septiembre 16, 2010

Planos distintos

Cuando aún no se apagan los ecos de los mineros, y que no se apagarán hasta que sean rescatados con vida, resurge el tema mapuche en medio de las celebraciones del bicentenario. Solo una prolongada huelga de hambre de parte de más de 30 mapuche, ha puesto sobre la mesa una lacerante realidad que ilustra las dificultades, los desencuentros, las diametrales visiones que tenemos de lo que somos y de dónde estamos parados.

Para unos, la derecha, la cuestión mapuche no existe. Para esta derecha tradicional, si la violencia se ha enseñoreado en la Araucanía ha sido única y exclusivamente porque los derechos a la propiedad han sido violados sistemáticamente por grupos de comuneros mapuche y las autoridades, particularmente en tiempos de la Concertación, han sido blandas, comprensivas en grado sumo, dándoles alas para que persistan en sus reivindicaciones. Según esta derecha, lo que corresponde es aplicar todo el peso de la ley, endurecerla, de modo que tenga un efecto ejemplarizador.

De otra forma no se explica que se le aplique la ley antiterrorista a un comunero mapuche de 19 años por atentar contra un bus, y que por ello esté condenado a 80 años. Una condena que no se aplica ni siquiera a los asesinos y violadores, se le aplica a quien quemó un bus. El derecho a la propiedad vale más que el derecho a la vida. Esta es la tragedia que nos embarga y sobre la cual debemos reflexionar.

Para estos sectores derechistas, hoy enquistados en el gobierno, dialogar con grupos violentistas, como definen a los comuneros mapuche procesados que se han declarado en huelga de hambre, no corresponde y seria una señal de debilidad. Implícitamente, afirman que hay que dejarlos morir como escarmiento, no importando si estamos en medio de las celebraciones de un bicentenario. Son los mismos que deben estar arrepentidos de no haber eliminado por completo a los mapuche hace ya más de 200 años atrás, y los mismos arrepentidos que se agarran la cabeza de no haber eliminado a todos los upelientos en los años 70.

La causa mapuche ha sido escondida, escamoteada a lo largo de toda nuestra historia por parte de quienes se sienten los dueños del país, incapaces de asumir que el país no les pertenece, que poseemos múltiples culturas, que los mapuche también tienen derechos y que merecen igualdad de trato. Pareciera que no estamos en un país, sino que en al menos dos países, dos mundos, dos planos, incapaces de mirarse, de dialogar.

Estamos hablando de una región, la Araucanía, que es la región más pobre del país, con la mayor proporción de población mapuche, con un PIB per cápita que es la mitad del promedio nacional; al mismo tiempo, en términos políticos, es la región donde la derecha más dura campea por sus fueros. Esto es, la región más polarizada del país política, económica y socialmente.

El gobierno tiene la responsabilidad y la oportunidad de evitar un desenlace fatal en medio de un bicentenario cargado de simbolismos para iniciar la solución a un problema que se arrastra por demasiado tiempo.

2 comentarios:

  1. Mucha gente dijo a travez de los medios y tambien en comerciales de la television que son 200 años de avance, progreso y cosas asi, cosa que en vista y considerando tu publicacion y muchas cosas mas claramente no hay un avance, y en esta indole suelo envidiar a algunas culturas que aman y mantienen tanto sus tradiciones paises donde aun hay reyes y la misma isla de pascua donde mantienen hasta su lengua.

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  2. Mucha gente dijo a travez de los medios y tambien en comerciales de la television que son 200 años de avance, progreso y cosas asi, cosa que en vista y considerando tu publicacion y muchas cosas mas claramente no hay un avance, y en esta indole suelo envidiar a algunas culturas que aman y mantienen tanto sus tradiciones paises donde aun hay reyes y la misma isla de pascua donde mantienen hasta su lengua.

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