chicos, muchos incapaces de actuar con autonomía, pauteados por los grandes, consagraron la pírrica victoria de Jadue.

De la boca para afuera, el nuevo presidente de la ANFP pregonaba a los cuatro vientos que deseaba la permanencia del loco, haciéndose eco de la voluntad de la hinchada, del mundo futbolero. Sin embargo, sus palabras sonaban a falsas como lo demostraron los hechos. Como si fuese un patrón de fundo, impuso un ultimátum al loco. Pasado el plazo, dio por sentado lo que todos sabíamos que era falso: la continuidad del loco, forzando a éste a denunciar que a pesar de su interés y ganas de seguir en Chile, de seguir trabajando con la selección, le era imposible hacerlo con esta clase dirigencial.

¿Cuáles son las lecciones que nos deja el caso? Son innumerables, pero solo voy a destacar algunas de ellas. En primer lugar, el loco dejó sentado que la plata no es todo. No faltaron quienes apostaban que no renunciaría para no perder una jugosa indemnización de 12 millones de dólares. Olvidaban que el loco está cortado por otra tijera, muy distinta a la de los comunes mortales. Claro que puede darse el lujo que pocos se podían dar, pero al menos se lo dio, porque la mayoría agacha el moño. Su gran activo no es su cuenta bancaria, sino que el cariño, afecto y admiración que se ganó de parte de los chilenos.

Una segunda lección que nos deja es que el trabajo no tiene porqué estar supeditado al capital, por el contrario, quien pone su trabajo tiene todo el derecho a pararse de igual a igual frente a quien pone su capital. No se dejó trapear por los empresarios dirigentes del fútbol. El loco no fue rastrero como muchos.

Por último, demostró que el trabajo bien hecho, disciplinado, perseverante, sacrificado, honesto, más temprano que tarde, genera beneficios por sobre sus costos. Este trabajo, en pocos años, logró cambiarle el pelo al fútbol nacional.

Ojalá no hayamos matado a la gallina de los huevos de oro.



febrero 04, 2011

La telenovela del verano

Gracias al loco este verano está más sabroso que nunca. Aunque no le faltan competidores, como la Jacqueline, Carlitos y algunos generales. Sin embargo, en estricto rigor, nadie le gana al loco.

Jacqueline, la intendenta estrella de Concepción ahora se dio el lujo de afirmar que se pasó por el aro al gobierno para ayudar a unas viejitas. Lo que se llama una mentirilla piadosa, destinada a beneficiar a terceros. En un proyecto destinado a ser financiado con platas para la reconstrucción de casas destruidas con motivo del terremoto, metió a gente cuyas viviendas no se vieron afectadas por el terremoto. El punto es que usó platas destinadas a un fin, con otro fin, y eso no se debe hacer, menos una persona pública. Así de simple, y menos una persona que cree estar por encima de los mortales y de los políticos.

Por su parte, Carlitos, el presidente de RN, ni se arrugó para entrar por la ventana al Senado con el fin de sustituir a Allamand cuando éste fue nombrado Ministro de Defensa. Lo curioso es que llegó incluso a promover una presentación ante el Tribunal Constitucional cuando Michelle como presidenta nombre como su vocera a Carolina Tohá cuando era diputada. Presentación realizada por Miguel Otero Lathrop, otrora embajador de Chile en Argentina hasta que se le ocurrió afirmar, sin arrugarse siquiera, que estábamos felices con el innombrable, Augusto. Carlitos lo hizo argumentando que el gobierno de entonces estaba tratando de torcerle la nariz a la ley.

Para seguir endulzando el verano, se toma conocimiento que un uniformado logró hacer carrera hasta llegar a ser general, sin arrugarse siquiera, no obstante haber sido parte de la CNI, organismo que el tiempo ha colocado en su lugar, esto es, como una organización delictual por el régimen de entonces para cometer los horrores que en su tiempo se callaron. Y ahora estamos en pleno debate si su pertenencia lo inhabilita o no, si se trata de un hecho relevante o no. Resultaría extraño, por decir lo menos, que estando allí, en la papa misma, no se enterara de las barbaridades que se hacían. Solo falta que los que las hacían no se dieran cuenta.

Sin embargo, la telenovela que acapara todos los titulares y la atención pública es la del loco, quien con su silencio dice más que mil palabras, pero así y todo, ha tenido que dar una conferencia de prensa para que la ANFP entienda lo que quiere decir a pesar de lo que le gusta estar en Chile.